An analysis of the main beliefs, myths, uses and other social and cultural
manifestations of mollusks (snails, slugs and others) in Cuba is presented, based
on ethnological work carried out in different locations on the island of Cuba, from
the 2010, until 2020. In order to carry out the research, methods of sociocultural
research, such as those at the theoretical and empirical level, were used in their
dialectical interrelation, among which the following stand out: historical - logical,
analytical - synthetic, inductive - deductive, all from the theoretical level, and
from the empirical level, the interview and documentary analysis. More than 500
residents throughout the national territory were interviewed and the answers to
the questions that the authors considered the most signicant were chosen. The
presence of snails at different levels of the social and cultural life of the Island of
Cuba, gives mollusks an extraordinary importance.
Key words: Cuba – mollusks – shells – slug – snails
PAIDEIA XXI
Vol. 10, Nº 1, Lima, enero-junio 2020, pp. 77-93
ISSN Versión Impresa: 2221-7770; ISSN Versión Electrónica: 2519-5700
ORIGINAL ARTICLE / ARTÍCULO ORIGINAL
AN APPROXIMATION IN CUBAN CULTURE ABOUT
THE MOLLUSKS
UNA APROXIMACIÓN EN LA CULTURA CUBANA
ACERCA DE LOS MOLUSCOS
Rafael Armiñana-García1*; Mileidy Tiza-Martínez1; Rigoberto Fimia-Duarte2;
Anel Fernández-Vizcaíno1; José Iannacone3, 4; Frank Nieve-Fariñas5; Yurvis
Robaina-Font1 & Yanira Zaita-Ferrer2
1*
Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas, Cuba. E-mail: rarminana@uclv.cu / mtmartinez@
uclv.cu / ahviscaino@uclv.cu / yurvisrobaina@nauta.cu
2
Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara, Cuba. E-mail: rigobertofd@infomed.sld.cu /
yanirazf@infomed.sld.cu
3
Laboratorio de Parasitología. Facultad de Ciencias Biológicas. Universidad Ricardo Palma (URP).
Lima, Perú. E-mail: joseiannacone@gmail.com
4
Laboratorio de Ecología y Biodiversidad Animal. Facultad de Ciencias Naturales y Matemática.
Grupo de Investigación en Sostenibilidad Ambiental (GISA), Escuela Universitaria de
Posgrado, Universidad Nacional Federico Villarreal (EUPG-UNFV). Lima, Perú.
5
Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, Cuba. E-mail: franknieve@uo.edu.cu
Author for correspondence
: rarminana@uclv.cu
ABSTRACT
doi:10.31381/paideia.v10i1.2983
Armiñana- García et al.
78
PAIDEIA XXI
Se presenta un análisis de las principales creencias, mitos, usos y otras
manifestaciones sociales y culturales de los moluscos (caracoles, babosas y
otros) en Cuba, sobre la base de un trabajo etnológico realizado en diferentes
localidades de la Isla de cuba, desde el 2010, hasta el 2020. Para la realización
de la investigación se utilizaron métodos propios de las investigaciones
socioculturales, como los del nivel teórico y empíricos, en su interrelación
dialéctica, entre los que se destacan: histórico - lógico, analítico - sintético,
inductivo - deductivo, todos del nivel teórico, y del nivel empírico, la entrevista
y análisis documental. Fueron entrevistados más de 500 pobladores en todo el
territorio nacional y se escogieron las respuestas a las preguntas que los autores
consideraron las más signicativas. La presencia de los caracoles en diferentes
niveles de la vida social y cultural de la Isla de Cuba, le concede a los moluscos
una extraordinaria importancia.
Palabras clave: babosa – caracoles – conchas – Cuba – moluscos
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Para un investigador de la malaco-
fauna, un estudiante de Zoología u otro
avezad
o en el tema, el término molusco
le resulta familiar. Sin embargo, para
la población le es más cotidiano el ter-
mino caracoles o babosas. El término
Molusco proviene del latín, mollis que
signica blando, son animales acuá-
ticos y terrestres (Wolfe et al., 2007;
Yearbook, 2012). Han sido descritas
más de 100 000 especies vivientes y
se conocen cerca de 70 000 especies
fósiles, debido a que este grupo po-
see una larga historia geológica, dado
fundamentalmente por la presencia
de una concha de carbonato de cal-
cio que facilita las probabilidades de
conservación (Whiting et al., 2011; Del
Giudice, 2014; Armiñana, 2019).
Los moluscos tienen una larga y
compleja historia taxonómica, en la
que se han empleado centenares de
nombres. Según Brusca & Brusca
(2016), Aristóteles (335 A C), fue qui-
zás el primer cientíco que reconoció
formalmente a los moluscos dividién-
dolo en dos grupos: malachia (los cefa-
lópodos, o sea los pulpos, calamares,
nautilos y otros) y ostrachodermata
(las formas que poseen concha), y divi-
dió a estos últimos en dos subgrupos:
univalvos (los que poseen una sola
concha) y los bivalvos (que tienen dos
conchas, como las ostras, mejillones y
ostiones). En realidad, Aristóteles se
convirtió así en el primer coleccionista
de la historia.
