Carlos Cavani Grau
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PAIDEIA XXI
del aprendizaje, conductuales o psi-
cológicas; esta última es particular-
mente importante –sin menoscabo de
las anteriores– porque se funda en la
existencia de actitudes cognitivas o ra-
cionales, emotivas, afectivas e incons-
cientes, todas ellas razones relativas,
porque las actitudes no son patrones
comportamentales fácilmente obser-
vables (Chaparro, 2008).
Las necesidades siológicas y de se-
guridad representan poderosas nece-
sidades innatas, como el hambre o el
sueño o la comunicación. Las razones
emotivas son de naturaleza psicógena y
reactivas a eventos emocionales de im-
pacto, como el nacimiento de un bebe;
en tanto que las motivaciones afecti-
vas, también de naturaleza psicógena,
advierten relaciones de pertenencia
de profunda naturaleza de aliación,
como la inclinación gregaria. Razones
inconscientes conducen a adquirir sa-
tisfactores inéditos, que alteran la con-
ducta normal de compra, debido a la
presión de las formas de ventas por
impulso (degustaciones, óbolos inopi-
nados, colectas públicas, etc.).
Repasando las interpretaciones de
las teorías de consumo, se concluye
que la teoría económica del consumo
está representada por el concepto de
“homo economicus”, aquel que siem-
pre consumirá el producto que le dé
más utilidad en función del precio, el
hombre económico que luego de sufra-
gar sus gastos fundamentales de so-
brevivencia orienta el saldo económico
que le sobra a decisiones de consumo
más bien placenteras, como premián-
dose por los estados de privación ex-
perimentadas en el contexto de una
sociedad de consumo.
Los economistas llaman a estas
decisiones “costos marginales”, los
cuales gracan a la comunidad de
consumidores tomando decisiones de
consumo austeras, sin brillo, en un
escenario económico en el que la de-
manda supera a la oferta.
La Sociología constituye, como
ciencia social, el estudio de las relacio-
nes interpersonales y su vinculación
con el entorno.
La teoría sociológica se funda en
la preminencia de los grupos sociales
sobre el individuo, estos constituyen
una suerte de hermano mayor que
circunda, inuencia y lo presiona a la
búsqueda, indagación y compra de sa-
tisfactores, que a la postre solo forta-
lecerán el espíritu gregario sobre el es-
píritu individual. El individuo solo de-
sea pertenecer al grupo de referencia
y satisfacer una profunda necesidad
de refugio social: es el individualismo-
colectivismo, en el paralelo histórico y
genial de Geert Hofstede, que propone
la paulatina y accidentada compren-
sión de que nuestros escasos espacios
personales van reduciéndose por la
presión de las sociedades posmoder-
nas y de la globalización.
La teoría del aprendizaje se basa en
la certeza del positivismo de las expe-
riencias acumuladas a través del tiem-
po por sobre la obtención de nuevos
conocimientos y experiencias de vida,
de consumo.
Y en atención a las necesidades,
Abraham Maslow, a través de la Teoría
de las Necesidades o Pirámide de las