Título

ARTICULO

SÍNDROME NEFRÓTICO EN NIÑOS:
ROL DEL PEDIATRA Y NEFRÓLOGO PEDIATRA

NEPHROTIC SYNDROME IN CHILDREN:
ROLE OF THE PEDIATRICIAN, AND THE NEPHROLOGIST

Cisneros, L.1

1Médico Asistente del Servicio de Nefrología Pediátrica del Instituto Nacional de Salud El Niño San Borja.

RESUMEN

El síndrome nefrótico (SN) en niños es una patología muy frecuente en nuestro medio. El abordaje inicial, habitualmente, es realizado por el pediatra o médico general, hasta su evaluación por el nefrólogo pediatra y/o nefrólogo de adultos con capacitación en pediatría; por lo que en esta revisión se esbozan algunas pautas para estandarizar su estudio inicial, control de edemas y tratamiento hasta su evaluación por la especialidad, a través de un adecuado sistema de referencia y contrarreferencia, garantizando la adherencia del niño y su familia, es especial en aquellos que viven en lugares lejanos con acceso reducido a los sistemas de salud de forma continua.

Palabras clave:Síndrome nefrótico; Niño; Rol del pediatra; Rol del nefrólogo. (fuente: DeCS BIREME)

ABSTRACT

Nephrotic syndrome in children is a very frequent pathology in our environment. The initial approach, usually, is performed by the pediatrician or general practitioner, until it is evaluated by the pediatric nephrologist and / or nephrologist of adults with training in pediatrics; so in this review some guidelines are outlined to standardize their initial study, edema control and treatment until their evaluation by the specialty, through an adequate reference and counter-referral system, guaranteeing the adherence of the child and his family, is special in those who live in remote places with reduced access to health systems on an ongoing basis.

Key words:Nephrotic syndrome; Child; Role of the pediatrician; Role of the nephrologist. (source: MeSH NLM)

INTRODUCCIÓN

Muchos niños con diagnóstico de SN primario o idiopático no requieren biopsia renal y su clasificación está basada en su respuesta a la terapia con corticoides. Esta aproximación ha sido ampliamente usada desde el estudio prospectivo multicéntrico internacional de enfermedades renales en niños (ISKDC) con SN desarrollada para determinar las características clínicas y laboratorio para conducir una serie de estudios terapéuticos controlados realizada en 19671. Este estudio demostró que el 90% de los niños con SN sensible a corticoides correspondía a enfermedad por cambios mínimos, las cuales tienen un excelente pronóstico a largo plazo. Entre el 80 a 90% de los niños mayores de un año con SN responden al tratamiento con corticoides dentro de las cuatro semanas (SN corticosensible). La mayoría de los niños con SN corticosensible presentan un episodio de recaída, y hasta el 50% presenta un SN recaedor frecuente o corticodependiente1,2. Las recaídas ocurren comúnmente durante periodos de actividad inmune incrementada, tales como infección del tracto respiratorio superior3. El 10 a 20% no responde y son clasificados como SN corticorresistente2 Tabla 1.

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Los niños con SN corticorresistente es más probablemente asociado con histología a glomeruloesclerosis focal y segmentaria con una probabilidad incrementada de progresar a enfermedad renal estadio avanzado2. Las recaídas en los niños con SN corticosensible, aunque poco frecuente, pueden continuar más allá de la adolescencia hasta la edad adulta, según el número de recaídas en la infancia y la medicación ahorradora de corticoides como ciclofosfamida e inhibidores de anticalcineurínicos o rituximab, siendo los dos factores de riesgo más importantes2.

EPIDEMIOLOGÍA

La incidencia de SN reportada en menores de 16 años es 2-7 nuevos casos por 100 000 niños por año, y una prevalencia de 15 casos por 100 000 niños en el mundo con sustancial variabilidad según el origen étnico y geografía2,6. La edad de aparición más frecuente es 2–8 años, con la máxima incidencia entre los 3 – 5 años⁷.

ETIOLOGÍA

Las causas más frecuentes del SN primario o idiopático en niños son a cambios mínimos y glomeruloesclerosis focal y segmentaria.

FISIOPATOLOGÍA

Los mecanismos fisiopatológicos del SN planteados son: 1. Defectos de la barrera de filtración glomerular podocitaria como mutaciones genéticas en la estructura del podocito y función resultan en disfunción renal, presentándose como SN resistente a corticoides o congénito, más frecuentemente; 2. Disregulación inmune de células T; 3. Factores circulantes sistémicos, como el factor de permeabilidad vascular, hemopexina, citoquina 1 similar a cardiotrofina y el activador soluble del receptor del plasminógeno tipo uroquinasa2. Recientes estudios describen anormalidad de la función de las células B8. El estado de hiperlipidemia se debe a una síntesis incrementada de colesterol, triglicéridos y lipoproteínas; hipoalbuminemia, transportador del colesterol; disminución de la actividad de lipoproteína lipasa; y déficit de la actividad de lipoproteina lipasa; y déficit de la aciltransferasa colesteril-lecitina por pérdidas urinarias. En la etiología de los edemas en el SN se han planteado dos hipótesis: “underfill” (disminución de la presión oncótica por hipoalbuminemia) y “overfill” (reabsorción de sodio estimulado por plasmina), las cuales no explican totalmente los edemas, siendo probable que se superpongan.