Los moluscos son considerados
el tercer grupo de animales más
importantes después de artrópoda
y vertebrados (Sallam & El-Wakeil,
2012, Armiñana et al., 2017). Los
moluscos pueden ser vectores de
numerosas enfermedades, que afectan
al ser humano y a los animales (García
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PAIDEIA XXI
& Everton, 2008; Iturbe-Espinoza
& Muñiz, 2011; Pinto & Melo, 2012;
Fimia et al., 2014; Armiñana, 2019).
Sin embargo, estos invertebrados le
proporcionan al hombre una serie
de bienes y benecios ecológicos y
económicos (Léo et al., 2012; Nóbrega,
2012; Santhiya et al., 2013; Del
Giudice, 2014).
El hombre los ha utilizado de
múltiples maneras, como fuente de
alimento, herramientas, instrumentos
musicales, prendas, joyas y adornos
personales, como moneda u objeto
de intercambio, han servido de
inspiración en la arquitectura y en
la ingeniería, están presentes en la
mitología y su inuencia ha traspasado
formas tan sutiles de la conciencia del
hombre como las artes y la religión
(Drew, 2005; Alves et al., 2012; Léo
et al., 2012; Nóbrega, 2012; Ferreira
& Chagas, 2019; Pernet et al., 2019).
También han estado presentes en
estudios de ecotoxicología (Vivar et al.,
1993; Tassara et al., 2001; Iannacone
et al., 2002; Dorta-Contreras et al.,
2006; Babu et al., 2011; Flores- Garza
et al., 2012; Verdes et al., 2016).
Esta relación hombre-molusco, na-
cida desde los comienzos mismos de la
humanidad, ha persistido hasta nues-
tros días, y las almejas, pulpos, cala-
mares y caracoles marinos y terrestres
continúan siendo platos favoritos de
muchos pueblos de las más diversas
culturas; además de ser fuente de ins-
piración para escultores, pintores y
poetas, la ación por las conchas de
los moluscos constituye una de las
motivaciones para coleccionistas más
difundida en el mundo, y que con ma-
yor número de adeptos cuenta en la
actualidad, comparable sólo con la
latelia y la numismática (Espinosa
& Ortea, 2009; Whiting et al., 2011;
Abowei & Ezekiel, 2013; Chagas & He-
rrmann, 2015; Aborrezco et al., 2017;
Pernet et al., 2019).
Pero la importancia de los moluscos
no se limita al estrecho marco de los
intereses humanos. Este grupo de
larga y compleja historia evolutiva,
cuyo lejano origen en el tiempo se
remonta a los nales del periodo
Cambriano, entre 500 y 600 millones
de años atrás, han podido adaptarse
y sobrevivir a las grandes crisis y los
notables cambios de condiciones que
ha experimentado la vida en la Tierra
(Wolfe et al., 2007; Yearbook, 2012;
Fortunato, 2015). Por su diversidad
de especies, la abundancia de muchas
de sus poblaciones y sus hábitos
de vida, los moluscos han tenido
un gran éxito en la conquista de los
ambientes marinos, dulceacuícolas
y terrestres, y constituyen elementos
imprescindibles en el equilibrio
biológico de numerosos ecosistemas y
hábitats (Wolfe et al., 2007; Yearbook,
2012; Annesley, 2017).
La presente investigación tuvo
como objetivo fundamental recopilar
información algo dispersa sobre
las creencias, mitos, usos y otras
manifestaciones sociales y culturales
de los moluscos y aportar nuevos
datos obtenidos por los autores
mediante entrevistas y observaciones
efectuadas desde el 2010 hasta el
2020.
Armiñana- García et al.
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PAIDEIA XXI
MATERIALES Y MÉTODOS
Para la realización de la investiga-
ción se utilizaron métodos propios de
las investigaciones socioculturales,
como los del nivel teórico y empíricos,
en su interrelación dialéctica, entre
los que se destacan: histórico - lógico,
analítico - sintético, inductivo - deduc-
tivo, todos del nivel teórico, y del nivel
empírico, la entrevista y análisis do-
cumental.
Las entrevistas se realizan a los
habitantes de algunas provincias de
la República de Cuba, de diferentes
sectores de la sociedad, como amas de
casa, campesinos, obreros, intelectua-
les, estudiantes entre otros.
Para lograr la efectividad de las
entrevistas, el entrevistador debe tener
disposición y/o paciencia, debe estar
seguro de lo que desea preguntar, al
momento de empezar a emplear las
preguntas el lenguaje a emplear debe
ser claro, comprensible. Las preguntas
precisas y sencillas (cortas), deben ser
exactas a lo que se quiere preguntar,
y adecuadas al nivel cultural del
entrevistado y debe lograrse un ecaz
intercambio con parte de la familia
presente en la vivienda, si se realiza
entrevista en el interior de la casa o
en un centro de estudio o de trabajo,
lo cual permitirá los entrevistados con
los investigadores (Armiñana, 2018).
