Del «Cholo Sotil» a la «Chola Chabuca». Miradas desde la escuela en sectores populares de Lima

Pedro Jacinto Pazos Universidad Ricardo Palma, Lima, Perú pedro.jacinto@urp.edu.pe


RESUMEN

Un concepto que intercepta, la violencia, el conflicto y la discriminación racial es la idea de cholo (y chola). Se ubicó a sujetos sociales de íntima participación, como son los estudiantes de educación secundaria, pensando en su largo proceso de continua interrelación y socialización permanente en el aula, para analizar y explicar cómo los alumnos de educación secundaria observan lo «cholo / chola» desde los principales personajes del fútbol, la música, así como en la comicidad de la televisión peruana. En realidad, relacionar espacios sociales que implican medios de comunicación, sobre todo televisivos, donde los actores sociales se grafican en contextos interculturales, que a la vez, son propios de nuestra diversidad étnica-cultural, pero donde también, la discriminación racial y la exclusión socio-cultural no dejan de estar presente. Se entrevistaron alumnos del quinto año de secundaria de dos colegios. Uno en San Juan de Lurigancho y otro, en Villa María del Triunfo.


Palabras clave: Cholo, discriminación, exclusión, racialización, Lima


From «Cholo Sotil» to «Chola Chabuca». Seen from schools in popular sectors of Lima

ABSTRACT

A concept that grabs violence, conflict and racial discrimination is the idea of «cholo o chola» (people with indigenous ancestry). A group of people who had a direct participation in society were chosen, such as a group of secondary school students. Due to their long process of continuous interrelation and permanent socialization in the classroom, it is possible to analyse and explain how these students observe in school the so-called «cholo o chola» from the main personalities in the world of football, music, as well as in the Peruvian television comic programs. In fact, the reason was to relate social spaces that involve all media, where social actors are graphed in intercultural contexts, which at the same time, are characteristic of our ethnic-cultural diversity, but where also, racial discrimination and socio-cultural exclusion are still present. Fifth year high school students from two schools in Lima were interviewed. The first one in San Juan de Lurigancho and the other, in Villa María del Triunfo.


Keywords: Cholo, discrimination, exclusion, racial discrimination, Lima


PLURIVERSIDAD / 181

4(2019) 181-202 | ISSN 2617-6254 | DOI: https://doi.org/10.31381/pluriversidad.v4i4.2778 | URP, Lima, Perú [Recibido 04/10/2019 - Aprobado 10/12/2019]

  1. Interrogantes principales


    Se ha tenido muchas expresiones que aluden a la jerarquización o la desigualdad que observamos en la población peruana. Las ciencias sociales y las humanidades se han enriquecido con palabras tan vastas y, propias de una colonialidad que persiste en todos los ámbitos de las familias peruanas, desde sus diferencias sociales y culturales, que involucran una heterogeneidad y un poder familiar, local, regional o político en el país. Se han realizado disímiles definiciones para entender la palabrita «cholo/chola» desde las distintas disciplinas obviando en parte, lo que implica esta palabra desde la discriminación y el racismo y, que se viene visibilizando cotidianamente desde los medios de comunicación pública, sin tapujos ni medias tintas1. Desde luego tiene su historia y viene desde todos los ámbitos socio-culturales. Sean desde los sectores populares como desde las élites sociales y políticas. Nadie se guarda sus adjetivos y los estereotipos interiorizados desde su formación familiar o escolar. Los medios digitales los sacan al ruedo y ya se está haciendo sentido común hacer de la palabra cholo/chola un entretenimiento adjetivado y un despectivo, que está llevando a pensar, o por lo menos en cavilar, el sentido de naturalizar su inferioridad, como concepto y como espacio social. En realidad, no podemos dejar de advertir que lo escuchamos entre los colegas, amigos, en el barrio, en el hogar, en los colegios o en las universidades. Pareciera que tenemos en la cima un concepto o unas palabras que nadie oculta. Solo basta con extenderle su calificativo o sustantivo («cholo de mierda» = «serrano de mierda») y, tenemos el extremo de una composición racista, prejuiciosa y despectiva. No obstante, puede ser en su diminutivo y la palabra cambia de connotación («mi cholito», «mi cholita») ya en su sentido positivo, solidario y alegre. Los poetas y la vida cotidiana aún tienen sus espacios por ese lado2. Pero también, no están lejos los chistes racistas en el mundo criollo, cuando de cholos, serranos y negros se trata. Todos festejamos a dura algarabía. En gran parte de las encuestas que hemos realizado para diversos actores sociales investigados hemos propuesto, de alguna forma la percepción que tienen acerca de esta denominación. Se han obtenido orientaciones descriptivas, que lo han encumbrado a ser uno de los agentes sociales sobre la cual se construye nuestra nacionalidad o nuestra cultura. Esto lo observamos desde Varallanos (1962), Uriel


