Valorar la influencia de los trabajos de fin de
grado en Titulaciones Educativas Universitarias sobre Igualdad, Prevención y Violencia de Género como medio de transformación social
Assess the influence of final
degree projects in University Educational Qualifications on Equality, Prevention and Gender Violence
as a means of social transformation
Greisi Johana ALVARADO CASTILLO[1]
Carmen VÍLLORA SÁNCHEZ[2]
Recibido Aprobado |
: : |
05.03.2024 26.08.2024 |
Publicado |
: |
30.09.2024 |
RESUMEN: Ante la
situación de desigualdad entre hombres y mujeres en el desarrollo de las
sociedades contemporáneas, se plantea este estudio sobre el impulso que ha
producido en estudiantes universitarios la elaboración de un trabajo de fin de
grado sobre igualdad, prevención y violencia de género. El estudio está
justificado por la implementación de este tipo de trabajos durante nueve años,
siendo su finalidad analizar su repercusión y medir el impacto personal,
profesional e indirectamente social que ha producido. La metodología aplicada
consistió en la recogida de datos mediante una encuesta. De ella, se extrajeron
algunas conclusiones interesantes, como la evidente influencia en la
percepción, sensibilización y desarrollo personal de las personas egresadas y
profesionales encuestadas, en relación con la prevención de la violencia de
género y el fomento de la igualdad. Esto se reflejó en la concienciación social
llevada a la práctica, en la cual la gran mayoría participa activamente en
fechas tan importantes como el Día Internacional de la mujer o el Día de los
Derechos Humanos, involucrando a su entorno en estas actividades, especialmente
a las personas usuarias de su intervención socioeducativa, produciéndose así
una transmisión de la sensibilización a gran escala en materia de género. El
potencial de la educación es la verdadera fuerza impulsora de la transformación
social. Las temáticas de igualdad y prevención de la violencia de género deben
estar promovidas por las leyes y normativas de los estados, pero es
imprescindible la educación para generar sociedades más igualitarias y menos
violentas.
PALABRAS
CLAVE: Educación, Igualdad, Violencia de género, Prevención y Transformación
Social.
ABSTRACT: In view of the situation of inequality between men and women in the
development of contemporary societies, this study is proposed on the impulse
that the elaboration of a final degree project on equality, prevention and
gender violence has produced in university students. The study is justified by
the implementation of this type of work for nine years, its purpose being to
analyze its impact and measure the personal, professional and indirect social
impact it has produced. The methodology applied consisted of collecting data
through a survey. From it, some interesting conclusions were drawn, such as the
evident influence on the perception, awareness and personal development of the
graduates and professionals surveyed, in relation to the prevention of gender
violence and the promotion of equality. This was reflected in the social
awareness carried out in practice, in which the vast majority actively
participate on important dates such as International Women's Day or Human
Rights Day, involving their environment in these activities, especially the users
of their socio-educational intervention, thus producing a large- scale
transmission of awareness in gender matters. The potential of education is the
true driving force of social transformation. The issues of equality and
prevention of gender violence must be promoted by the laws and regulations of
the states, but education is essential to generate more egalitarian and less
violent societies.
KEYWORDS: Education, Equality, Prevention, Gender Violence, Social Transformation.
COMO CITAR:
HOW TO CITE:
Alvarado Castillo, G. J. y Víllora Sánchez, C. (2024). Valorar la influencia de los trabajos de fin de grado
en Titulaciones Educativas Universitarias sobre Igualdad, Prevención y
Violencia de Género como medio de transformación social. Mujer y Políticas
Públicas, 3(2), 32-59. https://doi.org/10.31381/mpp.v3i2.6843
INTRODUCCIÓN
En el campo de la
educación, los pedagogos, los educadores y educadoras sociales son
profesionales que intervienen y acompañan a las personas en su desarrollo
integral y a comunidades en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión
social. Su papel es fundamental en la problemática que nos atañe. No solo
realizan acompañamientos, mediaciones en conflictos o diseñan y aplican
programas, sino que también se encargan de sensibilizar y promocionar la
participación ciudadana en cuestiones tan relevantes como la igualdad y la
prevención de la violencia de género, desde su papel como agentes de cambio y
transformación. Uno de los campos de intervención, en el que nos centramos en
este trabajo, es el colectivo de mujeres que sufre violencia de género y la
consiguiente transformación social a través de la prevención y la promoción de
la igualdad.
La violencia de género
es una de las mayores problemáticas sociales que va contra los derechos
humanos, perpetuando la desigualdad y el sometimiento de las mujeres por el
hecho de serlo. La violencia ejercida sobre la mujer supone, no solo
desvalorización, sino también privación de derechos tan indispensables como la
vida y la libertad. Dañar a una mujer, es dañar a la hija, la madre, la nieta,
la sobrina, la tía… de todas y todos, porque como sociedad estamos conectados.
Es responsabilidad de las sociedades, desde todos los ámbitos, prevenir y
erradicar esta violencia para que pueda existir un futuro basado en valores
como la igualdad, el respeto, la libertad y la tolerancia, libre de violencia.
La presente
investigación tiene como propósito verificar la hipótesis que de algún modo la
realización del tema específico en el Trabajo de Fin de Grado sobre igualdad,
prevención e intervención en la violencia de género influye en la percepción e
intervención educativa y profesional en el colectivo de personas egresadas.
El objetivo de este
artículo es presentar los resultados de la investigación realizada sobre la
influencia de la realización de los trabajos de fin de grado sobre igualdad,
prevención y violencia de género en el ámbito personal y profesional de los
egresados y egresadas, coordinados durante los últimos nueve años, en estudios
universitarios de educación y pedagogía social, para valorar la capacidad de
impulsar la transformación social desde estas áreas.
En el presente
artículo, en primer lugar, se plantea la relevancia del concepto de igualdad,
prevención y violencia de género en el ámbito universitario. En segundo lugar,
se expone cuáles son las principales teorías que sustentan la igualdad y buen
trato entre hombres y mujeres. Posteriormente, se presenta la investigación
realizada y se analizan los aspectos más relevantes para potenciar e impulsar
la transformación social en materia de igualdad, prevención y violencia de
género.
En las conclusiones se
recoge el impacto en la percepción y la intervención de los y las profesionales
de la educación a partir de la elaboración de su trabajo de fin de grado sobre
igualdad, prevención y violencia de género, en el ámbito personal y
profesional. Asimismo, se presenta cómo ha influido su relación con la
sociedad, subrayando la importancia de la formación de los futuras educadoras y
educadores para abordar la intervención educativa en situaciones de violencia
de género.