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FISIOPATOLOGÍA Los mecanismos fisiopatológicos del SN planteados son: 1. Defectos de la barrera de filtración glomerular podocitaria como mutaciones genéticas en la estructura del podocito y función resultan en disfunción renal, presentándose como SN resistente a corticoides o congénito, más frecuentemente; 2. Disregulación inmune de células T; 3. Factores circulantes sistémicos, como el factor de permeabilidad vascular, hemopexina, citoquina 1 similar a cardiotrofina y el activador soluble del receptor del plasminógeno tipo uroquinasa2. Recientes estudios describen anormalidad de la función de las células B8. El estado de hiperlipidemia se debe a una síntesis incrementada de colesterol, triglicéridos y lipoproteínas; hipoalbuminemia, transportador del colesterol; disminución de la actividad de lipoproteína lipasa; y déficit de la actividad de lipoproteina lipasa; y déficit de la aciltransferasa colesteril-lecitina por pérdidas urinarias. En la etiología de los edemas en el SN se han planteado dos hipótesis: “underfill” (disminución de la presión oncótica por hipoalbuminemia) y “overfill” (reabsorción de sodio estimulado por plasmina), las cuales no explican totalmente los edemas, siendo probable que se superpongan.

CLÍNICA

La manifestación clínicoanalítica definida por hipoalbuminemia, proteinuria y edemas está asociada a las consecuencias7:

  1. Situaciones de hipo normo-hipervolemia, en dependencia del equilibrio entre factores de compensación como activación del sistema renina angiotensina, alteración del manejo intrarrenal del sodio, incremento de ADH, alteraciones del péptido natriurético atrial. Los edemas en el niño con SN son variables, desde leves a anasarca con poliserositis. La depleción del intravascular y oliguria algunas veces los expone a mayor riesgo de injuria renal aguda.
  2. Trastornos de la inmunidad con mayor susceptibilidad a las infecciones. Pueden presentar dolor abdominal con riesgo de peritonitis espontánea, neumonía y sepsis por disfunción de células T y pérdida de inmunoglobulinas.
  3. Dislipemia.
  4. Hipercoagulabilidad – fenómenos tromboembólicos, aumentado el riesgo de trombosis venosa profunda, seno venoso cerebral y vena renal, y más raramente, trombosis arterial.
  5. Desnutrición e hipocrecimiento.

DIAGNÓSTICO

El síndrome nefrótico es una enfermedad renal frecuente caracterizada por la pérdida de proteínas por la orina debido a daño glomerular. Esta clásicamente definida como una proteinuria en rango nefrótico (≥40 mg/m2/h o relación proteínas/creatinina ≥2 o proteinuria 3+ en la tira reactiva), hipoalbuminemia (< 2.5 g/dL) y edemas2,6,9. La evaluación del SN en la primera presentación debe incluir: 1. Examen completo de orina; 2. Relación de proteínas:creatinina en orina simple u orina de 24 horas; y urea, creatinina, electrolitos, albúmina, hemograma y colesterol séricos2. Si hay sospecha de un cuadro nefrítico asociado, se debe ampliar a causas secundarias como complemento sérico (C3, C4), ANA (anticuerpos antinucleares), anti DNA doble cadena si el ANA es positivo, ANCA (anticuerpos anticitoplasmático de neutrófilos), inmunoglobulinas (IgG, IgA e IgM) y ASO (anticuerpos anti estreptolisina O); causas infecciosas como hepatitis B, C y VIH (virus de inmunodeficiencia humana), perfil TORCHS (Toxoplasmosis, rubeola, citomegalovirus, herpes, sífilis), tuberculosis y parásitos2. Las pruebas genéticas deben ser realizadas si: 1. SN congénito; 2. SN corticorresistente; 3. Historia familiar de síndrome nefrótico; 4. Asociación a enfermedad sindrómica2. Las biopsias renales son usualmente no requeridas al diagnóstico pero deben ser consideradas si se establecen factores de riesgo, Tabla 32.

