Young university students and addictions
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método de criterio de experto, que se sustenta en la con-
sulta a quienes poseen amplios conocimientos del objeto
de estudio y es básicamente subjetivo. En la investigación
se asume como experto a la persona o grupos de personas
capaces de ofrecer, con un máximo de competencia, valo-
raciones sobre un determinado problema, hacer pronós-
ticos reales y objetivos sobre el efecto, la aplicabilidad, la
viabilidad y la relevancia que puede tener en la práctica la
propuesta y brindar recomendaciones para perfeccionarla
(Crespo, 2017; Juárez & Tobón, 2018).
Los métodos de procesamiento de la información
recopilada utilizados, en la categoría de intelectuales
fueron los siguientes:
Diseño: consistió en un estudio descriptivo de análisis
de documentos (Montero & León, 2007). Se tomó en
cuenta las consideraciones propuestas por Ramos et al.
(2008), y las recogidas en los Principios de Berlín para
Rankings de Instituciones de Educación Superior (GERI,
2006).
En Cuba, las drogas se clasican en dos grandes grupos:
legales (tabaco, alcohol y medicamentos, que, en el caso de
estos últimos, solo se expenden bajo prescripción médica,
y son controlados por medio de una tarjeta y/o tarjetón) y
las ilegales (marihuana, cocaína, LSD, opio, etc.).
Métodos estadísticos: se recurrió como método de
procesamiento de la información recopilada el método
estadístico, en particular la estadística descriptiva para
la elaboración de los grácos. Como procedimiento se
utilizó el análisis porcentual.
Aspectos éticos
Para la realización de la investigación, se tuvo en cuenta
el consentimiento informado de todos los participantes,
también se tuvieron en cuenta las normas éticas que
posibilitaron promover y asegurar el respeto de todos los
participantes en el estudio, de modo que se respetaron
sus criterios/opiniones y derechos individuales, para
poder generar nuevos conocimientos sin violar los
principios éticos de la intimidad y condencialidad de
la información personal, de todos los participantes en la
investigación (DHAMM, 2013).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La mejora de la salud, supone que los individuos
dispongan de información y de habilidades personales.
La institución educativa de hoy, está llamada a integrar
la búsqueda de la salud al proceso pedagógico como
una exigencia social, con signicación importante
para la elevación de la calidad educativa, lo que resulta
viable a partir de la evidente posibilidad al considerar la
promoción de la salud desde la proyección educativa, que
contiene su inuencia en la educación de estilos de vida
sanos y el desarrollo de habilidades para la vida como
parte de la formación de la cultura general integral del
ser humano (Restrepo & Málaga, 2001; Carvajal, 2007;
Acosta et al., 2015; Martínez et al., 2016).
El diagnóstico en el contexto de las universidades médicas
adquiere un signicado especial, pues ofrece elementos
sucientes acerca de las necesidades de superación, lo
que implica dirigir acciones acertadas con diferentes
niveles de exigencia para conducirlos hacia la zona de
desarrollo potencial, haciendo énfasis en los métodos más
adecuados. En relación con esto se ha planteado que “Se
diagnostica para saber el nivel alcanzado, qué precisa ser
atendido, modicado en función del objetivo esperado”
(Quintana, 2008; Zilberstein-Toruncha & Olmedo-
Cruz, 2014; López et al., 2019).
Se parte de un diagnóstico donde se emplearon los
métodos declarados en el estudio, correspondientes
a la observación y la encuesta para conocer el nivel de
conocimiento que poseen los estudiantes acerca de las
adicciones en general, lo cual se utilizó para el diseño de
las temáticas a implementar en el curso.
Las observaciones realizadas a los objetivos previstos
hicieron evidente, la presencia sobre todo de alcohol y
tabaco (70 %), en un menor por ciento, la combinación
de los medicamentos con las bebidas, y no se observó la
presencia de otros objetos que llevaran a sospechar el uso
de otras sustancias, lo cual concuerda con otros autores
al respecto (Gutiérrez et al., 2016; González & Sandoval,
2019; Mojena et al., 2021).
De la encuesta aplicada a los estudiantes, resultó que 119
consumen alguna sustancia aditiva, y que al menos una
vez, se han puesto en contacto con estas (60,7 %), no así,
77/39,2 % que su respuesta fue negativa. En relación con los
efectos provocados por el consumo de sustancias aditivas,
141 estudiantes fueron capaces de describir estos efectos,
basados en su propia experiencia y en las de compañeros
o familiares cercanos, lo que representó un 72 %, destaca
que solo 55/28 % respondieron negativamente a este
indicador. Por último, al indagar sobre el conocimiento de
los sitios/lugares de expendio y consumo de estas sustancias
159/81,1 % respondió armativamente, y solo 37/18,8 %
negó el conocimiento (Tabla 1).