MARCO TEÓRICO Y/O
ANTECEDENTES
En las sociedades
actuales, es evidente que por mucho que se ha avanzado y por muchos retos que
se han conquistado, se está lejos de poder decir que somos un país que promueve
la igualdad. En el espacio público y político ha evolucionado la paridad más
que en otros espacios estatales, pero ha sido posible debido a la constante
vigilancia en estos ámbitos, si no respetan esto saltan las alarmas, incluso,
los puestos de mayor responsabilidad o los consejos siguen siendo formados
mayoritariamente por hombres.
En las estructuras
sociales debemos romper con el sistema patriarcal, y los medios de comunicación
son una herramienta fundamental, ya que podrían difundir potencialmente
mensajes igualitarios a la sociedad. Sin embargo, la visión androcéntrica y la
perpetuidad de estereotipos en la educación donde se apoyan los medios de
comunicación, invisibiliza a las mujeres negando las aportaciones realizadas
por ellas y generando desigualdad y discriminación (López-Navajas, 2022, p. 101).
Esto es un fenómeno a
escala universal como corrobora el artículo de Sanz Caballero (2022) analizando
el informe de la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre violencia contra la
mujer. La autora presenta la violencia contra la mujer como lacra global y
demuestra la universalidad del fenómeno. Se puede afirmar la urgencia de la
intervención educativa y la necesidad de planes y leyes sólidas que promuevan
medidas para erradicar esta forma de violencia.
Abordando la
problemática de pertenecer a una sociedad no igualitaria, Valcárcel (1997)
afirma que: “La feminización de la pobreza es un hecho. La falta de
oportunidades de empleo acorde con la formación, otro. El acoso, y cuando cabe,
la violencia, otro más. Todo ello para un colectivo cuyo único defecto visible
parece ser el no haber tenido la previsión de nacer con otro sexo” (p. 195).
El primer concepto
importante a definir en relación con la violencia de género es el patriarcado.
“Históricamente el término ha sido utilizado para designar un tipo de
organización social en el que la autoridad la ejerce el varón jefe de familia,
dueño del patrimonio, del que formaban parte los hijos, la esposa, los esclavos
y los bienes” (Fontenla, 2008, párr. 1), en este sentido se ha demostrado que
este sistema ha sido capaz de consentir, justificar e incluso legitimar ciertos
comportamientos violentos con el fin de mantener el orden social.
Otro concepto que es necesario definir a la hora de abordar el tema, es el concepto de género, diferenciándolo a su vez de otros términos como sexo o sexualidad. A partir de las aportaciones de la Organización Mundial de la Salud podemos concretar que, el género es un concepto cultural que alude a la clasificación social en dos categorías: lo masculino y lo femenino. Es una construcción de significados, donde se agrupan todos los aspectos psicológicos, sociales y culturales de la feminidad/masculinidad. El término “género” designa lo que en cada sociedad se atribuye a cada uno de los sexos.
Según la ONU Mujeres
(s. f.), se calcula que, en todo el mundo, 736 millones de mujeres –casi una de
cada tres– han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su
pareja, de violencia sexual fuera de la pareja, o de ambas, al menos una vez en
su vida (el 30% de las mujeres de 15 años o más).
A lo largo de la
historia el concepto de violencia se ha ido ampliando según se creaban
organizaciones que velaran por los derechos humanos, por ejemplo, una de las
definiciones más amplias se recopiló de la Organización Mundial de la Salud
(OMS, 2021), para la cual la violencia es:
El uso deliberado de la fuerza física o el poder ya sea en grado de amenaza
o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo
o comunidad, que cause o tenga muchas
probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del
desarrollo, privaciones (párr. 1).
Es una definición
amplia y general que pone la base para los diferentes tipos de violencia, que
se pueden clasificar según se ejerza sobre el individuo, según el motivo o
también según sobre quién la padezca. Por otro lado, la Organización Panamericana de
la Salud [OPS] analiza como la violencia tiene enormes
consecuencias en lo social y en la salud, y afirma: “Si no se atiende la
violencia, no se puede asegurar la salud y bienestar para todos” (OPS, 2022,
párr. 2)
La violencia de
género, es un tipo de violencia específica que se ejerce sobre la mujer por el
hecho de ser mujer, y ha sido definida por la ONU Mujeres (s.f.) como “actos
dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en razón de su
género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la
existencia de normas dañinas” (párr. 2).
Desde los conceptos
que interesan a la temática de igualdad, prevención y violencia de género se
presentan, a continuación, algunas de las teorías planteadas, desde el punto de
vista psicológico, que intentan explicar los motivos por los que una mujer maltratada
no rompe con su pareja para evitar así continuar recibiendo malos tratos. En
este caso la fuente de información utilizada es la Teoría de la indefensión
aprendida Seligman (2011):
Cuando una persona o un animal se enfrenta a un acontecimiento que es independiente de sus respuestas, aprende que ese acontecimiento es independiente de sus respuestas. La relación que existe entre esta teoría y el tema que nos aborda, radica en el aprendizaje que lleva a cabo la mujer víctima de violencia de género de que haga lo que haga no controla ningún acontecimiento. Los acontecimientos incontrolables producen indefensión debido al desarrollo de una expectativa según la cual estos acontecimientos son independientes de la conducta (pp. 39-41).
Por otro lado, la
autora Lenore Walker, investigó las claves psicológicas y los factores sociales
que componían el Síndrome de la Mujer Maltratada, al que denominó así para
referirse a aquellos síntomas psicológicos relativos a vivir en una relación
donde haya maltrato.
Esta autora desarrolló
su teoría del Ciclo de la violencia en la pareja, teoría que aporta elementos
de gran valor para la comprensión de la interacción violenta entre un hombre
maltratador y una mujer maltratada, que se convirtió en la teoría auxiliar para
el reconocimiento y tratamiento del problema en los últimos años. La Escuela de
Ateneas (2022) describe el ciclo de la violencia citando a Lenore Walker,
señalando que constan de tres fases:
-
La
fase de tensión: se caracteriza por una escalada gradual de la tensión, durante
la cual la irritabilidad del hombre va en aumento sin motivo comprensible y aparente
para la mujer. Ocurren incidentes de agresión menores, que la mujer cree poder
manejar de diferentes formas (calmando al agresor, complaciéndolo,
apartándose), con el objetivo de evitar que la tensión aumente. La tensión
seguirá aumentando gradualmente, acumulándose hasta llegar a la siguiente fase.
