CARTA AL EDITOR
REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA HUMANA 2022 - Universidad Ricardo Palma
1 Instituto de Ciencias Ómicas y Biotecnología Aplicada (Icoba), Pontificia Universidad Católica
del Perú, Lima-Perú.
2 Departamento de Ingeniería, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima-Perú.
a PHD Toxicología
Estimado editor,
Con respecto al lamentable derrame de petróleo ocurrido el pasado 15 de enero en nuestro mar y
costa peruana, me gustaría comentar sobre la necesidad de formular un Plan de Acción proactivo para
abordar las preocupaciones de Salud Ambiental a largo plazo y utilizar las mejores prácticas para
comunicar los riesgos a las personas cuyos medios de subsistencia están estrechamente entrelazados con
las áreas afectadas.
En primer lugar, debemos considerar que existe un impacto inherente que ya se ha dado en las personas
que han visto la vida silvestre afectada, espacios naturales que parecen inhabitables y las
prohibiciones para el trabajo, la alimentación y la recreación. Por lo tanto, las medidas para proteger
la salud mental deben estar a la vanguardia y deben exigirse esfuerzos para utilizar términos fáciles de
entender y a la vez precisos sobre el estado de las tareas de limpieza y los riesgos a los que están
expuestos.
Debido a nuestras prácticas culturales, debemos estar preparados para definir rápidamente la
seguridad y la comestibilidad de los productos del mar. Un derrame que afectó a tantos animales y
hábitats puede percibirse como un impacto significativo en la salud humana. Sin embargo, puede que este
no sea el caso ya que muchas de las especies comestibles tienen tasas metabólicas rápidas que van desde
semanas hasta meses. Solamente, un monitoreo y seguimiento adecuado permitirán saber a ciencia cierta
cuáles son los niveles de tóxicos presentes en los peces, mariscos y algas de consumo humano o animal.
Se debe dar prioridad a los análisis cuantitativos de los niveles de sustancias tóxicas derivadas del
petróleo, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) en muestras de tejido de agua y mariscos
de popular consumo, ya que son las más sólidas y hay muchos datos referenciales de otros derrames.
Dado que una de las mayores preocupaciones es la bioacumulación de HAP debido a sus propiedades
cancerígenas, la comunicación debe hacerse en términos de probabilidades de cáncer en función de tasas
de consumo, períodos y especies supuestas. En términos generales, el cáncer es una enfermedad
multifactorial y los carcinógenos juegan un papel en ella. Pero desde un punto de vista toxicológico,
los carcinógenos como los PAH no tienen umbrales de exposición, lo que significa que se considera que
cualquier exposición representa un riesgo. Sin embargo, nuestra población exige entender cuándo sería
seguro retomar las actividades que antes realizaba.
Yender, Michel y Lord(1) recomiendan utilizar conceptos de riesgos
aceptables como los que tomamos cuando bebemos pequeñas cantidades de alcohol y conducimos nuestros
automóviles. Por ejemplo, los expertos recomiendan indicar que los contaminantes cancerígenos se
encuentran en ciertos rangos en diferentes contextos de áreas no contaminadas del globo y también varían
su cantidad dependiendo de la forma en que se cocinan. Por lo tanto, las autoridades sanitarias deben
explicar con cuidado las nociones de riesgos aceptables y voluntarios al comunicar los niveles actuales
en especies de interés, de manera transparente e inequívoca.
Contribuciones de Autoría: La autora participó en la génesis de la idea, diseño del
proyecto, desarrollo, recolección e interpretación de data, análisis de resultados y preparación
de manuscrito.
Financiamiento: Autofinanciado.
Conflictos de intereses: La autora declara no tener conflicto de interés.
Recibido: 11 de febrero 2022
Aprobado: 19 de febrero 2022
Correspondencia: Fanny L. Casado, Ph.D.
Dirección: Pontificia Universidad Católica del Perú. Avenida Universitaria 1801, San
Miguel, Lima-Perú.
Teléfono: 626-2000 / Anexo: 4285
Correo: fanny.casado@pucp.edu.pe