Aspectos socioculturales de la menstruación en la edad media
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PAIDEIA XXI
• En los tratados Viaticum de Cons-
tantino el Africano, o el texto de
Trotula De Mulierem Passionibus,
se menciona que el coito es visto
como el modo más efectivo para
provocar la expulsión de la sangre
menstrual acumulada. Pero el coi-
to es solo moralmente lícito cuando
se practica dentro del matrimonio.
En tal sentido, las viudas y las jó-
venes solteras están expuestas a
los riesgos provocados por la acu-
mulación de sangre menstrual en
la matriz. Por ello, a estas mujeres
se les recomienda requerir los ser-
vicios de una obstetrix, para que les
aplique ungüentos en los genitales
con movimientos circulares a n de
permitir la expulsión de la materia
nociva. Estas, por así llamarlas,
masturbaciones controladas, son
aconsejadas por médicos tan im-
portantes como Arnaldo de Vilano-
va y Johannes de Gaddesden.
• En el siglo XII, la supuesta “impu-
reza ritual” de la mujer, entra en la
Ley de la Iglesia través del Decre-
tum Gratiani (1140), la cual se con-
vierte en ley ocial de la Iglesia en
el año 1234, siendo una parte vital
del Corpus Iuris Canonici (Código
Canónico), que tuvo vigencia hasta
1916, en el cual se especica que
las mujeres durante su período no
pueden recibir la comunión, y si lo
hacen es sobre una “toalla de euca-
ristía”, o en la lengua. No pueden
entrar en la iglesia; no pueden bau-
tizar; no pueden tocar los objetos
sagrados; no pueden llevar puestas
vestimentas sagradas; no pueden
ser ordenadas y no pueden cantar
en la iglesia.
• Durante el imperio de los incas
(siglo XIII al siglo XVI), la primera
menstruación se festeja en una ce-
remonia llamada quicochico, y, en
ella, el hermano de la madre, al que
dicen casa, cumple con el rol más
destacado.
• En el siglo XIII, Pedro Hispano, en
su obra el Thesaurus Pauperum
(Tesoro de los Pobres), recoge una
receta anticonceptiva de la medici-
na popular, la que contiene bajo el
epígrafe “De Impedimento Concep-
tus”, como comerse una abeja o un
corazón de ciervo, pasar por enci-
ma de la sangre menstrual de otra
mujer o untarse con ella.
En Thesaurus Pauperum, también
se recomienda para las hemorra-
gias genitales de las mujeres colo-
car en la boca de la matriz estiér-
col de cabra y cabezas de puerros
bien machacados, así como hacer
un emplasto con ranas muy bien
calcinadas, mezcladas con pelos
de liebre, estiércol de ésta, caldo de
cabeza de vaca bien cocida y gusa-
nos de la tierra.
En Europa, se cree ampliamente
que la sangre menstrual impide
germinar los cereales y agria los
jugos, hace que el hierro sea ata-
cado por el moho, que los objetos
de bronce se ennegrezcan y, ade-
más, tiene la propiedad de disolver
la cola de betún. La proximidad de
la reglante hace que se estropeé
la masa del pan, que no se ligue
la pasta de buñuelos y rosquillas,