Geolocation and biosecurity of layer farms
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y también de la incertidumbre que proviene del marco
de referencia utilizado (Ramos, 2016; Aerts et al., 2019).
En la georreferenciación, la precisión que se obtiene es
en función de tres variables: 1) el método utilizado, 2) el
instrumental elegido y el 3) el tiempo destinado a realizar
la tarea. Botton (2014) planteó que debe existir algún
método de control; por ejemplo, se puede vincular el
levantamiento a dos puntos de coordenadas conocidas;
realizar un itinerario cerrando sobre el punto de partida;
o bien medir factores cuyo único n es el control.
Con el uso de la georreferenciación se podrá tener un mejor
control de las medidas de bioseguridad de las granjas,
mostrando un impacto positivo sobre el comportamiento
bioproductivo de estas. Elementos como la ubicación, la
cercanía con otras unidades de producción, los poblados
y asentamientos de aves migratorias, son aspectos
fundamentales a tener en cuenta (Argudin, 2018). Según
Bailey (2014), la bioseguridad tiene muchas deniciones
posibles y todas son acertadas. Emitir una que nos pueda
servir de base para el desarrollo de sus aspectos tales
como: la aplicación de controles y medidas de salud e
higiene, para prevenir la introducción y propagación de
enfermedades infecciosas. Además, se considera el pilar
fundamental de la salud avícola, en el cual se llevan a cabo
procedimientos técnicos, medidas sanitarias y normas de
trabajo aplicadas en forma lógica para prevenir el ingreso
de agentes infectocontagiosos a las explotaciones avícolas
y de éstas a otras explotaciones (Aguidissou et al., 2020;
Goualie et al., 2020).
En las buenas prácticas de producción avícola se deben
aplicar dos tipos de bioseguridad: activa y pasiva. Se
entiende por bioseguridad pasiva que está dada por la
situación geográca en que se encuentre la explotación,
en los que se destacan los factores siguientes: los vientos
dominantes, la presencia de bosques o de zonas con agua
(canales, ríos, lagos), la climatología, la existencia de vías
de comunicación y frecuencia del tránsito, la existencia
de instalaciones de interés sanitario (granjas, mataderos,
fábricas de pienso, vertederos), la densidad ganadera
y la problemática sanitaria de la zona. Sin embargo, la
bioseguridad activa será la que se practica dentro de los
límites de la explotación, tales como: el vallado, el control
y desinfección de la entrada de personas, vehículos,
animales y materiales, los silos y almacenes, el agua, el
pienso, la higiene del personal, los programas vacúnales
y farmacológicos, la eliminación de cadáveres y gallinaza,
formación del personal (Zhao et al., 2016; Sunyer, 2017;
Carpentier et al., 2019; Aguidissou et al., 2020; Goualie
et al., 2020).
Existen varios niveles en los que se pueden analizar los
factores de riesgo causados por la aplicación inadecuada
de programas de bioseguridad en la avicultura: el
primero al interior de granjas avícolas y el segundo en
zonas de producción, regiones o espacios geográcos
(MacDiarmid, 1993; CONAVE, 2008; Bos et al., 2018;
Benjamin & Yik, 2019; Blokhuis et al., 2019).
La bioseguridad juega un papel importante en el campo
productivo, siendo esta de demarcación imprescindible
para la sostenibilidad de las producciones ya sea desde sus
etapas iniciales hasta que alcanzan su máximo potencial
productivo (Germany et al., 2019; Norton et al., 2019).
Se debe tener en cuenta cinco factores fundamentales,
considerados estos como pilares de toda producción
avícola y no son otros que: la bioseguridad, la genética,
el manejo, la nutrición y la prevención y control de las
enfermedades. Regulando estos se puede controlar el
comportamiento en los rebaños de ponedoras y sus
reemplazos (Goualie et al., 2020).
Teniendo en consideración estos antecedentes abordados
anteriormente relacionados con el poco conocimiento
de la magnitud de la georreferenciación e impacto en las
deciencias en el control de la bioseguridad de las granjas
avícolas de ponedoras y sus reemplazos en la Empresa
Avícola de Matanzas PioMat; el presente trabajo tuvo
como objetivo, establecer la geolocalización y evaluación
de la bioseguridad de las granjas de ponedoras y sus
reemplazos en PioMat.
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
La investigación se realizó en la provincia Matanzas de
Cuba, situada entre los 23°16″N y los 80°56″O, con
una extensión territorial de 11 791,82 km² y densidad
poblacional avícola de 434.789.
Recolección de datos
Se realizó un estudio observacional transversal a partir de
las crianzas en diez Unidades Estatales Básicas (UEB) de
gallinas ponedoras y cinco de reemplazos, pertenecientes
a la Empresa Avícola PioMat durante un período de ocho
semanas desde marzo a mayo del 2019. Se registraron los
datos: cuadrantes epizootiológicos, identicación de las
UEB, total de naves de crianza, orientación de las naves,
distancia y localización de poblados y carreteras cercanas
en hojas de Microsoft Oce Excel 2016.