-
La
fase de explosión o agresión: se caracteriza por una descarga incontrolada de
las tensiones que se han ido acumulando, y que llevan a que se produzca un
incidente agudo de agresión. Estalla la violencia y tienen lugar las agresiones
físicas, psíquicas y/o sexuales. En esta fase las mujeres suelen experimentar
un estado de colapso emocional (síntomas de indiferencia, depresión y
sentimientos de impotencia). Tienden a permanecer aisladas y pueden pasar
varios días hasta que se decidan a buscar ayuda.
-
La
fase de reconciliación. En esta fase, denominada también de luna de miel,
desaparece la violencia y la tensión. El agresor utiliza estrategias de
manipulación afectiva y muestra un comportamiento extremadamente cariñoso
(regalos, disculpas, promesas) con el fin de que la mujer permanezca junto a él
y no le abandone, argumentando un arrepentimiento que puede parecer sincero.
Este momento supone un refuerzo positivo para que la mujer continúe la
relación, llegando a creer que cambiará (Escuela Ateneas, 2022, párr. 1).
Desde el punto de
vista sociológico algunas teorías consideran que la violencia entre la pareja
está provocada por factores sociales. El principal factor aplicativo de este
fenómeno sería la estructura social patriarcal autoritaria. Dentro de esta
teoría conviene destacar varias corrientes o autores, entre los más relevantes se
encuentra la teoría ecológica de Donal Dutton descrita por Lujan (2013). Se
centra en estudiar la causa para explicar por qué los hombres llegan a
maltratar o a utilizar la violencia como comportamiento habitual en sus
relaciones. Su análisis se centra en el modelo ecológico de Brofenbrenner. Para
Dutton, el desarrollo individual está marcado por el aprendizaje y este por el
macrosistema o sistema cultural en donde el procedimiento patriarcal
contribuiría a generar la creencia en los hombres de que sus deseos no deben
ser criticados por la mujer. Por otra parte, para el autor, también influyen el
exosistema (ambiente) y el microsistema (relaciones familiares).
Según Dutton, la
violencia hacia la mujer se explica por el sistema patriarcal que genera en los
varones la actitud de superioridad ante los derechos de la mujer. El autor
plantea que los factores ontogenéticos (historia de aprendizaje individual de
cada individuo) son los que determinan el tipo de respuesta que la persona
manifestará contra los estresores del microsistema y del exosistema. Este
modelo permite entender que la violencia hacia la mujer no es un fenómeno que
pueda entenderse y/o explicarse por una unicausalidad, sino por una
multicausalidad (Fundación Ágora, 2009, pp. 38-39).
Por otro lado, existe
la posición feminista radical. Este tipo de teorías mantienen que la violencia
hacia la mujer es un proceso característico de la posición social planteada por
el patriarcado, en la cual el predominio cultural y político de los hombres se
apuntala sobre el control social de las mujeres. En este esquema no hay una
distinción entre estructura de poder y empleo de la violencia, esta se empleará
siempre que sea necesario mantener el control de la situación, en el caso de
que el poder se haya visto cuestionado. El feminismo radical ha sido expuesto
por Catherine MacKinnon, recogido por Sepúlveda (2005):
Sostiene que la estructura fundamental de la sociedad es el género, siendo esta la forma en que se divide la sociedad entre los que tienen el poder y los que no lo tienen, siendo los hombres los que lo tienen y lo ejercen a través de lo que es considerado como femenino y su libre acceso a la sexualidad femenina. Las mujeres, por el contrario, no tienen el poder, encontrándose sometidas y sin poder identificarse libremente (pp. 40- 41).
Dentro de esta
perspectiva sociológica, se puede enmarcar también la teoría del estrés de
Farrigton. Según esta teoría la violencia de género se manifiesta cuando el
varón se encuentra bajo una situación de estrés y carece de recursos personales
y de estrategias para mitigar su impacto. De este modo, la violencia doméstica
ocurrirá cuando un individuo se encuentre estresado y sin recursos personales
para gestionar la circunstancia (Antón García, 2014, p. 60).
Para terminar con las
perspectivas sociológicas más relevantes no se puede olvidar la teoría del
aprendizaje social de Albert Bandura (Bandura, 1975, p.
311). Esta considera
que el maltrato a las mujeres es una conducta aprendida que se adquiere a
través de un modelo de comportamiento asimilado mediante experiencias directas
o la observación del comportamiento de otras personas (imitación de modelos).
Del mismo modo la
Teoría de la violencia transgeneracional, como señala Sepúlveda (2005) plantea
que:
La violencia familiar es una conducta aprendida y pasada de generación en generación. Así, el niño que fue una vez abusado o maltratado por parientes, continúa el ciclo de violencia cuando ellos son viejos. Estos modelos consideran la experiencia temprana de violencia en el hogar como un factor fundamental o complementario, para explicar la génesis de este fenómeno (p. 35).
Las orientaciones
legales que avalan la igualdad, prevención, intervención y erradicación de la
violencia de género se presentan en 3 niveles:
A nivel internacional,
la Declaración de Derechos Humanos de 1948 (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 1948), específicamente en los siguientes
artículos se hace referencia a la no violencia. El artículo uno hace referencia
claramente al ser humano y destaca el comportamiento fraternal “Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
En el artículo tres se mencionan tres derechos cruciales como son la vida, la
libertad y la seguridad “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad
y a la seguridad de su persona”. Y en el quinto destaca el rechazo a cualquier
acto que conlleve violencia. “Nadie será sometido a torturas ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
A nivel de Europa
desde el Consejo Europeo, se considera: “La violencia contra la mujer se
reconoce como una violación de los derechos humanos y como una forma de
discriminación” (Consejo Europeo, 2024). Desde sus implicaciones sociopolíticas
se considera responsables a los Estados si no responden de manera adecuada a
este tipo de violencia.
Según la Delegación
del Gobierno contra la Violencia de Género española “no existe ningún
instrumento legal a escala de la UE que aborde la violencia contra la mujer de
manera integral y que incluya todas las formas de violencia contra la mujer” (párr.