Para grabar lo expresado por los
entrevistados se utilizó las Tecnología
de la Información y la Comunicación y
en particular la telefonía móvil.
Aspectos éticos
La investigación estuvo sujeta a
normas éticas que posibilitaron pro-
mover y asegurar el respeto de todos
los participantes en el estudio, de
modo que se respetaron sus criterios/
opiniones y derechos individuales,
para poder generar nuevos conoci-
mientos sin violar los principios éticos
de la intimidad y condencialidad de
la información personal, de todos los
participantes en la investigación (De-
claración de Helsinki AMM, 2013).
RESULTADOS
A continuación, se exponen una
selección de las más importantes res-
puestas dadas por diferentes poblado-
res en Cuba a cerca de los caracoles,
como una aproximación en la cultura
de la isla.
Los caracoles en la medicina
Jorge Castillo Hernández, 65 años
(Caibarién) custodio:
«Yo he oído decir que el caracol o
la baba del caracol rejuvenece la
piel y quita las arrugas», también
que tumban los ojos de pescado y
verrugas. Usted coge una babosa
de esa de las grandes que tienen
como dos rayas en la parte de arriba
y se pasa la baba por las verrugas
varias veces, después coge la babosa
la pones al sol y cuando se seca la
babosa se cae el ojo de pescado o se
quita la verruga»
Julio Aparicio Martínez, 60 años
(Sagua la Grande) Profesor de Historia:
«Yo he leído que los caracoles se
usaban antiguamente como un
remedio para la cura del asma, y el
sangramiento por la nariz».
Ángel Quirós Espinosa, 66 años
(Santa Clara) investigador del Centro
de Estudios Ambientales de Villa Cla-
ra:
Cuban culture about mollusks
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PAIDEIA XXI
«El veneno de un caracol marino
como caracoles cono, que estos ani-
males usan para inmovilizar presas,
contiene numerosos péptidos del tipo
de los conocidos como conotoxinas,
algunas de las cuales pueden actuar
como analgésicos».
Josefa Banasco Almentero, 71 años
(La Habana) Doctora en Ciencias Bio-
lógicas:
«El caracol, tiene sustancias curativas
o regenerativas que el hombre puede
utilizar. La carne de caracol, además
de estar presente en la gastronomía,
es actualmente empleada con nes
medicinales»
Jesús Garcés Fonseca, 65 años
(Granma) profesor de Zoología:
«Yo me tomo un vaso de ostiones, con
salsa de tomate, limón y sal y se me
quita todo lo que tengo, para mí que
es afrodisiaco también»
Marlén Fernández Pérez, 49 años
(Villa Clara) enfermera:
«
El caracol o la babosa tiene numerosas
aplicaciones medicinales, hay una
compañera mía de trabajo que me dijo
que antes se utilizaba para curar el
asma, la gota o las hemorragias nasa-
les, y que su baba tiene efectos restau-
radores en las paredes del estómago y
lubricante en las vías pulmonares y en
la faringe».
Yanira Zaita Ferrer, 48 años (Villa
Clara) profesora de Servicios Farma-
céuticos:
La necesidad de buscar nuevas
fuentes de materia prima para la
industria alimentaria, cosmética y
farmacéutica, promueve el estudio
de alternativas más económicas que
puedan sustituir importaciones,
donde la fuente de obtención sean los
recursos naturales. Partiendo del uso
tradicional del mucus de la babosa
terrestre cubana Veronicella cubensis
(Pfeiffer, 1840) en el tratamiento de
las verrugas infecciosas comunes en
humanos, se hace necesario registrar
la evidencia de los benecios de esta
alternativa natural y así demostrar
el uso tradicional del mucus de la
babosa terrestre en el tratamiento de
estas afecciones.
El caracol como fotuto
Noel Chirino Flores, 70 años, (La
Esperanza) jubilado:
«Bueno en mi zona, siempre eso se
utilizó cuando se separaba una pareja
y después volvían de nuevo, entonces
se reunían todos los guajiros de
la zona que vivían a su alrededor y
tocaban el fotuto. También cuando
un hombre se casaba con una
divorciada que la traía para la casa
esa noche igualmente se tocaba el
fotuto».
Onelio Olivera Pazo, 73 años
(Santa Clara) dulcero:
«Eso es más viejo que la sarna, en
la zona de campo donde yo vivía se
tocaba fotuto cuando las mujeres
traicionan al marido, entonces al
guajiro que le pasó eso por la noche
se le tocaba el fotuto, también cuando
la mujer metía otro marido en la casa
y el hombre lo sabía y era el tarrú
(cornudo), entonces por la noche se
le hacía una comparsa de fotutos».
Roberto Hernández Martínez, 75
años (Manicaragua) campesino:
«El fotuto, consiste en tocar el caracol
de noche, frente a la casa de una
mujer viuda o divorciada que se
vuelve a unir en pareja, y no paran
hasta que los enamorados no salgan
a celebrar con los vecinos y amigos,
o saquen la mano por la puerta con
una botella de ron».
