EDITORIAL
Manuel Loayza-Alarico1,2
1Instituto de Investigación en Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina Humana, Universidad Ricardo Palma, Lima-Perú. 2Editor invitado.
La fiebre amarilla es una de las enfermedades infecciosas más antiguas reconocidas, tanto en el viejo mundo
(África), como en el nuevo mundo (las Américas). Es una enfermedad febril aguda de duración corta, trasmitida
por mosquitos y causada por el virus de la fiebre amarilla. Es enzoótica y no tiene tratamiento específico, pero
puede prevenirse mediante la vacunación. El cuadro clínico varía desde formas asintomáticas o enfermedad
febril moderada (90%) de evolución favorable hasta formas graves con sangrado masivo con una letalidad
hasta 50% afectación hepática, renal y cardiaca 1.
El virus de la fiebre amarilla existe en la naturaleza en dos ciclos de transmisión: uno selvático en el que
interviene el mosquito Haemagogus y primates no humanos y otro urbano en el que interviene el hombre
y el mosquito Aedes aegypti. La forma selvática es que se notifica frecuentemente 2. Sin embargo, se está
observando riesgo de periurbanización en zonas urbanas de ciudades.
En este contexto, entre enero de 2016 y enero de 2018, la Organización Panamericana de la Salud informó
que existen siete países de las Américas que han notificado casos confirmados de fiebre amarilla: Bolivia,
Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Perú y Suriname. En Brasil, entre el 1 de julio de 2017 y el 15 de
febrero de 2018 se notificaron 409 casos humanos confirmados de fiebre amarilla, incluidos 118 fallecidos,
estos distribuidos en los estados de São Paulo, Minas Gerais y Rio de Janeiro. Durante las primeras cuatro
semanas del 2018 se observó un aumento exponencial del número de casos confirmados de fiebre amarilla
de los estados de São Paulo y Rio de Janeiro con casos registrados en áreas cercanas a las grandes ciudades
como Mairiporã, Valença y Teresópolis 3.
En el Perú, la fiebre amarilla ocurre en regiones selváticas y es mantenida por la transmisión del virus entre
monos, u otros mamíferos, con la participación de los mosquitos. La transmisión a los humanos ocurre en
localidades intermedias (zonas de transición) entre áreas urbanas y selváticas, a partir de estas puede ingresar
al ciclo urbano a través del A. Aegypti cuando se dan factores de riesgo predisponentes como coberturas
bajas de vacunación o índice aédico superior al 5% 1.
Es así que la vigilancia epidemiológica de fiebre amarilla es fundamental para la detección de brotes
epidémicos, identificar zonas de riesgo y tomar medidas de prevención de enfermar. Considerando que la
enfermedad afecta personas de todas las edades, sexo y razas y la severidad de la misma está relacionada,
con la inmunidad de base, exposición al contagio y por comorbilidades asociadas que producen depresión
del sistema inmune es necesario que las personas que vivan o vayan a zonas endémicas la forma más
efectiva para prevenir y evitar la dispersión de los casos humanos es el uso dela vacuna antiamarilica, la cual
se recomienda vacunarse 10 días antes de ingresar a estas zonas en zooticas.