1). Sin embargo, en el Tratado de Lisboa celebrado en 2007 se vincula la
declaración al artículo 8 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea,
una nueva base legal con relación a la violencia de género. Para la protección
de las mujeres y las niñas en 2023 se estableció el llamado Convenio de
Estambul que acordó el Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la
violencia, contra la mujer, el cual brinda protección a todas las mujeres y
niñas de cualquier origen, independientemente de su edad, raza, religión,
origen social, condición de inmigrante u orientación sexual. Además, el
tratado, reconoce la existencia de grupos de mujeres y niñas que, con
frecuencia, corren un mayor riesgo de ser objeto de violencia, y prevé la
obligación de los Estados de asegurar que sus necesidades específicas se tengan
en cuenta.
Y a nivel nacional,
España está respaldada con las siguientes leyes:
Ley Orgánica 1/2004,
de 28 de diciembre, Medidas de Protección Integral contra la Violencia de
Género: esta ley surge como respuesta global a la violencia de género. Con esta
ley se creó la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, el Observatorio
Estatal de Violencia sobre la mujer y juzgados y fiscalías especialistas en
materia de violencia de género.
Ley Orgánica 3/2007,
de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres: en el preámbulo
de esta ley se manifiesta que pese a que la igualdad es un derecho humano y se
ha intentado llevar a cabo, esto ha resultado insuficiente, dando como resultado
esta ley que pretende fomentar una igualdad real entre hombres y mujeres, su
aportación viene dada por la utilización de la transversalidad y la utilización
de medidas de acción positiva, puesto que modifica muchas leyes reguladoras en
casi todos los ámbitos, incorpora novedades como el permiso de paternidad
retribuido o la paridad de trabajadores en empresas. Cabe destacar en dicha
normativa el artículo 24 que corresponde a la integración del principio de
igualdad a la política de educación, en él se exponen las medidas a llevar a
cabo en el ámbito educativo, fomentando la igualdad, rechazando comportamientos
sexistas y difundiendo por toda la comunidad educativa los principios de
coeducación. Necesitamos que la juventud de hoy no se convierta en los maltratadores
del mañana y eso solo es posible mediante la coeducación, un ambiente
sociofamiliar que fomente la igualdad entre mujeres y hombres y unos medios
comunicación igualitarios.
Real Decreto-ley
9/2018, de 3 de agosto, de medidas urgentes para el desarrollo del Pacto de
Estado contra la violencia de género: esta ley nace de un estudio de los
órganos del gobierno sobre los motivos por los cuales no se avanza en la lucha
contra la violencia de género, a partir del estudio, se elaboran una serie de
estrategias y medidas recogidas en dicha ley y se modifican varios artículos de
la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, Medidas de Protección Integral
contra la Violencia de Género, añadiendo también la asistencia a los hijos de
las víctimas, refuerzan la asistencia judicial y también afirman que la víctima
pueda personarse como acusación particular en cualquier fase del procedimiento.
Ley Orgánica 8/2021,
de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a
la violencia: esta ley reciente surge para introducir la prevención y hacer hincapié
en el desarrollo integral del menor, puesto que la anterior se centraba en la
sanción, es decir, era totalmente punitiva, poniendo el foco en el agresor y no
en el menor. Aporta un enfoque preventivo, define el principio del buen trato
al menor, crea figuras claves como el coordinador de bienestar y el delegado de
protección, entre otras; por ello, es pionera a nivel mundial respecto al cuidado
y trato de los menores.
En todas estas
normativas y leyes se hace hincapié en la importancia de la prevención y
sensibilización sobre la violencia de género a nivel social, fundamentalmente
desde el ámbito de la educación (Imaz Montes y Martínez Vázquez, 2023, p. 26).
Con el aporte de
conceptos, teorías y leyes, se han analizado estudios sobre la percepción de la
sociedad sobre el ámbito de violencia de género.
El Observatorio de la
Juventud en Iberoamérica (2022), realizó un estudio sobre 1592 jóvenes entre 15
y 29 años de España, Chile, México y Brasil. Para un 81% es una preocupación
social el tema de la igualdad y violencia de género, incluso que debería formar
parte de la educación en los centros escolares. Además, el 87% de las personas
encuestadas piensa que la igualdad de género debería ser tan importante para
hombres como para mujeres. Sin embargo, un 47 % de los chicos opinan que las
mujeres, con la excusa de la igualdad, pretenden tener más poder que los
varones. Un 18% de los jóvenes encuestados no sienten el tema de la desigualdad
y violencia entre hombres y mujeres como una preocupación social. Las
diferencias se amplían cuando los datos muestran que el 47% de los chicos que
creen que se trata de una lucha para conquistar poder, son entre otras las
razones por los que hay que seguir impulsando la transformación social en
materia de igualdad y violencia de género.
En España, la
Delegación del Gobierno de España contra la violencia de género, realiza una
macroencuesta, cada 4 años desde el 1999. La última, de 2019, tras encuestar a
9.568 mujeres mayores de 16 años, aportó los siguientes datos: 1 de cada 2
mujeres (57,3%) residentes en España, de 16 o más años, han sufrido violencia a
lo largo de sus vidas por el hecho de ser mujeres. El 50,7% de las mujeres que
han sufrido violencia por parte de alguna pareja, pidieron ayuda a personas
cercanas, como amigas, madres y hermanas. En esto radica la importancia de que
la sensibilización social contra la violencia de género sea extrapolada a toda
la sociedad, tal como indica este estudio elaborado por la Subdirección General
de Sensibilización, Prevención y Estudios de la Violencia de Género (Delegación
del Gobierno contra la Violencia de Género) (2020):
Denunciar la violencia, buscar ayuda en algún servicio formal (médico, abogado,
servicios sociales, etc.) o hablar de lo sucedido con alguien del entorno (madre, amiga, padre, etc.), incrementan en todos los casos las posibilidades de acabar con la relación violenta. Si se mira de forma global a las mujeres que han buscado ayuda
con al menos una de las tres opciones y se compara con las que no lo han hecho, se observa que mientras que el 81,9% de las mujeres que han denunciado o buscado ayuda formal o informal debido a la violencia de parejas pasadas, rompieron la relación debido a la violencia, el porcentaje desciende hasta el 49,6% entre las que ni denunciaron ni buscaron ayuda formal o informal. Aunque en términos estrictos no puede hablarse de relación de causalidad sí que parece que cualquier tipo de actuación en el sentido de compartir lo sucedido repercute positivamente en la salida de la violencia. De ahí la importancia de difundir información sobre recursos disponibles y de hacer buenas campañas de sensibilización (p. 11).