    image

    1. Ver las tesis últimas: Vargas, R. (2016). Del cholo de mierda al cholo power. Discriminación, prototipos y cambio semántico en el español del Perú. Tesis de doctorado en Literatura, estudios hispánicos. Facultad de las Artes y de las Ciencias. Universidad de Montreal. Y también la de: Herbia, E. (2016). Cholibiris Chicha Madeinusa Warmi: performance andina de los Zorros de Arguedas en los medios y las artes del Perú: Tulio Loza, Lorenzo Palacios

      «Chacalón» y Magaly Solier (1960-2010). Tesis. Doctor of Pilosophy. Hispanic Languajes and Literature. Stony Brook University.

    2. Varallanos cita la poesía de Guillermo Mercado: «Chola, cholita, te van diciendo / los arboles de la quebrada». Y también un anónimo: «Chola, cholita, rosa-bermellón / dulce sangre de la alborada». (Varallanos, 1962: 30. Pie de pág. 27). Y en Marisol de la Cadena (2004) encontramos referente a la chola / cholita la poesía del poeta cusqueño, Luis Nieto.

      Garcia (1930/ 1973) entre otros autores actuales, ya fueren desde su lado conservador o desde las propuestas progresistas.

      Uno de los autores, para fines del siglo pasado, que se atrevió a ver una cultura, identidad y hegemonía chola, desde la migración capitalina e, incluso afirmar, que la nación peruana existe como una nación culturalmente chola, fue Carlos Franco3. En sí uno de los autores que prosiguió las tesis de lo «cholo» como nacionalidad y como identidad peruana, persistiendo en las tesis de Anibal Quijano (1980) y en parte, lo que, a la vez, venía trabajando Carlos Iván Degregori (1986). En realidad, es lo que describía Lynch (2014) cuando asumía, el desarrollo de una hegemonía chola desde lo social y cultural, no obstante, ahora el problema es el bloqueo político. No hay expresión en un Estado que represente el proceso de cholificación o a su identidad resultante4. Donde la nacionalidad peruana se encumbre e implique y asuma el Estado o ya el poder político como resultado de este proceso5. En realidad, esto fue a fines de la década del siglo pasado bajo contextos de años muy duros, con una violencia y conflicto armado interno a cuestas, que visto desde las perspectivas de las primeras décadas del siglo xxi, podríamos decir, que el análisis implica nuevos visos de explicación. Desde luego el carácter de lo cholo, como proceso de cholificación en la actualidad incumbe la era de la cibernética, de las redes sociales mejor sofisticadas y donde, la racialización y el racismo se envuelven bajo mantos tecnológicos supermodernos. Los actores sociales son otros, pero el pensamiento de superioridad/inferioridad sigue latente. Continúa. En realidad, la encrucijada se sostiene y ya hemos atravesado el viejo laberinto de quienes hicieron del poder político no una nacionalidad peruana, sino el encumbramiento de quienes se autoendilgaron como «cholos powers». O el cholo power, desde el poder político como lo fue Alejandro Toledo, en un principio desde su gobierno, pero que terminó con una des-nacionalización a la peruana6.

