CARTAS AL EDITOR
DOI 10.25176/RFMH.v19.n2.2074
1 Estudiante de Medicina Facultad de Medicina, Universidad Ricardo Palma, Lima-Perú.
a Estudiante de Medicina.
Sr. Editor
El cáncer de vesícula biliar es una de las patologías más comunes de tracto digestivo, es más frecuente en mujeres que en varones predominantemente en la 6° y 7° década de vida; en poblaciones de raza blanca este es un tipo de neoplasia que ocupa el quinto lugar a nivel mundial1.
Por lo general, el cáncer de vesícula biliar no causa signos ni síntomas sino hasta más tarde en el curso de la enfermedad, cuando el tumor es grande o se ha propagado. La patología vesicular ha ido incrementando con los años ya que no hay una buena prevención. Muchos de los factores de riesgo, como la edad, el sexo y otros que son modificables como mujeres diabéticas, tabaquismo, obesidad con presencia de cálculos2.
Chile tiene la incidencia más alta de cáncer vesicular, entre hombres y mujeres. Según el estudio de Eslick publicado en 2010, la incidencia del registro de la ciudad de Valdivia de 12,3 y 27,3 en hombres y mujeres por cada 100.000 habitantes, lo ubica con la más alta incidencia del mundo. Datos del Ministerio de Salud de Chile3.
En 2010-2012 según el INEN – MINSA (Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas – Ministerio de Salud), en Lima metropolitana se registraron 1284 casos de cáncer de vesícula. La población mayormente afectada por esta patología fueron adultos mayores de 75 años. Por grupo de edad y sexo, fue predominante en mujeres, aumentando de 3,2% en mujeres de 55 a 74 años a 3,5% en 75 años a más4.
El comienzo de los síntomas es insidioso y simula una colecistitis; a menudo el diagnóstico se establece durante la cirugía de vesícula por otra causa. Cerca del 80 – 90 % de personas con cáncer de vesícula biliar tienen colelitiasis. Se cree que, debido a su capacidad de producir irritación crónica de la mucosa vesicular, la colelitiasis participa en el desarrollo del cáncer. Este cáncer pocas veces es extirpable en el momento del diagnóstico y la supervivencia promedio a los 5 años sigue siendo del 1% desde hace muchos años. El
cáncer de la vesícula biliar es el tumor maligno más frecuente de las vías biliares1.
En un estudio observacional analítico, transversal y retrospectivo que se realizó en el servicio de cirugía del Hospital Regional Honorio Delgado (HRHD) de Arequipa durante el período de enero 2008 hasta junio del 2010, la población estaba constituida por todos los pacientes que acudieron al servicio de cirugía a quienes se les intervino quirúrgicamente, la pieza operatoria fue enviada al servicio de anatomopatología para su procesamiento. El criterio de inclusión fue contar con un resultado (informe) de anatomopatología.
Se evidenció que 73 pacientes tenían diagnóstico de cáncer de vesícula biliar. El tipo histológico más común fue el adenocarcinoma con 71,2% (52 casos), seguido del carcinoma in – situ con 20,5% (15 casos), ambos tipos histológicos representaron el 91,7%. El carcinoma indiferenciado estuvo presente con 4 casos5.
Según los estudios la mayoría de cánceres son adenocarcinomas que crecen de la mucosa de la vesícula, por lo tanto, se sabe que la inflamación crónica puede ser el disparador para la progresión de displasia a carcinoma en pacientes susceptibles ya que la mayoría de estos factores están relacionados con la inflamación. Aquellos mayores de 30 mm presentan un riesgo multiplicado por 10 veces de desarrollar cáncer vesicular. El tamaño, peso, cantidad y densidad de los cálculos estarán aumentados en esta neoplasia.
Con el advenimiento del laparoscopio, en comparación con los controles históricos, esta enfermedad ahora se diagnostica con más frecuencia de manera incidental y en una etapa más temprana. Sin embargo, cuando los síntomas de ictericia y dolor están presentes, el pronóstico sigue siendo sombrío6.
Con la gran disponibilidad de la ultrasonografía, la colecistectomía se ha convertido en el más frecuente procedimiento quirúrgico en todo el mundo. Como resultado de esto, se espera un aumento del cáncer vesicular incidental. El carcinoma incidental de vesícula biliar es generalmente diagnosticado en estadios tempranos y lleva un mejor pronóstico que los cánceres no incidentales7.
Los pacientes con vesícula biliar en porcelana tienen la posibilidad de desarrollar cáncer por encima del 25%. Cualquier paciente mayor de 50 años con pólipo solitario en la vesícula biliar mayor de 1 cm debería ser sometido a colecistectomía laparoscópica con biopsia por congelación del pólipo. Pacientes con menos de tres pólipos independientemente del tamaño deberían ser considerados para colecistectomía laparoscópica si la morbilidad de resección es mínima. Pacientes con alto riesgo para anestesia general debería ser observado con ecografía cada 6 meses. Pacientes con más de tres pólipos es probable que tengan seudo tumor y pueden ser observados sin cirugía a menos que tengan síntomas de cólico biliar. Pacientes con hallazgossospechosos en un examen de ecografía, con vesícula en porcelana y con pólipos grandes solitarios deberían ser manejados con colecistectomia abierta y biopsia de la lesión sospechosa en un esfuerzo por minimizar la siembra de células tumorales8.
La presente comunicación busca identificar los factores clínicos y epidemiológicos relacionados a cáncer vesicular además se identifica que tipo según anatomía patológica es el más prevalente; como también tener en cuenta el perfil sociodemográfico más frecuente , en mujeres con sobrepeso u obesidad.
Correspondencia:Kelly Regina Huacachi Trejo.
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