Otro dato muy
significativo es el que hace referencia a los menores, a los hijos e hijas de
estas mujeres-madres que sufren o han sufrido violencia de género, en el
estudio Menores y violencia de género (2020), elaborado por Díaz-Aguado
(Dirección general), Martínez Arias (Metodología) y Martín Babarro (Ejecución
técnica), editado por el Ministerio de Igualdad, se encuestó a 10.465 menores,
de 14 a 18 años, de 304 centros educativos de educación secundaria de España
concluyendo con la agrupación de los chicos y chicas según su exposición a esta
violencia en el entorno familiar. Se concluyó que los menores expuestos
manifiestan estar de acuerdo con frases como “está justificado que un hombre
agreda a su mujer o a su novia cuando ella decide dejarle” o “un buen padre
debe hacer saber al resto de la familia quién es el que manda”, es decir, se ha
identificado que en menores expuestos de forma constante (convivencia) a la
violencia de género se genera una mentalidad que conduce a la violencia de
género, frente a los menores que no están expuestos a ella, los cuales
afirmaban no estar nada de acuerdo con esas frases. El mayor ámbito de los
profesionales de la educación, como los educadores y educadoras sociales, son
los menores, es crucial su formación en materia de género para poder frenar
esta transmisión de la violencia. Y en palabras de la propia autora de este
último estudio: Nadie nace maltratador, tenemos la capacidad de aprender y
desaprender, y en ello la educación es vital.
Para concluir con una
visión global de la problemática que nos atañe, se plasmaron los datos de
prevalencia de la violencia de género en 161 países y zonas de entre el 2000 y
el 2018, datos aportados por el Grupo de Trabajo interinstitucional sobre la
violencia contra la mujer de la OMS.
Gráfica 1
35 30 25 20 15 10 5 0 Pacífico Occidental Europa América África Mediterráneo Asia Oriental Sudoriental
Prevalencia de la
violencia de pareja
Nota. Tomado de OMS (2021).
Se muestra una clara
prevalencia a nivel mundial que parte desde el 20% de población de esas zonas,
destacando Asia Sudoriental y África con un 33% y el Pacífico Occidental con la
cifra más baja un 20%.
Los referentes
teóricos aquí presentados se han descrito con una doble finalidad, primera de
presentar las bases teóricas de la formación recibida por los estudiantes de
Grados de Pedagogía y Educación Social y fundamentar la investigación desde las
categorías aplicadas.
METODOLOGÍA
En esta investigación de carácter cuantitativa se parte de la hipótesis
del cambio de la percepción de la violencia de género a través de la
realización de los trabajos de fin de grado, así como el cambio en la
intervención de los egresados y egresadas en titulaciones educativas a partir
de la elaboración de estos trabajos sobre igualdad y prevención e intervención
en violencia de género; con el fin de conocer la influencia de los trabajos de
fin de grado con temáticas en Igualdad, Prevención y Violencia de Género como
medio transformador social en Titulaciones Educativas Universitarias y así
valorar la capacidad de impulsar la transformación social desde estas áreas.
La muestra de la investigación inicial fueron 38 personas, 2 hombres y
36 mujeres, es decir, todos los egresados y egresadas desde el curso 2014/2015,
pero debido al tiempo que ha pasado, solo fueron localizados 27 egresadas y 2
egresados, siendo la muestra final utilizada 29 personas que cursaron estudios
en Educación Social y Pedagogía desde el 2014 y que realizaron un trabajo de
fin de grado con la línea indicada en el centro universitario CES Don Bosco,
centro adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, universidad que
únicamente tiene titulaciones relacionadas con la educación, siendo una muestra
claramente feminizada. En el cuarto de año de cada grado deben realizar un
trabajo de fin de grado tal como lo indica el plan de estudios de Bologna en todas
las universidades españolas, y el cual es de vital importancia, pues en él se
plasma todo lo aprendido durante los años de carrera universitaria. Entre las
líneas que se ofertan para la realización de este trabajo, está la línea de
investigación sobre educación en igualdad, prevención de la desigualdad y de la
violencia entre hombres y mujeres, así como la intervención con personas que
han sufrido violencia de género.
La asignación y realización de un trabajo de fin de grado con esta
temática depende de dos factores, el primero es la libre elección del
estudiante, y el segundo que disponga de una nota media de toda la carrera alta
para acceder a ella, puesto que según las vacantes ofertadas cada año para cada
línea, solo acceden por orden de notas académicas. Una vez se consiga la línea,
se realiza una reunión con la persona docente que se encargará de la
tutorización de este trabajo, así como la concreción del tema que se quiera
trabajar como se puede observar en la tabla 1, en la cual están agrupados los
trabajos de fin de grado que han sido utilizados en la investigación presente,
organizados por temáticas dentro de la línea indicada desde el año 2014-2015 y
que solo corresponden con personas egresadas de titulaciones de Educación
Social y Pedagogía Social.
Respecto a criterios de exclusión, se descartaron otras titulaciones de
educación, como Maestro en Educación Primaria o Maestro en Educación Infantil,
puesto que se busca llegar a más ámbitos de la sociedad, a parte de los centros
educativos, como pueden ser centros de migraciones, centros de mujeres que han
sufrido violencia de género o incluso centros penitenciarios, contextos a los
que, con la titulación de educadora o educador social, e incluso pedagogos y
pedagogas pueden acceder.
