Revista Biotempo: ISSN Versión Impresa: 1992-2159; ISSN Versión electrónica: 2519-5697 Torres-Martínez et al. Professional improvement of the Cuban health sector
MT MT
que aborden resultados de investigaciones relevantes o
asuntos trascendentes que los motiven constantemente a
la creación de espacios de búsqueda de inquietudes que
se identiquen o acerquen a los intereses y necesidades
propias de su desempeño, elevando así su capacidad para
enfrentar los problemas y resolverlos en un contexto
político, económico y social que parece complejizarse
cada vez más para los pueblos de la región, y que merece
y debe ser mejorado en su justa dialéctica con soluciones
teóricas, metodológicas y prácticas (Lage, 2019; Peer &
Jacoby, 2019; Villareño et al., 2020).
En los referentes estudiados se conceptualizan como
criterios anes, que el diseño de las acciones de
superación como resultado de decisiones de un momento
histórico-educativo determinado, debe concebirse como
un proceso evolutivo, educativo e integral, centrado en el
sujeto y, por tanto, ajustado a las insuciencias, intereses
y ritmos de aprendizaje, en continuo perfeccionamiento
según surjan las necesidades (Ross et al., 2014; Lage,
2019; López et al., 2019).
En Cuba las estrategias de desarrollo de la salud pública
y la educación médica del posgrado, conjugan los
conocimientos propios de la profesión y los pedagógicos,
como herramienta indispensable para sustentar el
desarrollo de los procesos formativos de los profesionales
de la salud, en virtud de egresar nuevas generaciones
atemperadas a los nuevos tiempos (Lage, 2019; Peer &
Jacoby, 2019; Villareño et al., 2020).
Por ello, la superación profesional en este sector, propia de
la nueva universidad cientíca, tecnológica y humanista,
desempeña un papel determinante en la formación y
desarrollo de recursos humanos que desde concepciones
salubristas abordan los problemas de salud, de forma
integral e integrada (Cardentey & González, 2016).
La universidad médica tiene el deber de planear, partiendo
de una gestión estratégica educacional que busque la
excelencia de los servicios de salud, una superación que
permita a sus profesionales, asumir un rol protagónico
en la transformación de su medio laboral, en una suerte
de participación consciente y activa, con un alto grado
de motivación, humanismo y compromiso (Álvarez et al.,
2018).
Así en Cuba, la superación en este ámbito, se constituye
en el medio ideal para preparar a los profesionales con una
cultura y una visión de los procesos de salud, que integra
lo asistencial, lo gerencial, lo docente y lo investigativo,
y contempla el trabajo del enfoque de riesgo, desde
el vínculo del método clínico con el epidemiológico
y al análisis de la situación de salud, como el principal
instrumento para la toma de decisiones (Urbina, 2015;
Álvarez et al., 2018; López et al., 2019).
Resulta imprescindible entonces que, desde su
concepción, todo programa de superación, exible pero
con rigor, proponga objetivos desde el punto de vista
instructivo, que precisen las capacidades a formar y los
conocimientos a asimilar y, desde lo educativo, muestren
los valores éticos y morales que permitan expresar una
plena conciencia de los problemas culturales, ambientales
y sociales, y su solución con creatividad y profundización,
sistematizando o integrando todo el contenido profesional
para hacer del egresado un sujeto más eciente, ecaz
y productivo y, consecuentemente, competitivo en el
mercado profesional, a la par de participantes activos de
su propia formación (Álvarez & Fuentes, 2000; Borges et
al., 2020).
A consideración de los autores, un primer paso
importante en esta concepción sería, elaborar propuestas
de superación que no solo conciban la salud desde
una posición curativa, sino también preventiva; que la
naturaleza de sus modelos deje de ser mayoritariamente
ofertista, para generarse desde los contextos de su
aplicación; que el prisma bajo el que se dirijan, rompa
los esquemas tradicionales y propicie aprendizajes
activos, signicativos y verdaderamente genuinos, desde
una didáctica inteligente que con objetivos, métodos,
formas y medios renovados, prepare para un desempeño
profesional que esté a la altura de lo que nuestro proyecto
social y el presente y complejo siglo demandan (Villareño
et al., 2020).
A nuestro juicio, los objetivos deben volcarse hacia
los principales problemas de salud, a los programas
priorizados; los métodos en aras de generar actitudes
activas, creadoras, revolucionarias ante las dicultades,
de naturaleza problémica para generar dudas, posturas
inquisitivas, investigativas, reexivas; los medios
atemperados a la gigantesca transformación que las
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
(TIC) imprimen a los Procesos de Enseñanza Aprendizaje
(PEA), con sus innitas bondades, facilidades y ventajas
mediante el empleo de plataformas virtuales, redes
sociales y otros.
Al respecto, varios autores coinciden en el hecho de que
aunque las TIC desempeñan un importante papel ya
que asumen un rol signicativo como medio o recurso
para potenciar los aprendizajes en los estudiantes durante
la docencia que reciben, la vinculación (prácticas pre-
profesionales) y la investigación, y que además se