Los caracoles como premio
Ángel Rodríguez Cuba, 62 años
Armiñana- García et al.
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PAIDEIA XXI
(Santa Clara) locutor de radio:
«En Cuba existe un premio que se
llama «Premio Caracol», que lo convoca
la Asociación de medios audiovisuales
y radio de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC). El premio se
le concede a diferentes categorías, como
el cine, radio, televisión y vídeo, con el
objetivo de apoyar al desarrollo artístico
de los medios de difusión masivas en
Cuba y estimular la calidad de las obras
de sus artistas».
Las conchas marinas y la magia
blanca
Entrevistado (no quiere dar a cono-
cer su nombre):
«Las conchas que vienen del mar
llegan cargadas de energía del océano,
porque este se puede relacionar
con la pureza, tranquilidad y la
vida, porque la vida se formó en los
océanos. En la religión Yoruba, se
utilizan las conchas marinas para
adivinar, el oráculo. Esta es una
técnica sencilla, fácil de realizar y
muy poderosa se combina con dotes
de videncia natural».
«Mira las conchas de mar nos dejan
ver datos precisos sobre fenómenos
futuros, sirven como guía si nos
encontramos en apuros o tenemos
problemas con deudas o dudas con
relación a algún tema y necesitamos
orientación al respecto».
«Si quieres, esta técnica de leer
las conchas la puedes realizar tú
mismo; por ejemplo, pídele a alguien
con experiencia en magia blanca,
videncia o trabajo con energía que te
sirva como medio para comprender el
mensaje».
«Se utilizan 10 conchas marinas
blancas, cartulina grande y un lápiz».
«Usted dibuje un círculo grande en la
cartulina y después coja 10 conchas
con las dos manos, aprieta bien las
conchas y te concentras, entonces
pides al universo que te muestre el
mensaje relacionado con el futuro,
puedes agitar las conchas para que
se carguen de energía y cuando estés
preparado, cierra los ojos y realizas
algunas preguntas que tengan que
ver con el amor , el dinero, la salud
o cualquier otra cosa importante y
deja caer las conchas en la cartulina,
entonces en dependencia de las
conchas que caigan en el interior
del círculo, podrás interpretar el
mensaje».
«Tienes que tener en cuenta las
conchas que cayeron en la línea
del círculo, si la mayor parte de
la concha cae dentro del círculo,
entonces tienes que contarla como
que está adentro, si ninguna concha
cae dentro del círculo, es conveniente
no seguir porque no es el momento
adecuado para consultar el oráculo».
Entrevistado (no quiere dar a cono-
cer su nombre):
«El juego de los caracoles es un arte
de los Yoruba, se lanzan 16 caracoles
sobre la mesa que ya está preparada,
y en el estudio de las formas que las
conchas cogen al caer encima de la
mesa».
«Antes de tirar los caracoles, hay que
rezar y saludar a todos los Orishas, y
cuando se tiran los caracoles hay que
hablar con los dioses y hacer pre-
guntas. Los dioses afectan el modo
en que los caracoles se riegan por la
mesa, dando así las respuestas a las
dudas que se les plantean».
«El juego con cuatro caracoles es más
utilizado en los ritos para preguntas,
pero por lo general las caídas
corresponden a las caídas del juego de
Obi y la cantidad de caracoles puede
variar de acuerdo con el país, el más
común es el de 16 o 17. El Elegguá es
el único que cuenta con 21 caracoles,
todos los demás Orishas, cuentan
con 18 caracoles, los cuales son
llamados Merindilóggun. De ellos son
Cuban culture about mollusks
83
PAIDEIA XXI
extraídos 16 caracoles que son los
utilizados para realizar las consultas,
a éste grupo se le llama Dilóggun y
a los caracoles restantes se les llama
Adeles, y son los testigos».
Los elementos básicos para tirar el
caracol son los siguientes:
1. 1 ota (piedrecita)
2. 1 cascarilla
3. 1 egun (falange de la rodilla del
chivo de Elegba)
4. 1 semilla deseada (esan ni ewea-
yo- guacalote)
5. 1 caracol mayor (kowo - aye)
6. 1 moneda comercial (la más gran-
de)
7. Otros elementos que el eggun
aconseje. (parte de un plato roto)
Santero, 32 años (Matanzas):
«Los caracoles son el instrumento
fundamental del santero para
comunicarse con el santo y ofrecer a
los que se consultan, a través de este
medio, un conocimiento oscuro sobre
su propia persona y los males que le
inquietan, así como la eventualidad de
intervenir positivamente en su futuro
a través de trabajos espirituales
como la rogación, el ebbó, el adimú
y muchos otros recursos que van
desde la no acción (si la letra viene en
iré arikú moyale; suerte completa),
pasando por las ofrendas, hasta la
máxima, que es hacer Ocha o Santo».