Tabla 1
Agrupación
de Trabajos de Fin de Grado por temática
PREVENCIÓN |
La formación en violencia de género
dirigida a educadores sociales – SMP |
Programa de prevención
ante la violencia de género en adolescentes mediante las redes sociales – SRDC |
Generando Igualdad. Programa para la prevención ante
la violencia de género
con adolescentes dentro
de la educación formal - MMS |
Prevención de micromachismos en los jóvenes de la era tecnológica – MAOB |
Las primeras relaciones de pareja en la
adolescencia y la prevención de la violencia de género – BGM |
La igualdad en sexto
de primaria como medio
para prevenir la violencia
de género - MESL |
Prevención de la
explotación sexual en menores
– SLEG |
Prevención de la violencia de género en la adolescencia – AGR |
Prevención de la trata de mujeres migrantes: análisis de un
proyecto – CDJL |
Acercamiento del
Ecofeminismo a la Educación Social como herramienta de intervención - AGA |
La identidad cultural como posible factor de riesgo para las víctimas de trata con fines de explotación sexual
– RHP |
Prevención de la transmisión de la violencia paterno-filial en contextos de violencia de género - G JAC |
IGUALDAD |
Análisis del Proyecto integral de convivencia intercultural – CCS |
La feminización de la Educación – CVM |
Somos iguales. Proyecto de
Educación en Igualdad – ABAD |
Educar en valores para fomentar la igualdad desde
la educación primaria - GOGR |
Protocolo para situaciones de acoso entre adolescentes,
niños y/o niñas
– AMF |
INTERVENCIÓN |
Proyecto de intervención socioeducativa en mujeres reclusas con hijos en prisión - ABP |
Violencia de género y alcohol: dos variables urgentes – KMM |
Diseño de programa de intervención con mujeres
en situación de
drogodependencia - TC S |
Violencia de género en las
redes sociales entre Adolescentes – PRG |
Somos una. Proyecto de intervención en ocio para
la inserción de mujeres víctimas de trata con fines de explotación
sexual – MBG |
Trata de personas y Violencia de género, una
realidad por conocer
– GSF |
Aproximación conceptual y normativa sobre la violencia de género
y propuesta de intervención -CAB |
Propuesta de intervención para la prevención de la
violencia filio-parental - LHM |
“Hablemos” – proyecto de prevención de trata de personas en el entorno adolescente - JPC |
Revisión bibliográfica sobre el movimiento feminista y una propuesta de intervención para conseguir una equidad de género
real y efectiva - CBPH |
Proyecto de intervención en la infancia y adolescencia
sobre los derechos y
libertades de las mujeres – MBA |
La igualdad es la semilla que genera una sociedad justa y equitativa. Proyecto de intervención con menores – MGE |
Nota. Elaboración propia.
Como se puede observar en la tabla 1, la muestra se compone de 29
participantes, los cuales fueron contactados por teléfono para que aceptaran
formar parte de esta investigación, posteriormente recibieron un correo con el
enlace al formulario de Google forms.
El formulario está compuesto por 4 módulos: aspectos personales,
profesionales, aportación a la sociedad y conclusiones. En el siguiente
apartado, se detallan los resultados de cada módulo, incluyendo las preguntas correspondientes.
Tras la recopilación de los datos se procedió a su análisis y
sistematización. En primer lugar, se realizaron los análisis descriptivos
utilizando como valor de referencia los aspectos coincidentes de las respuestas
y como desviación, las aportaciones o comentarios menos coincidentes dentro de
las encuestas, y como esto puede contribuir de alguna forma a la sociedad desde
el alcance que tengan en la población, tanto directa como indirecta e incluso
potencial con la que trabajan.
Por último, se realiza el informe de resultados que incluye
recomendaciones para afianzar y, en su caso, generar estrategias educativas
eficaces para mejorar la relación entre el trabajo realizado y la intervención
como profesional de la educación. Destaca la dimensión del planteamiento del
ejercicio profesional desde el compromiso social y ético con lo trabajado en
sus estudios. Asimismo, se plantea la difusión de los datos obtenidos desde el
criterio de la transferencia del conocimiento.
RESULTADOS
A continuación, se presentan los resultados obtenidos del formulario
enviado a todos los egresados y egresadas que aceptaron participar en esta
investigación, tras cada pregunta realizada dentro de cada módulo, se apoya con
respuestas textuales de algún componente de la muestra.
Primer módulo – Aspectos personales: compuesto por
dos preguntas que hacen referencia a si les gustó trabajar esta temática y a
cómo ha influido en su desarrollo personal. El 100% de la muestra afirma que
les gustó trabajar esta temática, destacando que les sirvió de apoyo en su
formación, llegando a disfrutarlo, pero recalcando que pese a la tutorización
que recibieron, la información aportada por distintos organismos corresponde
con una clara desactualización en cuanto a datos y cifras actuales, como por ejemplo
cifras sobre trata de personas.
“Fue una experiencia increíble. Considero que se debería de enseñar a
cómo trabajar la prevención e igualdad de la violencia de género en la carrera
para saber cómo trabajarlo dentro del aula” BGM. “Sí, aunque fue difícil
encontrar información actualizada sobre los valores para poder trabajar la
igualdad, ya que la parte de fundamentación solo encontré documentación muy
antigua” GOGR.
En lo referente a cómo ha influido en su desarrollo personal, el 100% de
la muestra señalan que ha influido de forma positiva, la gran mayoría alude a
la ampliación de formación y conocimientos, la sensibilización y el aprendizaje
sobre mirar desde la perspectiva de género las diferentes visiones de la
violencia de género, no solo en el ámbito de la educación, sino también desde
otros ámbitos en los cuáles han incursionado su vida laboral, como con el
colectivo de drogodependencias o migraciones.
“Gracias a la elaboración de mi TFG puede informarme sobre algunos
planes de igualdad que existían en las escuelas y conocer algunas herramientas
para poder trabajar este ambiente tanto en los centros educativos como
actualmente en mi trabajo que es un centro de menores” GOGR. “Soy mucho más
consciente de lo que supone la Violencia Género para la sociedad y tengo mucha
más información sobre ella, que trato de tener en cuenta en mi labor educativa,
así como en mi vida personal” AGR.
Segundo módulo – Profesión: se compone de 5 preguntas en relación con su
vida profesional, partiendo de si trabajan o han trabajado con violencia de
género, si ese fuera el caso, cuáles eran sus funciones, en qué ámbito trabajan
y cuáles son sus destinatarios, así como la influencia de su trabajo de fin de
grado en su intervención profesional.
Gráfica
2
SI SI, PERO EN OTRO COLECTIVO NO
¿Has trabajado o trabajas con V.G.?
Nota. Elaboración propia.
Un 38 % de egresados y egresadas están trabajando en Violencia de género, de las cuales el 14% de la muestra no trabaja con el colectivo como tal, pero entre sus destinatarios si han sufrido esta violencia y la siguen sufriendo. Esto evidencia que, aunque no se trabaja directamente con violencia de género, en cualquier colectivo siempre puede haber personas padeciéndola, como en drogodependencias o con menores.
“Directa y específicamente no, pero en el colectivo
con el que trabajo una gran parte, por no decir
casi todas, tienen una historia de malos tratos detrás, ya sea VioGen, intrafamiliar o de cualquier tipo” CDJ.