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PATOLOGÍA

Considerando a la enfermedad por cambios mínimos en niños, sus hallazgos anatomopatológicos corresponderían a:

  1. Microscopía de luz: Alteraciones mínimas.
  2. Inmunofluorescencia: Negativa.
  3. Microscopía electrónca: Borramiento de los pedicelos con vacuolización y transformación microvellosa de las células epiteliales.

TRATAMIENTO

Medidas generales y preventivas6,7 En el episodio inicial, el paciente debe ser hospitalizado para inicio de la terapia esteroidea y descartar complicaciones, por un tiempo mínimo de una semana.

  1. La restricción hídrica inicial consiste en un volumen total 800mL/m2/día en pacientes >10 kg y 80 mL/kg/día en < 10 kg, luego según pérdidas insensibles y diuresis para lograr una disminución de peso equivalente a 1% peso, si existe edema moderado – severo, y más aún si se acompaña de injuria renal aguda oligúrica o hiponatremia.
  2. El aporte de calorías y proteínas debe ser basada en los requerimientos para la edad.
  3. Se recomienda la restricción de sodio que debe ser determinada en el estado del edema y la cantidad de ingesta. No existe un nivel estándar del nivel de restricción de sodio, se sugiere debe ser limitada a 2-3 g/día de sodio (correspondiente a 5-7.5 g/día de sal).
  4. Pesar y medir el volumen de orina.
  5. Evitar el reposo en cama por riesgo de trombosis.
  6. Mantener balance hídrico neutro si el edema es leve, y negativo, no mayor de un 1-2% de pérdida de peso por día.
  7. Control de signos vitales que debe incluir la presión arterial.

Inmunizaciones7

Para reducir infecciones serias en niños con SN:

  1. Asegurar el cumplimiento vacunal general más vacunación antivaricela y neumococo (antineumocócica conjugada hasta los 5 años y polisacárida p23 a partir de los 3 años).
  2. Inmunizar contra influenza anualmente a los niños y sus contactos.
  3. Diferir las inmunizaciones con vacunas vivas (triple vírica y varicela) en recaídas, tratamiento con inmunosupresores, y si ha sido tratado con prednisona a dosis de 2 mg/Kg/día durante 14 días hasta 4 semanas después de suspensión de los tratamientos. Pueden ser recibidas en pacientes en remisión o que reciben prednisona a dosis inferiores a 1 mg/Kg/día.
  4. Inmunizar a los contactos saludables con vacunas vivas para minimizar el riesgo de transferencia de infección al niño inmunosuprimido pero evitar la exposición directa del niño a las secreciones gastrointestinales, urinarias o respiratorias de los contactos vacunados durante 3-6 semanas después de la vacunación.
  5. Después de un contacto cercano a infección por varicela de los niños SN con agentes inmunosupresores, administrar inmunoglobulina contra varicela-zóster en las primeras 96 horas. Tratar con Aciclovir si padece la enfermedad durante el tratamiento o ha sido suspendido en menos de 1-2 meses.

Inmunosupresores

La primera línea del tratamiento del SN primario es corticoide oral. El principal efecto es a través de la regulación de la expresión de genes de citoquinas (expresión de genes antiinflamatorios y supresión de genes proinflamatorios) a través del receptor de glucocorticoides, suprimiendo la función de células T y estabilización del citoesqueleto del podocito.

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Dado que los niños con SN requieren múltiples cursos de corticoides (recaedor frecuente y dependiente de corticoides), están en riesgo incrementado de efectos adversos.
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SIGNOS DE ALARMA

Complicaciones


1. Edema generalizado o refractario⁶
El edema generalizado esta comúnmente asociado con una ganancia de peso de más de 5%.
• Evaluación del volumen circulante efectivo :

A. Disminución VCE (volumen circulante efectivo): La hipoalbuminemia que progresa en una disminución de la presión oncótica en un corto periodo de tiempo inducen síntomas de falla circulatoria con niveles de albúmina 1.5-2 g/dL. Los síntomas incluyen taquicardia, letargia, sudoración fría, circulación periférica disminuida, y oliguria; así como hiponatremia (< 135 mEq/L), hemoglobina aumentada (>16 g/dL), hematocrito elevado, puede observarse disminución de la tasa de filtración glomerular, FENa (fracción excretada de sodio) menores 1% debido a un incremento de la reabsorción de sodio en el riñón.

B. Aumento VCE: Los síntomas incluyen edema refractario, letargia, hipertensión arterial y disnea. Se debe evaluar el aumento de peso. La radiografía de tórax puede detectar efusión pleural, edema pulmonar y el aumento del índice cardiotorácico. El diámetro de la VCI (vena cava inferior), índice VCI incrementados e índice de colapsabilidad de la VCI disminuidos (< 50%) son medidas de parámetros hemodinámicos ecográficos. La medición del volumen de fluidos corporales ha sido medido con el análisis de impedancia bioeléctrica.

