Collaborative communication of teamwork
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con la contaminación de la Laguna de Huacachina e
implícitamente, prevalecerá la mejora del clima laboral
(carácter intangible) donde se logren transformaciones
ante la problemática identicada.
La comunicación, es la posibilidad de interacción del
conocimiento (Larson et al., 2016) donde se requiere
una participación activa para el aprendizaje (Rossler
& Kimble, 2016) de manera que, en este estudio
la comunicación como mecanismo permanente de
intercambio, recepción y comprensión de ideas para
el logró de la sustentabilidad, no solo sobre lo que se
realiza sino, en la visión universitaria, probablemente
impida la trasmisión factible de las claves estratégicas, el
fortalecimiento en la capacidad competitiva. Además, del
aseguramiento para la imagen universitaria.
De igual modo, el refuerzo para compartir informaciones
entre las personas, no pareció ser de naturaleza obligatoria,
pues se evidenció en este trabajo, ausencia de un plan de
comunicación o deciencias en acciones comunicativas de
modo que, la falta de decisiones distribuidas imposibilita
obtener un resultado concreto (Reeves et al., 2017;
Tsakizidis et al., 2016).
Ante los hallazgos se presume lo insuciente del
trabajo en equipo con base comunicativa donde hubo
pérdida periódica de la comunicación, débil facilitación
comunicativa por parte de tomadores de decisiones
para consolidar el trabajo en proyectos de investigación,
carencia de soportes idóneos comunicacional para cada
momento que propicie calidad informativa orientada
a, nuevos retos según las tendencias cognoscitivas en
cada disciplina garantizándose mayor rendimiento,
incremento de la participación docente en las actividades
de desarrollo, reducción de costos de inversión, aumento
del sentido de pertenencia y cultura propia institucional,
es decir, la interdependencia sobre los roles especícos,
fue carente (Salas et al., 1992).
Buckingham & Ferguson (2012) y Fidalgo et al. (2015)
explican la construcción social del aprendizaje colaborativo
y donde es preciso la valoración del seguimiento desde
lo individual y colectivo, pero al evidenciar limitaciones
en el reconocimiento del carácter individual, entonces
impedirá la integración hacia la participación de
actividades colaborativas en planos colectivos.
Read & Charles (2018) señalan que, entre las
características del equipo se encuentran: 1) múltiples
fuentes de información, 2) comunicación intensiva, 3)
tarea de conocimiento relevante, 4) interdependencias
de tareas, 5) coordinación entre miembros, 6) roles
especializados de los miembros y responsabilidades y 7)
estrategias adaptativas para ayudar al cambio dinámico.
Dichas características deben estar relacionadas con
los componentes para el trabajo en equipo exitoso
donde destacan: la comunicación, coordinación,
monitoreo, liderazgo de equipo, orientación de equipo
y retroalimentación cognoscitiva. La conjugación entre
las características y los componentes pareció estar ausente
destacando como una de las posibles razones para la
colaboración comunicativa del trabajo en equipo en la
universidad, la omisión o nula práctica sobre la política
cientíca. El intercambio de datos, informaciones
y resultados constituye la base para entender, los
sucedáneos cambios sociales y por el contrario, cuando
son ausentes existirá un retraso en la competencia técnica
y universitaria. Unido a ello, se requiere un análisis
incluso crítico y de interés motivacional en la política
cientíca desde la formación de posgrado (Conti &
Liu, 2015; Roach & Sauermann, 2017) para garantizar
programas de desarrollo competitivos. Se observó, el
carácter poco valorado de la política cientíca siendo de
gran preocupación que, no fue registrado ningún proyecto
multidisciplinario, interdisciplinario y transdisciplinario
para transformar la contaminación de las aguas en la
Laguna de Huacachina.
Esta ausencia de proyectos denotó, el incumplimiento
de los roles de interdependencia e interconexión que
rige el trabajo en equipo, asumiéndose la expresión
profesional del modelo Tayloriano. Si existen grupos de
investigadores, éstos no se complementan en sinergia
como un equipo de investigadores por lo cual, todo
resultado cientíco alcanzado puede ser endeble (Piers et
al., 2018).
Para cambiar y en consecuencia, crecer el número de
proyectos en la universidad, no solo para una temática
social especíca se requieren esfuerzos encaminados
a proporcionar lentes con que mirar las políticas
integradoras (Keairns et al., 2016; Kurian, 2017; Weitz et
al., 2017), pues de lograrse se contribuiría a la generación
de dispositivos inherentes a la explicación desde la
interacción colectiva y no, propiciar actitudes que sean
vistas como panaceas ante cualquier problemática.
Dentro de las principales limitaciones del estudio
estuvieron: el análisis histórico sobre mapas cognoscitivos
institucionales para analizar el desempeño colaborativo,
además, la aplicación de talleres con base en juegos
participativos como modalidad dimensionada para
reconocer los roles de interdependencia e interconexión
que rigen el trabajo en equipo.