      En realidad, una cultura chola recorrida desde la política y la economía por el

      mundo del neoliberalismo que articula su consumo a su mercantilismo, pero a la vez observa sus patrones culturales como formas de sobrevivencia, no obstante, articulada a su mercantilización e individualización. De hecho, el poder político y económico de la globalización neoliberal lleva a la desestructuración de las culturas, de las identidades y la des-nacionalización, que pasan por los mismos recursos culturales de nuestro país. Y,


      image

    3. Ver: Eliana Chávez (2012). El Perú de los ochenta, de los noventa y del siglo xxi: La vigencia de Carlos Franco. En: Carlos Franco. Lima, CEDEP.

    4. En parte ideas elaboradas por Nicolás Lynch (2014). Ver Bibliografía.

    5. Escribe Lynch: «Considero a la cholificación como la columna vertebral en la formación de la nación peruana, como el eje de la modernidad que podemos aspirar a alcanzar, si entendemos lo moderno cmo identidad con lo nuestro en un sentido histórico, cultural y político» (Lynch, 2014: 108)

    6. Alejandro Toledo, fue presidente del Perú a inicios del siglo xxi, hoy se encuentra en una cárcel en Estados Unidos. Su mano derecha desde la economía fue su ministro Pedro Pablo Kuczinsky, también con arresto domiciliario en Lima. Escribo esto a fines de diciembre del 2019.

      es lo que en estos momentos se denomina etnofagia. La destrucción de las identidades, culturas y el sentido histórico de los pueblos originarios7.

      En otros casos, se nos ha respondido en las distintas disciplinas, como una relación ambigua de lo que implica el ser o no ser, de la diversidad cultural del país. El ser o no ser «cholo» de la identidad peruana. Lo han tratado de caracterizar de distintos modos. Y en otros casos, se ha llegado a explicarlo desde epítetos y adjetivos tan crueles que hoy aún, sigue siendo parte de nuestra cotidianidad: el racismo8. Entonces: ¿Qué percepción se tiene sobre lo «cholo» desde los principales personajes en el fútbol, la música y la comicidad de la televisión peruana?, ¿Qué imaginarios se presentan en la escuela desde el fútbol con el «cholo Sotil», la música con «cholo soy» y, con la «chola Chabuca» en la televisión? En realidad, relacionar espacios sociales que implican medios de comunicación, sobre todo televisivos, donde los actores sociales se grafican en contextos interculturales o, quieren sacar a relucir nuestra diversidad étnica-cultural, donde la discriminación racial y la exclusión socio-cultural se presentan incólumes. Y por último, ¿cómo se concibe que lo «cholo» como acepción y como locución, siga siendo en parte la categoría que genera sentimientos, emociones y pasiones en la sociedad peruana? Son las interrogantes que recorren la presente investigación.


  2. Actores sociales centrales como casos del estudio


    Asumimos, como casos emblemáticos a un ex futbolista (el «cholo» Hugo Sotil), un cantante de música criolla (el tema «Cholo soy» de Luis Abanto Morales) y su proyección en los íconos televisivos a la «Chola Chabuca» y por extensión a la «Paisana Jacinta» y algunos personajes complementarios que ayudan a su deconstrucción



    image

    1. Es lo que proponía desde su exposición en el ALAS Perú el sociólogo chileno, Guillermo Pacheco: La etnofagia y el consumo turístico de la cultura Mapuche: Una aproximación desde el turismo de base comunitaria en la Comuna de Panguipulli – Chile. (ALAS, Perú, 2019).

