Drastic decrease in the gasteropods community
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DISCUSIÓN
El presente estudio sobre la fauna malacológica del
RVSPV registró 5 familias, 8 géneros y 8 especies hasta
el año 2010, a diferencia de Arrarte (1953), quien
además reporta a Galba cubensis (Pfeier, 1839) (antes
Lymnaea cubensis) y Uncancylus concentricus, no obstante,
P. diaphanus y M. tuberculata estuvieron ausentes en su
estudio. Paraense (2003) añade a la lista, la especie D.
limayanum, la cual no ha vuelto a encontrarse. Más
adelante Larrea et al. (1990) suman a Galba viator y M.
tuberculata; G. cubensis no fue registrada. Para la década
del 90 Vivar et al. (1996, 1998) encuentran especímenes
vivos de seis especies: H. cumingii, M. tuberculata, G.
viator, P. venustula, D. kermatoides y H. peruvianum.
Por consiguiente, se observa a través del tiempo una
pérdida gradual de la diversidad de gasterópodos nativos
congurando las ocho especies nativas (Arrarte, 1953) en
tres especies nativas y dos introducidas al año 2010. Sin
embargo, es de necesidad considerar la heterogeneidad
de microhábitats del humedal para la comparación con
estudios previos (Paredes et al., 2007; Maltchik et al., 2010).
Ninguna especie registrada para RVSPV es endémica
(Vivar et al. 1998). Las especies no nativas encontradas
fueron: M. tuberculata introducida en los años 70
(Ramírez et al., 2003), su rango original incluye África, el
Sudeste Asiático y China (Van Damme & Lange, 2016).
Esta especie evidenció un aumento de su abundancia
relativa alcanzando un 37,17% para el 2010. M.
tuberculata es una de las especies más abundantes en los
humedales de Ventanilla (Vizcardo & Gil-Kodaka, 2015)
y humedales de Puerto Viejo (59,36%) (Iannacone, et
al., 2003); antes se ubicaba únicamente en las acequias
laterales de Los Pantanos de Villa (Vivar et al., 1998),
en la actualidad se la localiza en gran parte del humedal,
inclusive constituyendo la dieta de Fulica ardesiaca
Tschudi, 1843 (Guillen & Morales, 2003). Su rápida
propagación tiene sustento en su forma de reproducción
(partenogénesis) (Vivar et al., 1990; Da Silva et al.,
2020), longevidad (Pointier & McCullough, 1989)
y plasticidad ecofenotípica (Ferrer et al., 1993-1994
citado en Vivar et al., 1998), además se le ha atribuido
la ingestión de huevos de Physella spp., en condiciones
experimentales, como un efecto indirecto del pastoreo
(Ladd & Rogowski, 2012); la otra especie introducida
es P. trivolvis, originaria de América del Norte (Cordeiro
& Pérez, 2017). No descartamos posible competencia
interespecíca por partes de estas especies.
Las estaciones de muestreo se ubicaron próximas a la
laguna “Marvilla”, la cual está a pocos metros del Océano
Pacíco, por lo que la concentración de cloruros puede
ser mayor a diferencia de otras zonas. Vivar et al. (1998)
señalan que M. tuberculata, P. venustula, H. peruvianum
y D. kermatoides se ven limitados frente a una alta
concentración de cloruros y dureza total, mientras que
H. cumingii puede tolerar estos factores, por lo que la
especie presentó la mayor densidad y abundancia relativa
en todos los años de estudio. No obstante, para el año
2010 las densidades entre H. cumingii (9,22 ind·m-²) y
M. tuberculata (6,06 ind·m-²) se vuelven muy cercanas.
La constante presencia de H. cumingii corrobora su
plasticidad ecológica (Fiori & Carcedo, 2011), logrando
soportar un pH entre 6,4 a 8,9 (Vivar et al., 1998). Por
otro lado, adaptaciones como la presencia de hemoglobina
y una branquia secundaria (pseudobranquia) en los
planórbidos (Strong et al., 2008) ha logrado mantener
su abundancia relativa a través del tiempo, años atrás H.
peruvianum seguía a H. cumingii en abundancia (Vivar et
al., 1998).
La temperatura del agua se relacionó positivamente
con la densidad de M. tuberculata y planórbidos, lo
cual evidencia la relevancia del microhábitat acuático
en sus ciclos de vida. Vizcardo & Gil-Kodaka (2015)
encuentran similar correlación para M. tuberculata en los
humedales de Ventanilla. Este tiárido se ve beneciado
por temperaturas cálidas, ya que su tasa de crecimiento
se incrementa juntamente con la temperatura (Dallas &
Ross-Gillespie, 2015), su rango térmico es de 18°C-32°C
(Mitchell & Brandt, 2005). Asimismo la profundidad
se asoció a este tiárido, a diferencia de los pulmonados,
los prosobranquios como M. tuberculata poseen
branquias verdaderas (ctenidium) (Strong et al., 2008),
de modo que le permiten colonizar microhábitats de
mayor profundidad; estaciones con mayor profundidad
presentaron mejor transparencia, lo cual reeja ambientes
con una adecuada descomposición de la materia orgánica.
Por otro lado, Van der Schalie & Berry (1973) indican
que la temperatura óptima de crecimiento en tres especies
de planórbidos, entre ellas P. trivolvis, es de 22°C a 25°C,
entonces, es posible que la densidad de planórbidos
hallada durante el 2005 se haya visto favorecida debido a
la mayor temperatura registrada para ese año.
En el año 2010 no se encontraron individuos vivos
de P. diaphanus, P. venustula y H. peruvianum. A
diferencia de los gasterópodos con branquias como H.
cumingii y M. tuberculata, los gasterópodos pulmonados
(Lymnaeidae, Physidae, Planorbidae) tienden a ser menos
hidrodinámicos (Narr & Krist, 2019), por lo que tienen
menor grado de vagilidad y en consecuencia dependen
de sistemas lénticos estables y no polutos para prosperar
(Pennak, 1989).