• Manejo de edemas

A. Restricción de sodio en la dieta.

B. El paciente con edema leve no requiere el uso de diuréticos o albúmina.

C. Si ganancia de peso de 7-10% o edema persistente y VCE normal o aumentado:

• Se recomienda el uso de diuréticos, como diuréticos de asa o en combinación con tiazidas o antagonistas de aldosterona.

D. Si VCE disminuida observada en pacientes con falla circulatoria:

  1. Si falla circulatoria, fluido extracelular como solución salina 10-20 mL/Kg en 30-60 minutos.
  2. Si los síntomas de falla circulatoria no mejoran, altas concentraciones de albúmina es administrada en solución.
  3. Las indicaciones de albúmina son: (1) Síntomas o signos de shock debido a disminución de VCE, (2) Edema refractario sin respuesta a agentes diuréticos.
  4. Albúmina humana 0.5-1 gr/Kg/dosis en 2-4 horas y furosemida 1-2 mg /Kg/dosis endovenosa.
  5. La terapia combinada (albúmina humana y diuréticos de asa) proveería mayor efecto diurético; sin embargo, debe ser evaluado con precaución por el riesgo de complicaciones como sobrecarga de fluidos como edema pulmonar.

2. Infecciones

Se debe realizar el despistaje de infecciones bacterianas como celulitis, peritonitis, sepsis y neumonía, sin indicar antibióticos profilácticos pero instaurando tratamiento precoz ante la sospecha⁷.

3. Trombosis arterial y venosa profunda

Estudios reportan que un 2-5% de niños con síndrome nefrótico fue complicado por trombosis venosa profunda con mayor riesgo en síndrome nefrótico corticorresistente. El riesgo de trombosis es causado por hemoconcentración debido al VCE disminuido asociado a hipercolesterolemia e hipoalbuminemia y por pérdida de proteínas con actividad fibrolítica en la orina. Otros factores incluyen: proteinuria severa, inmovilidad prolongada y cáteter venoso central⁶. Se debe evitar el reposo, hipovolemia, punciones arteriales o venosas profundas⁷. No se recomienda el uso rutinario de profilaxis con anticoagulantes, de la cual no hay evidencia de su eficacia en niños.

4. Insuficiencia renal aguda⁶

Es rara pero requiere atención cuidadosa, y puede deberse a varias causas como factores prerrenales, edema tubulointersticial debido a una disminución de volumen circulante efectivo, infecciones y nefrotoxicidad por fármacos. Mejorar el volumen efectivo circulante con expansión del intravascular con coloides (plasma, albúmina humana)13. Factores de riesgo para desarrollar recaídas frecuentes o corticodependencia

• Tiempo más corto a la primera recaída.

• El número de recaídas en los primeros 6 meses después del tratamiento inicial.

PRONÓSTICO

  1. La mayoría de niños con recaídas continúa su respuesta completa a corticoides con un subsecuente curso, y el pronóstico a largo plazo incluyendo el mantenimiento de la función renal, es bueno.
  2. La probabilidad de no respuesta inicial a corticoides se incrementa con la edad de presentación y niños con otras patologías renales diferentes que enfermedad por cambios mínimos.
  3. La probabilidad de resistencia tardía a corticoides está asociado con un intervalo más corto a la primera recaída, y recaída durante el curso inicial de terapia con corticoides.
  4. La mayoría de los niños con SN corticosensible a lesiones mínimas alcanzan la edad adulta en remisión completa y se considera resuelta su enfermedad transcurridos 7 a 10 años de evolución sin recaídas. Una cuarta parte de pacientes pueden persistir en actividad después de los 18 años y hasta un 40% presentar alguna recaída en la edad adulta⁷.
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CONCLUSIÓN

Considerando al síndrome nefrótico en niños como una patología frecuente en nuestro medio, que requiere inicialmente la sospecha diagnóstica en los niveles de atención primaria, ser confirmada en los niveles de atención con disponibilidad de la especialidad de pediatría o nefrología para realizar una adecuada evaluación clínica de infección sobreagregada o sospecha de secundarismo, con disponibilidad de pruebas básicas de laboratorio, que apoyen en el diagnóstico y desfocalización, permitirá iniciar el tratamiento del síndrome nefrótico, controlar los edemas a corto plazo, disminuir el riesgo de infecciones a mediano plazo y exposición a corticoides de forma recurrente o prolongada. Asimismo, proporcionar la información adecuada del síndrome nefrótico como una entidad con riesgo de recurrencia donde estará pendiente su referencia de forma ambulatoria a la especialidad de nefrología pediátrica según la evolución clínica, que servirá de apoyo en el manejo conjunto con sus médicos tratantes en su centro de origen, facilitando la adherencia del paciente y su familia en el seguimiento y adecuado control.

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