“Sí, en dos recursos
de violencia de género de la Comunidad
de Madrid. Uno de mujeres jóvenes
víctimas de violencia y el actual, Proyecto
Esperanza, con víctimas y supervivientes de trata” CBPH.
Entre las funciones que han puesto en manifiesto las personas que trabajan con este colectivo está la educación en igualdad de oportunidades, en valores, el acompañamiento y soporte emocional, así como la creación y desarrollo de proyectos educativos para la prevención de la violencia de género y la promoción de la igualdad.
“Las funciones de educadora
social que se desarrollan en este puesto de trabajo están basadas en la
intervención constante con las mujeres atendidas, ya sea de apoyo y soporte
emocional, como funciones asistencialistas relacionadas con la convivencia del
día a día (entregar llaves de habitaciones, poner lavadoras, ayudarles en sus
tareas…). También de apoyo en la búsqueda de empleo, o supervisar que la
normativa de la casa se lleve a cabo” CBPH. “Creación
y desarrollo de proyectos educativos para la prevención de violencia de género
y promoción de la igualdad” MAOB.
Y respecto a trabajar con otros colectivos diferentes de Violencia de Género, se tienen respuestas que tocan todos los ámbitos de la sociedad, desde centros de menores, personas con necesidades especiales, hasta migración y personas sin hogar. En lo referente a si entre las personas con las que intervienen, alguna ha padecido o sigue padeciendo violencia de género, un 27% de la muestra dice no trabajar con violencia de género, pero sí indica que tienen personas que la sufren o la han sufrido. Este 27% de la muestra se une al otro 38% de personas de la pregunta inicial, con lo cual un 67% de la muestra directa o indirectamente está trabajando con violencia de género dentro del propio colectivo o desde otros ámbitos.
“Sí, un caso de 2 hermanos de procedencia árabe
donde la niña no valía nada, solo hacían caso al hermano y a ella le obligaban a ser la “esclava” del
hermano. Esto se trabajó con ambas partes, madre y padre (están
separados) y ha mejorado
mucho la situación. Al niño ya le
ponen límites y le empiezan a dar más importancia a la hermana”
GOGR. “Si tanto en personas sin
hogar como en patología dual y drogodependencias”
TCS.
Solo
un 12% de las personas afirman que no han trabajado con violencia de género ni
directamente ni desde el ámbito en el
que está trabajando. En cuanto
a cómo ha influido
en su desarrollo profesional
su trabajo de fin de grado.
Gráfica 3
SI NO
¿Ha influido
tu TFG en tu Desarrollo Profesional en la
intervención educativa
Nota. Elaboración propia.
Un 86% de las personas ha contestado que sí ha influido, por varios motivos, unos porque pudieron implementar el programa o proyecto que llevaron a cabo en su trabajo de fin de grado; y otros por la ampliación de conocimientos y la puesta en práctica de la perspectiva de género. El 14% de las personas que contestó que no había influido en su labor profesional, explicó que no están trabajando como educadores sociales, o que no pudieron llevar a la práctica sus proyectos.
“Sí. He podido implantar mi TFG en
algún hogar de menores en el que trabajé y fue una buena herramienta” AMF.
“Sí. Todo proceso de ampliación de conocimientos y formación complementaria ofrece siempre nuevas herramientas que influyen de forma positiva en el desempeño profesional. En mi caso, la ecofeminismo me ofreció el aprendizaje del valor que tiene el acercamiento del feminismo a la ecología y el conocimiento y contacto con la naturaleza. Una línea de intervención con amor y respeto hacia la mujer y el ecologismo. La vinculación de sus ciclos con el mundo natural y el daño que ambos han sufrido a consecuencia de la sociedad patriarcal” AG.
Tercer módulo – Aportación a la sociedad: en este apartado se realizaron tres preguntas enfocadas a su aportación como personas y profesionales a la sociedad, empezando por si han producido sesiones formativas, de sensibilización e información, si han participado en fechas significativas como el 8 de marzo e incluso haber promovido jornadas de movilización social, y si han producido algún material como por ejemplo aplicaciones o material educativo que fomente la igualdad.
¿Has producido sesiones formativas de sensibilización
e información?
SI NO
Nota. Elaboración propia.
¿Has participado o promovido
jornadas como el 8 de marzo, 25 de noviembre, 10 diciembre u otras
fechas significativas para la igualdad y la violencia de género?
SÍ NO
Nota. Elaboración propia.
El 90% de la muestra si ha participado o ha promovido
jornadas de sensibilización contra la violencia de género,
considerándose activista de la lucha
por la igualdad, el 62% de
la muestra ha generado sesiones formativas y de sensibilización e información, subrayando sus lugares de trabajo
en donde lo han realizado, además de acudir
a otros centros y universidades a impartir talleres
para la prevención de la violencia de género, el 38% de la muestra no ha
producido sesiones, aunque indican que sí que sensibilizan en su intervención
educativa de manera individualizada en el acompañamiento a los usuarios.
“Sí, todos los años promuevo acciones de sensibilización
el 8M y el 25N con el objetivo de sensibilizar a la plantilla de Telefónica” MMS.
“No he dado sesiones. Pero si sensibilizó
a mis menores y les doy todo tipo de información relacionada con el género y
feminismo” BG.
¿Has producido algún material?
SI NO
Nota.
Elaboración propia.
Respecto a la producción de materiales, el 55% de la muestra
dice haber elaborado
desde cartulinas para
talleres de
empoderamiento, hasta contenidos virtuales.
“Si, con relación a material todo mi
trabajo de fin de grado creo materiales
y para jornadas como el 8 de marzo
también generamos materiales de sensibilización” JPC.
Cuarto módulo – Conclusiones: se compone de dos preguntas, si volverían a realizar el mismo trabajo de fin de grado y si consideran que ha influido de manera positiva en su perspectiva como persona y como educador o educadora social.
¿Volverías a
realizar un TFG con la
misma temática?
SI NO
Nota. Elaboración propia.
El
90% de egresados y egresadas volverían a realizar un trabajo de fin de grado
con la misma temática, entre las respuestas destaca
la influencia positiva
en su desarrollo profesional y personal,
poniendo en valor como el trabajo de fin de grado realizado
les ha ayudado en su labor preventiva, y a su vez como ha mejorado
sus capacidades de detección de comportamientos o situaciones de violencia de
género; el 10% de egresados y egresadas que contestó que no, alegan razones
como que hoy en día les motivan otros perfiles de destinatarios y
destinatarias, y otras temáticas de intervención educativa.
