ARTICULO ORIGINAL
REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA HUMANA 2021 - Universidad Ricardo Palma
1 Instituto de Ciencias Ómicas y Biotecnología Aplicada (Icoba), Pontificia Universidad Católica
del Perú, Lima-Perú.
2 Departamento de Ingeniería, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima-Perú.
a PHD Toxicología
b Director Icoba
c Profesor Asociado
Actualmente estamos atravesando una segunda ola de casos durante las pandemias de COVID-19 en
Perú (1). Ya nos acostumbramos a ver héroes anónimos que salen de sus casas
todos los días ofrecer su trabajo para apoyar a sus familias y comunidades. Después de casi un año del
inicio de esta Crisis de Salud Pública, se está exigiendo mucho más a los profesionales de la salud y
afines. Importantes esfuerzos encaminados a mejorar la infraestructura y la orientación técnica de las
innovaciones médicas se han visto obligados a avanzar y ser implementados en plazos sin precedentes
(2), pero su visibilidad se ve obstaculizada por otra tarea pendiente en el
Sistema de Salud Peruano relacionada con la Ética de la Investigación con Seres Humanos.
En todo el mundo, la historia de la ética de la investigación humana ha estado plagada de
escándalos y crisis (3). Con cada escándalo en diferentes partes de nuestro
mundo, la comunidad científica pudo repensar su práctica para que los principios éticos rectores puedan
actualizarse para enfrentar nuevos desafíos e incluir nuevas tecnologías. Si bien existe un debate
público en curso sobre el uso de una vacuna experimental que ha tocado a muchos peruanos y argentinos,
me gustaría proponer estos eventos como una oportunidad para construir una masa crítica de profesionales
de la salud, investigadores de la salud y ciudadanos educados sobre cómo la innovación médica funciona y
por qué debe estar entrelazada con principios rectores éticos de comportamiento que realmente genere
valor en nuestra sociedad.
Los Comités o Juntas de Ética en Investigación deben tener una mayor promoción, participación y
aceptación como un espacio vital dentro de las instituciones para proteger la dignidad, el respeto y la
integridad de los participantes de la investigación. Cuando están debidamente capacitados, guiados y
dotados de recursos, estos comités también pueden proteger a los investigadores mismos (4) porque al hacer preguntas con una mirada ética en lugar de solo preocuparse
por tecnicismos, el quehacer científico puede tener un mayor impacto en nuestra sociedad. Si bien los
tiempos de crisis pueden oscurecer las prácticas de deliberación, existen pautas internacionales que se
han desarrollado en tiempos más tranquilos basados en la experiencia de otras culturas que también deben
ser evaluadas y examinadas si queremos dar forma al futuro de la Ética de la Investigación Humana en el
Perú (5). Pese a que recientemente se aprobó normativa (6) que busca tener una visión más integral para regular la investigación con
seres humanos, es necesario crear espacios de discusión interdisciplinarios que permitan ampliar el
paradigma actual que, la investigación clínica es el único tipo de investigación con seres humanos que
requiere regulación en el Perú. En el futuro, las innovaciones médicas deben tener en cuenta muchos
actores diferentes que van más allá de los entornos clínicos (7) para que, por
ejemplo, podamos desarrollar nuevos modelos comerciales que sean éticos y funcionen en nuestro sistema
sanitario. Por último, la enseñanza tradicional de la ética en cursos hacia el final de la formación
profesional debe avanzar hacia un enfoque de aprendizaje permanente basado en alfabetización ética que
comience temprano en los planes de estudio de profesionales de la salud y relacionados con la salud, y
que continúe a lo largo de la vida profesional.
El abordaje siquiera de una de estas líneas de acción parecería una loable tarea para alguien
más que sepa cómo hacerlo. Sin embargo, animo a los lectores a que se comuniquen con sus colegas y
asuman el desafío de hacer realidad que la investigación con seres humanos en el Perú se realice bajo
estándares consensuados de comportamiento ético.
Correspondencia: Fanny L. Casado, Ph.D.
Dirección: Pontificia Universidad Católica del Perú. Avenida Universitaria 1801, San
Miguel, Lima-Perú.
Teléfono: 626-2000 / Anexo: 4285
Correo: fanny.casado@pucp.edu.pe