Biotempo 2007, Volumen 7, 46-54
disminuir los niveles de colesterol son
el incremento de la excreción de áci-
dos biliares y colesterol, disminución
de la secreción de insulina disminu-
yendo la síntesis de colesterol,
producción de cadenas cortas de áci-
dos grasos, los cuales inhiben la
síntesis de colesterol, la reducción de
la absorción de grasas e inhibición de
la lipasa pancreática o reducción de la
actividad lipasa gástrica,
Los beta-glucanos de la avena y ce-
bada están siendo estudios para deter-
minar su impacto sobre el índice de
glicemia (GI). GI se refiere a la glu-
cosa sanguínea que se eleva poten-
cialmente por los carbohidratos de los
alimentos. Los beta-glucanos de los
cereales reducen la respuesta GI.
Además de los efectos de beta-gluca-
nos sobre la salud, se usa como ingre-
diente de cosméticos en el cuidado y
mantenimiento de la salud de la piel y
como tratamiento contra el envejeci-
miento de la piel. (FDA, 1997).
PREBIÓTICOS
Y PROBIÓTICOS
Los prebióticos son definidos como
alimentos no digeribles, pero si fer-
mentables, que afectan al huésped por
estimulación selectiva del crecimiento
y actividad de una especie de bacte-
rias o un número limitado de ellas en
el colon. Comparados con probióti-
cos, que introducen bacterias exóge-
nas hacia el lumen, los prebióticos
estimulan el crecimiento preferencial
de un número limitado de bacterias,
especialmente, aunque no exclusiva-
mente, Lactobacillus y
Bifidobacterium. El éxito dependerá
de la concentración inicial de la espe-
cie probiótica indígena y del pH
intraluminal. Los oligosacáridos de la
leche materna son considerados el
prototipo de los prebióticos, ya que
estimulan el crecimiento preferencial
de Bifidobacterium y Lactobacillus en
el colon de neonatos alimentado ex-
clusivamente con leche materna. (Van
Loo, 2004).
De todos los prebióticos disponibles,
los únicos que poseen estudios para
ser clasificados como ingredientes
alimenticios funcionales son los fruc-
tanos- tipo inulina (los cuales son
unidos por enlace para limitar su
digestión por las enzimas intestinales)
y fructo-oligosácaridos (Roberfroid,
2000). Ambos prebióticos se encuen-
tran presentes en el trigo, vegetales y
frutas (cebolla, achicoria, ajo, alca-
chofa, plátanos). Debido a su
estructura, ellos son fermentados en el
colon por bacterias endógenas hacia
substratos metabólicos y energéticos.
Algunos autores han sugerido una do-
sis de 4-20 g/día, pero aún no existe
una dosis recomendada. (Tuohy,
2003).