    2. Desde luego, que también se observan las tesis contrarias. No se admite dicho racismo, no obstante la existencia de las jerarquías y las desigualdades sociales y, el trabajo de Guillermo Nugent lo demuestra: «Es justamente esa «gran cantidad de «cruces» en medio» lo que caracteriza a una sociedad jerárquica: el orden a través de la subordinación antes que a través de la separación. Ese es un problema político antes que un asunto de mentalidades o psiquismos individuales y no tiene, como la propia Chua cree, orígenes coloniales. El racismo, en sus variantes más conocidas, se expresó como separación, como expulsión. Ello suponía una élite nítidamente diferenciada y autosuficiente, es decir con una ética del trabajo moderna. Lo cierto es que en varios países latinoamericanos tales élites tienen, dicho de una forma coloquial, la flojera propia del rentismo: siempre quieren tener cerca alguien que les haga las cosas. A eso alude la expresión acerca del «cholo barato». Sin duda, quisieran ser racistas para sentirse más occidentales, pero terminan diciendo como Macunaíma: ¡Qué pereza! Al final, todo no pasa de un reglamento de playas en el verano o una eventual bronca en un restaurante. Es el racismo de Kiko, el personaje del Chavo del Ocho: puede jugar muy bien con sus amiguitos y solo cuando pierde, no antes, dice: ¡Chusma, chusma!». En realidad, se trata de tonos de piel y no de razas o, no de identidades raciales, o lo que el autor asume como la idea de «pigmentocracia» propuesta por Amy Chua, profesora de la Universidad de Yale. (En: http://www.desco.org. pe/recursos/sites/indice/762/2159.pdf. Consultado: octubre del 2019).

      analítica. Hacemos referencias breves a Tulio Loza que fue uno de los portavoces que antecedió a estos personajes allá por los años sesenta desde la radio en un inicio y, la televisión posteriormente, hasta bien entrado el siglo xxi. Y como parte de todo ello, lo que se ve como personaje televisivo controversial: el «negro mama», cuyos prejuicios racistas tienen mucho de evidencia en sus distintos aspectos. Los ponemos bajo la lupa o el criterio desde las respuestas de los estudiantes de educación secundaria del último año, en los sectores populares y es desde estas opiniones que tratamos de reflexionar e interpretar lo que representan en una sociedad muy clasista y racista como, es este país. Sus formas de ser percibidos por las nuevas generaciones a pesar de haberlos solo escuchado o poco conocido o quizás, tener poca comunicación sobre algunos de los actores sociales en mención. Sobre todo, en el caso del «Cholo» Sotil, del que se les nota no muy lejano, pero sí poco avisado. Sin embargo, todos ellos tienes sus juicios, prejuicios y, valoraciones sobre la idea que implica lo cholo y la cholificación en el país. De acuerdo a este esquema de quienes tenemos como personajes centrales es que realizamos el presente análisis.

      El trabajo tiene como base una aproximación etnográfica-empírica desde encuestas realizadas a los alumnos del quinto año de educación secundaria de San Juan de Lurigancho y Villa María del Triunfo. Se trata de una encuesta no probabilística, de manera específica para averiguar exploratoriamente de qué modo se tiene en cuenta esta palabra tan acechada y tan manifiesta desde su sentido racial y exclusivo para determinados sectores sociales en el país. El análisis, viene de los resultados cuantitativos, pero desde una mirada antropológica cualitativa. Hemos trabajado con una encuesta bajo categorías socio-antropológicas en los respectivos colegios. Se entrevistaron en el Colegio Toribio de Luzuriaga y Mejía de San Juan de Lurigancho (SJL), 105 alumnos del Quinto año de Secundaria. Es un colegio que viene de inicios de los años ochenta del siglo pasado en pleno apogeo de las migraciones de gran parte de la sierra sur y centro del Perú. Tiene los distintos niveles pre-escolares con aproximadamente cerca de dos mil alumnos en los distintos turnos en los cuales se desenvuelven. Asumimos como agentes principales del estudio a cuatro secciones del quinto año de secundaria entre hombres y mujeres. Para el caso de la Institución Educativa Soberana Orden de Malta (SOM), de San Gabriel en Villa María del Triunfo (VMT) se han encuestado a 110 alumnos, también del Quinto Año de Secundaria. Es un colegio mixto donde se lograron también asumir cuatro secciones. El origen de la actual I.E. SOM, comenzó de manera precaria en las oficinas de la compañía «San Gabriel», propietaria del terreno en aquel entonces inadecuado para la tarea educativa. Es una fusión de diversas escuelas que se venían generando por entonces en varios turnos y, cuya legitimidad se logra durante el Gobierno de Juan Velasco Alvarado. Por el año 19729. Como se observa,