Los caracoles en la música
Kino Rodríguez García, 67 años
(Remedios). Músico y cantante líder de
la agrupación Gama:
«Bueno chico yo hace unos años
cantaba una canción, que no es
cubana, es hondureña creo y se
llama sopa de caracol, no me acuerdo
mucho de la letra, pero decía más o
menos así:
Si tú quieres bailar
Sopa de caracol
Eh!
Con la cintura muévela
Con la cadera muévela
Si lo que quieres es bailar
Si lo que quieres es gozar
Si tú quieres bailar
Sopa de caracol
Eh!
¡Sacude! ¡Sacude!
La cintura
¡Eh!
Saben quién llegó?
El grupo Gama!
Ricki Tiki
Zoila Fleites, 63 años (Caibarién).
Ama de casa:
«Hay una canción infantil, de esa
genial compositora de canciones
infantiles que era Teresita Fernández,
que se conoce como La palangana
vieja, pero que realmente se llama
Lo feo y que hace referencia a los
caracoles, una de las estrofas dice
así»:
En una palangana vieja sembré
violtas para ti
En una palangana vieja sembré
violtas para ti
Y estando cerca del rio, en un
caracol vacío...
En un caracol vacío cogí un lucero
para ti...
Los caracoles en la artesanía
Judith Zulueta De la Rosa, 48 años
(Placetas):
«En el año 1992, cuando el período
especial estaba en su punto, yo
cogía unos caracoles que habían
muchísimos en las zanjas de agua
que estaban en los alrededores de la
secundaria básica, y a las conchas
le abría un huequito y con un hilo
fuerte de empinar papalote, unía
una concha con la otra por medio
de una rama de una caña brava,
las barnizaba, y después las vendía,
y la gente me lo compraban y lo
guindaban en la pared, y se veían de
Armiñana- García et al.
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PAIDEIA XXI
los más bonito».
«No, hoy en día los artesanos hacen
maravillas con las conchas de los
caracoles, collares, pulsos, llaveros,
ceniceros, bioplas, y una pila de
cosas».
Roberto Hernández Pérez, (21
años) Sancti Spíritus, trabajador de la
salud:
«Yo he visitado muchísimas casas,
porque como estoy en la campaña
contra el mosquito los veo encima de
la mesa de centro, de los televisores,
en un rincón de la sala o en el cuarto,
hasta colgado de las paredes, porque
cuando yo voy a fumigar una casa los
veo»
Los caracoles en la escultura cubana
Francisco Juan Hernández Sieres,
36 años (Camagüey) veterinario:
«En Cayo Coco, yo he visto una
escultura que tiene que ver con los
caracoles, es una concha que tiene
la babosa y se ven hasta las antenas
de la cabeza, es como dos babosas en
una misma concha, es una escultura
tan grande como el cangrejo de
Caibarién»
Jorge Luis García, 55 años
(Cienfuegos) Botánico:
«En la ciudad de Cienfuegos, existe
una escultura de bronce ahí en el
Parque a las víctimas del ataque
nazi al tanquero Mambí, está en la
calle 37 y ave 22, fue realizada por
el escultor Mateo Torriente Bécquer
y esta escultura se llama Estrella
con caracola y cuerno. Esta obra
hace recordar los horrores de una
guerra. Esta obra acompaña a los
cienfuegueros para recordar los
horrores de una guerra, mientras
entona a través de su auta marina
un canto a la vida y al amor».
«También en la universidad he visto
esculturas con forma de caracoles»
Los caracoles en el humor
Adalberto Torrecilla Guevara, 58
años (Santa Clara) humorista:
«Si yo tengo un chiste con los
caracoles, dice que venían dos
caracoles por la calle y chocan de
frente, entonces en el momento
del accidente llega la policía y le
pregunta a uno de los caracoles que
tuvo el accidente que había pasado
y entonces uno de los caracoles le
dice al policía. - hay policía yo no me
acuerdo que pasó, ¡es que todo fue
tan rápido!»
Los caracoles en la cultura culinaria
cubana
El nene, 65 años (Las Tunas)
ingeniero:
«Bueno yo una vez cuando iba para
Nicaragua de misión me quedé en
casa de un amigo, eso fue por la
década de los 80, y el hizo un arroz
precocido con calamares en su tinta,
que por cierto me gustó, pero no es
una carne de mi devoción, es un poco
dulzona, seca, nita».
Jose Alberto Armiñana García, 70
años (Santa Clara) custodio:
«Cuando a la pescadería venían
calamares yo los compraba y los
preparaba, con mucha salsa de
tomate y me lo comía con arroz»,
en mi casa todo el mundo le mete
al calamar y hasta el pulpo, lo que
venga».
Roberto Expósito Roche, 69 años
(Santo Domingo) Profesor:
«Aquí en el pedagógico hace unos
cuantos años, en el menú incluían
calamares en salsa, que por cierto
muchos trabajadores ni lo probaban
y yo le pedía a aquellos que no lo
querían que me lo dieran y yo me
los comía, a mí me gustan y es muy
nutritivo».