“Si, volvería a elegir esa
temática ya que me hizo aprender mucho y puedo poner en práctica en mi día a
día como educadora y que al trabajar con diferentes culturas te das cuenta de
todas las cosas que quedan todavía por mejorar y evolucionar” CAB.
“No,
mi TFG lo encauzaría a otras vías dado que tenemos una profesión en profundo cambio
de la que hay reciclarse
constantemente, ya que las problemáticas son cambiantes” CCS.
Para finalizar, respecto a la cuestión sobre si la realización de los trabajos de fin de grado ha cambiado la percepción de los egresados y egresadas en violencia de género, y a su vez su intervención educativa; se interpreta de las respuestas que sí, no solo a nivel personal sino sobre todo a nivel profesional dado que han puesto en práctica proyectos de intervención creados con su trabajo de fin de grado, así como han generado materiales y llevado a cabo sesiones formativas y de sensibilización. La realización de este trabajo les ha influenciado positivamente y la gran mayoría reconocen que volverían a realizar este trabajo con la misma temática debido a los beneficios que les ha aportado en todos los ámbitos de su vida.
CONCLUSIONES
Partiendo de alguna de las cuestiones que se plantean en la
hipótesis: ¿Cambia la percepción de la violencia de género a través de la
realización de los trabajos de fin de grado?; ¿Cambia la percepción e
intervención de los y las profesionales a partir de la elaboración de su TFG
sobre igualdad y prevención en violencia de género? La respuesta es afirmativa.
Las aportaciones coinciden positiva y significativamente en la mayoría de las
respuestas.
En concreto en el tema de igualdad y equidad social como
característica que generará una auténtica transformación social, esta formación
“es clave para la prevención de la violencia de género” (; como lo confirman todas
las respuestas obtenidas por el alumnado egresado en estudios educativos, en
concreto Pedagogía y Educación social.
Afrontar su estudio afecta a la persona en el modo de gestionar
las relaciones con los demás, e influye directamente en su ámbito de actuación
personal y social. Destaca la relevancia de su influencia en la dimensión del
ejercicio profesional.
Los resultados del estudio entre jóvenes egresados en titulaciones
de educación, sobre la influencia de lo investigado en su TFG y su ejercicio
profesional demuestra cómo otorgan una mayor importancia a los temas de
igualdad, prevención y violencia de género en el desarrollo de su intervención
educativa y en su entorno de relaciones interpersonales.
Desarrollar la investigación sobre temas de igualdad, prevención y
violencia de género genera un desarrollo personal y un compromiso social en el
ejercicio de su profesión. Además, se constatan diferencias entre las personas
que ejercen su profesión en ámbitos educativos que tiene que ver con la
prevención e intervención en violencia de género, las cuales sienten la
necesidad de seguir generando cambios sociales y aquellas que trabajando en el
ámbito educativo no realizan intervención directa en temas de igualdad y
violencia. Para estas últimas la aportación más importante tanto a nivel
personal como profesional está en el despertar la sensibilización para educar
en igualdad y prevenir la violencia y sobre todo en detectar situaciones y
conductas de desigualdad y maltrato.
En cuanto al número de personas encuestadas, el perfil mujer en
titulaciones de educación destaca respecto del perfil hombre. De las 38
personas de la muestra inicial, se tuvo que prescindir de 9 personas con las
que fue imposible contactar, quedando una muestra de 29 egresados, de los
cuales solo 2 son varones. Puede responder a que el compromiso con los temas de
igualdad, prevención y violencia de género que vive una mujer en el ámbito
socioeducativo es más intenso al que viven los hombres que realizan estudios en
el campo de la educación, o a que el ámbito de educación sigue siendo a nivel
estadístico un entorno feminizado influenciado por los roles de género de las
mujeres respecto a ciertas profesiones, como son las de enseñar o cuidar. Sin
embargo, confrontando con encuestas sobre los valores de los jóvenes, la
preocupación por estos temas es similar y se expresan en un buen grado de
compromiso social generalizado, tal como se refleja en el marco inicial.
La investigación apunta a que para lograr un cambio social en
temas de igualdad, prevención y violencia de género no es suficiente con
proporcionar información y formación a los futuros profesionales de la
educación, sino que es preciso potenciar en ellos la convicción de que tienen
un papel necesario, incluso imprescindible en la transformación social que
conlleva unas relaciones desde la igualdad y el buen trato.
Las respuestas de la encuesta han aportado datos tan interesantes
como que a través de la formación de profesionales de la educación se puede
producir una inmunidad de rebaño llevada a la prevención respecto a violencia
de género, es decir, estos profesionales están transmitiendo valores tan
importantes como la igualdad a su entorno, que en la mayoría de casos, son
entornos amplios, como aulas completas de menores, y a su vez estos menores lo
irán transmitiendo a su entorno más cercano. No cabe duda de que la formación
de los profesionales en materia de igualdad y violencia de género es vital, y
en ello su trabajo de fin de grado, tal como han indicado ha sido fundamental
en su labor de motor de cambio y de construcción de una sociedad justa,
igualitaria y libre de violencia. El que los profesionales y las profesionales
que han participado en esta investigación estén trabajando en diferentes
contextos como se puede apreciar en el apartado de resultados ha enriquecido significativamente
estas conclusiones, cumpliendo con el objetivo de esta estudio, que es conocer
como han ido evolucionando personas que han podido profundizar en temas tan
relevantes como es el tema que atañe, demostrando que la violencia de género ha
pasado de ser un colectivo a ser un problema social de todos los colectivos,
desde menores hasta drogodependencias, el ser víctima de violencia de género
solo tiene algo en común y es ser mujer, y la intervención que realizan es un
aporte a la sociedad, porque intervienen con sus destinatarios y destinatarias
directas, pero también con la población indirecta e incluso la potencial.
Para finalizar, se resalta significativamente la perspectiva de
género, la importancia de la intervención, pero sobre todo la prevención y la
educación en igualdad como asignatura pendiente de la sociedad.
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[2] Doctora en Filosofía, Máster en violencia
de género, Coordinadora del Grado de Educación Social CES – Don Bosco, Madrid (España), cvillora@cesdonbosco.com, https://orcid.org/0000-0001-9709-8873