Cuban culture about mollusks
85
PAIDEIA XXI
Frank Nieve Fariñas, 34 años
(Santiago de cuba) Químico:
«Un coctel de ostiones es maravilloso
y máxime cuanto usted está tomando
ron, hay mucha gente que no les
gusta principalmente a las mujeres,
yo no sé por qué será eso»
DISCUSIÓN
A continuación, se ofrecen algunas
consideraciones sobre lo expresado
por las personas entrevistadas a
modo de discusión y sobre la base de
la experiencia de los investigadores y
los estudios documentales realizados
durante muchos años.
Independientemente de que existen
algunos mitos sobre el uso de los
caracoles en la medicina, si se han
realizado investigaciones que avalan
su presencia, como lo aseveran Alcalde
& del Pozo (2008). Los caracoles se
han utilizado en la medicina popular
con curiosas fórmulas y aplicaciones
dentro de la llamada farmacia de la
naturaleza. El uso más popular y
directo es aplicar directamente su
“baba” o la mucosidad del pie sobre
irritaciones producidas en el campo por
plantas como las ortigas o para curar
en Cuba los «ojos de pescado». Uno
de los productos más demandados en
la actualidad es la crema de caracol,
con efectos curativos, basados en
la capacidad de los caracoles para
regenerar traumatismos en su concha
y en la masa visceral. Otro de los
productos que se han obtenido de los
caracoles y que fue comercializado
con cierto éxito contra los ataques de
asma, fue un polvo blanco llamado
helicina, obtenido de moler caracoles
desecados.
Los jarabes y los ungüentos de ca-
racol se prepararon en las farmacias
europeas hasta mediados del siglo xx
y los farmacéuticos, a partir de su de-
cocción, rica en sustancias mucilagi-
nosas, elaboraban jarabes aromatiza-
dos contra la tos y catarros persisten-
tes. Uno de estos jarabes, el llamado
caldo de caracoles, fue utilizado du-
rante siglos para combatir el escorbu-
to, causado por la falta de vitamina C
en la alimentación.
Las proteínas de los caracoles
intervienen en la restauración integral
de los tejidos gástricos, ayudando a la
cura de la úlcera.
Por ser un alimento rico en calcio,
ayuda a combatir el raquitismo y
es inapreciable para el estado de
lactancia. También es rico en sales
minerales y hierro. Su alto valor
en ácidos grasos poliinsaturados
ayuda a combatir el colesterol y es
recomendado para las dietas especiales
en casos de hipertrigliceridemia e
hipercolesterolemia. Así mismo, al ser
pobre en lípidos, puede ser consumido
por personas afectadas con problemas
hepáticos, arteriosclerosis y obesidad.
Armiñana- García et al.
86
PAIDEIA XXI
Figura 1. Campesino tocando fotuto.
En relación con la utilización del
caracol como fotuto, Lobatus gigas
(Linnaeus, 1758), cuyo nombre vulgar
es el cobo, es el caracol marino que
más se usa como fotuto (Fig. 1).
Es de destacar que los aborígenes
cubanos utilizaban el fotuto para
comunicarse y como instrumento
musical. Este legado llegó a los
conquistadores y perduró en los
campos de Cuba, el mismo se
manipulaba para avisar en las grandes
haciendas ganaderas, tabacaleras
y a los trabajadores que era la hora
del desayuno, almuerzo o de la
comida, un largo fotutazo, le avisaba
a los trabajadores que era la hora
de comer, también en el caso de un
incendio los vecinos se avisaban unos
a otros con el toque de fotutos y todo
el vecindario salía ayudar al afectado,
esto concuerda con lo planteado
Fernández (2011), en su artículo: «La
fotutera: ¿Tradición?»
En la actualidad en el parque
Nacional Alejandro de Humboldt, se
utiliza un caracol llamado guamo,
como medio de comunicación y así lo
asevera Hartmann (2013).
Si de religión se ha hablado en
este trabajo, es cierto que el uso de
caracoles marinos, como la cinturita
Cyphoma gibbosum (Linnaeus, 1758),
en prácticas religiosas afrocubanas es
muy habitual, propiciado por el prota-
gonismo de Yemayá, deidad de la reli-
gión Yoruba, reina del mar. La gura
2, muestra dos fotos de C. gibbosum.
A los caracoles terrestres no se les
da la misma importancia que a los
marinos en estos cultos. Sin embargo,
en entierros aborígenes precolombinos,
hallados en la cueva La Patana, Maisí,
se encontraron numerosas polímitas,
depositadas como ofrendas a los
muertos, lo que sugiere que estos
caracoles eran muy considerados por
los primitivos habitantes de Cuba, y tal
vez les conferían alguna importancia
mística, relacionada con la sepultura
Cuban culture about mollusks
87
PAIDEIA XXI
y la supervivencia, la muerte y la
resurrección, de manera análoga a los
antiguos romanos (Espinosa & Ortea,
2009).
Figura 2. Cyphoma gibbosum, caracol
marino llamado cinturita y muy
habitual en las prácticas religiosas
en Cuba. A la izquierda en su estado
natural alimentándose de una
gorgonia.
Lamentablemente, las polimitas de
estos enterramientos, fueron ilegal-
mente sustraídas por el arqueólogo
norteamericano Mark Raymond Ha-
rrington, en su expedición de 1915, y
se hallan expuestas en el Museo del
Indio, Smithsonian Institution, en
Washington.
Con la invasión de la especie exótica
invasora el caracol gigante africano,
Lissachatina fulica (Bowdich, 1822),
en Cuba, los que practican cultos con
caracoles, han incluido en sus rituales
a esta indeseable especie.
Evidentemente, las conchas de los
caracoles, han sido objeto de trabajo
por parte de los artesanos cubanos,
los cuales realizan diversos ornamen-
tos de alta belleza y calidad, como
collares, aretes, pulsos, y otros obje-
tos. En muchos hogares de Cuba, se
puede observar conchas de caracoles
adornando la sala de una casa, como
cobos, quincontes, ligus, polímitas y
otros muchos más.
Sin embargo, las polimitas,
moluscos terrestres del territorio
oriental cubano son el ejemplo más
conocido de especies afectadas por
la acción del hombre. La mayor parte
de sus poblaciones desaparecieron
cuando los bosques en que habitaban
fueron talados para sembrar café,
y por la acción de pesticidas con los
que se fumigan estas plantaciones.
Además, debido a la belleza de
sus conchas son capturadas y
comercializados indiscriminadamente
y muchas terminan como adorno en
una casa o como collares sin haber
concluido su ciclo biológico, por lo que
en este trabajo se hace un llamado a
preservar este tesoro de la fauna de
cuba, que forma parte de la cultura de
la isla.
Se concuerda con Chamizo et
al. (2012), que muchos son los
caracoles marinos que son utilizados
por los artesanos para la confección
de diferentes prendas y objetos
ornamentales, tales son los casos
del quinconte carey Cassis tuberosa
(Linnaeus, 1758); el quinconte de
ámulas Cassis ammea (Linnaeus,
1758); el cobo porcelana Lobatus
costatus (Gmelin, 1791); el cobito rojo
Lobatus pugilis (Linnaeus, 1758); el
cobito rana Lobatus raninus (Gmelin,
1791); el negro macao Cypraea cebra
(Linnaeus, 1758); el tritón Charonia
variegata (Lamarck, 1816); la coba
Armiñana- García et al.
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PAIDEIA XXI
Turbinella angulata (Lightfoot, 1786);
la cinturita o caracol de brujería C.
gibbosum; la ostra espinosa Spondylus
americanus (Hermann, 1781); la cigua
Cyttarium pica (Linnaeus, 1758) entre
otros.
Acerca de la actividad con la con-
cha, Hartmann (2013), hace referencia
a que los taínos ya utilizaban las con-
chas de los moluscos para elaborar la
gubia, las puntas, los picos, así como
los martillos, que eran objetos comu-
nes en los mismos y se caracterizaban
por ser tallados sobre diversas partes
de la concha de los cobos fundamen-
talmente. Además de otros ornamen-
tos.
Siendo Cuba un país receptor de
emigrantes y tan rico en caracoles te-
rrestres, sorprende que la migración
catalana, vasca, valenciana e incluso
andaluza, consumidores habituales
de estos animales, no haya desarrolla-
do un recetario gastronómico. Es lla-
mativo el caso de los andaluces, que
muestran cierto rechazo hacia el con-
sumo de caracoles grandes y comen
hasta 1 kg por persona al año de ca-
racoles pequeños. Tampoco la emigra-
ción cantabra que los consume solo en
Navidad y en salsa picante ha buscado
una alternativa gastronómica cubana
a esa tradición.
En algunos casos los cubanos
comen alguna que otra vez un arroz
con calamares en su tinta, incluso los
caracoles tampoco se ofertan como
menú en los restaurantes cubanos.
En casi toda la totalidad de los
poblados pesqueros, si muchos de sus
habitantes consumen cobo, o cigua
con frecuencia.
Los caracoles han estado hasta
en la cadena de tiendas cubanas;
por ejemplo, La Empresa Comercial
Caracol S.A. es una cadena cubana
de tiendas para el turismo que se
especializa en la comercialización
minorista de mercancías a través
de una red de establecimientos
distribuidos en los principales polos y
zonas de interés turístico del país. Los
servicios incluyen también, la venta
minorista de mercancías a través del
comercio electrónico, servicios de
gastronomía ligera y bar, impresión
de imágenes en suvenir además de
otros complementos a la actividad de
tiendas especializadas para el turismo.
Los caracoles asimismo han
sido parte de la numismática en
Cuba. Las conchas fueron utilizadas
como monedas por algunos pueblos
primitivos y una de ellas lleva el
nombre especíco que recuerda su uso:
Monetaria moneta (Linnaeus, 1758)
unidad de transacción comercial en
Asia Meridional y África. Más raras son
las monedas metálicas con conchas
grabadas en su supercie, de las que
sólo se conocen dos ejemplos, una
moneda fenicia acuñada en Sagunto
(España) con una concha de peregrino
y la moneda cubana de 5 centavos de
peso convertible, con la imagen de un
caracol del género Polymita, endémico
de la isla de Cuba.
En la pintura y por solo citar un
ejemplo, en el mural dela Prehistoria
de Viñales se observa la presencia de
los caracoles cubanos (Fig. 3).
Cuban culture about mollusks
89
PAIDEIA XXI
Figura 3. Mural de la prehistoria en Pinar del Río, Cuba. Obsérvese a la
izquierda de la foto, la presencia de los caracoles.
Sobre las escaleras de caracol, as-
pecto este en el cual no se indagó en
las entrevistas, es cierto que en Cuba
abundan, quizás el mejor ejemplo de
su inuencia en la arquitectura, ins-
piradas en la espira interna de las
conchas de estos animales, especial-
mente en las formas alargadas como
los urocóptidos o los cerion, en cuyo
recorrido imaginario se cree ascender
por la torreta de un antiguo faro, de
los que tan buenos ejemplos existen
en el territorio cubano, o por las torre-
tas defensivas de antiguos castillos,
sin olvidar de las bellas escaleras de
caracol hechas en mármol, para subir
al púlpito de las iglesias o como toque
de distinción en las grandes mansio-
nes de La Habana.
En ocasiones los caracoles eran
utilizados para realizar mosaicos,
pero también en este caso tienen
preferencia las especies marinas, más
resistentes. Ejemplos de Mosaicos
cubanos se pueden encontrar en el
patio interior del Museo de Historia
Natural de La Habana, cuyo logotipo
incorpora la espira de un caracol
y en la capilla de la Caridad del
Cobre, municipio 10 de octubre
construido en 1919 por el albañil,
Lorenzo Romero; si bien la mayoría
de las conchas del mosaico son
marinas, hay numerosas conchas de
distintas especies del género Cerion,
habitantes de la vegetación litoral
y frecuentes en los acúmulos de
conchas de las playas cubanas.
Los caracoles han estado presen-
tes en la latelia en Cuba, y se desta-
ca una emisión de 4 valores con con-
chas marinas, editada en Filipinas
en 1971 y las impresas en Cuba, una
de 7 sellos (4 conchas marinas y 3
terrestres). La gura 4, muestra dos
sellos emitido en 1973 con la imagen
de un Liguus Montfort, 1810.
Armiñana- García et al.
90
PAIDEIA XXI
Figura 4. Los caracoles en la latelia de Cuba 1973.
En paralelo a esta ilustración de
sellos, los caracoles aparecen gura-
dos en otros productos relacionados
con el mundo de la latelia y las co-
municaciones, como son los sobres de
correos y las postales, e incluso sobre
las tarjetas telefónicas.
L
a incorporación de los caraco-
les a la escultura, bien como tallas
o como obras de grandes dimensio-
nes es algo frecuente en Cuba, y lo es
como homenaje a unos animales que
nos rodean casi sin ser vistos y que
nos regalan la perfección escultórica
de sus conchas, es lógico entonces,
que artistas locales hayan hecho des-
de bellas miniaturas talladas en ma-
deras nobles, hasta gigantescas es-
culturas de caracoles o con caracoles
en diferentes lugares del Archipiélago
cubano (Fig. 5, 6 y 7).
Figura 7. Estrella con
caracola y cuerno.
Figura 5. Extraordinaria y
bella escultura de un caracol
en Cayo Coco.
Figura 6. Representación
de Elegguá, deidad de las
religiones afrocubanas.
Cuban culture about mollusks
91
PAIDEIA XXI
A modo de conclusiones, se pudiera
escribir muchas más cuartillas acerca
de los moluscos en la cultura cubana;
por ejemplo, hay un artículo muy
interesante en la revista de la cultura
cubana, «La jiribilla», del año 2012 de
Josena Ortega titulado «De poesía y
moluscos», en la sección memorias, y
que aborda la visitita realizada a Cuba
en marzo de 1942, de ese gran poeta
chileno Pablo Neruda y su encuentro
con el eminente malacólogo cubano
Carlos de la Torre.
Este trabajo es tan solo una apro-
ximación en la cultura cubana acerca
de los moluscos, quizás en otros es-
tudios se consiguiera discutir sobre
su incidencia en el folclor, en el cine
cubano, o en las bellas artes, desde
aquellas representaciones artísticas
del Argonauta y del Tritón en las pri-
mitivas culturas de Minos en Creta, y
hasta nuestros días, donde de nuevo
se reencuentran en las obras de Fabe-
lo, Premio nacional de Artes Plásticas
de Cuba y donde los caracoles cobran
protagonismo en las más variadas fa-
cetas del arte y de la cultura de la her-
mosa isla de Cuba.
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