      image

    3. Ver: https://maltinos.webcindario.com/historia.htm. (Consultado, 12 febrero, 2018).

      son dos colegios que se establecen en los años de un gran flujo migratorio y de grandes invasiones de los sectores populares limeños. Hoy en día estos territorios han logrado urbanizarse a su manera y cuentan en sus espacios territoriales algunos servicios básicos indispensables para su funcionamiento. No obstante, se debe tener presente que a pesar de los años el colegio Soberana Orden de Malta tiene una infraestructura precaria que sale a relucir en los tiempos de lluvias o huaycos que se ven en la Capital. Logramos un análisis comparativo en los dos colegios desde un punto de vista descriptivo-etnográfico. Las cifras de los resultados lo analizamos desde una lógica cualitativa antropológica, para la mejor comprensión del fenómeno en estudio.


  3. Antecedentes teóricos y conceptuales


    Una de las investigaciones que ubicamos para entender ya no solo «lo cholo» como referencia, sino las percepciones que sobre «la chola» existen, lo tenemos en el libro de Mary Weismantel (2017), que desde la etnografía trata de hacer un retrato riguroso de las «cholas» del mundo andino, en parte de Ecuador, Bolivia y Perú10. Su trabajo sobre «cholas y Pishtacos» es una investigación de las mujeres «cholas» en el espacio andino que la autora retrata en su vida cotidiana y como vendedoras en los mercados de abastos o al aire libre. En sí, las mercaderes que se presentan desde tempranas horas de la madrugada en estos centros de venta y, que los relaciona con la visión que se tiene sobre los pishtacos en los andes. De hecho, el racismo que implica este personaje. El peligro y la violencia que como protagonista del «hombre» blanco se presenta frente a la «chola» racializada, discriminada, excluida, exterminada y hasta «maloliente» según la observación del «hombre» blanco. No obstante, vital, «bien macha» y trabajadora. En realidad, la descripción proviene desde las características de lo que observa en las mujeres andinas de los mercados en los andes, para representarlas como las mujeres protagonistas de una nueva cultura, pero a la vez de un racismo bastante acendrado:


    La expresión «chola» racializa a las vendedoras de frutas y verduras, desviando la atención de su ocupación a sus cuerpos, que sexualiza con el fin de degradar. Como cholas, las mujeres del mercado se convierten en blanco de chistes morbosos –y blanco de agresión sexual-. Incluso su medio de vida está en peligro por esta imagen: puesto que el cuerpo imaginario de la chola es impuro las condiciones insalubres de los mercados parecen perfectamente naturales. El acto de nombrar conduce, así, a otro tipo de actos que no solo afectan cómo se perciben los mercados sino como se administran. (Weismantel, 2017, p. 32)


    image

    1. Este último país como referencia comparativa en su trabajo.

      La chola, dice esta autora, «es una imagen, no una narrativa, pero hay un relato detrás de ella, el relato de relaciones sexuales violentas y desiguales». (p. 191). Desde luego, que la autora describe la percepción corporal que se tiene sobre la mujer chola por parte de los citadinos del mundo boliviano y ecuatoriano blancos11. Además, de uno de los viajeros referentes que percibe los olores de las «cholas». Aquí, los olores juegan un papel importante, en la tesis central de este trabajo. De hecho, como una de las formas de racismo que pasa inadvertido en la discriminación de las personas.

      Sin embargo, uno de los antecedentes de estos interesantes conceptos lo obtenemos desde hace mucho tiempo atrás con las tesis de Uriel García (1973 / 1930). Este propone, la nacionalidad chola peruana desde su neoinidianidad bajo su propuesta categórica de la «chola» y el «cholo» andino, como la representación valiosa, viril y de fuerza que se manifiesta en dicho espacio. De hecho, que el cholo –siguiendo a García- es de agresión, violencia, de abuso y hasta es «un vago y ocioso», pero en este se encuentra la nueva cultura, la nueva nacionalidad peruana12. Esto se trata de un neoindianismo que se opone al «indio» del indigenismo excluyente cusqueño de los años veinte presentando a la mujer y el hombre «cholo» desde su pujanza, su civilidad, su urbanismo frente a su tradicionalidad y sus costumbres «indias». Su tesis se basa en las «chicherías» como la caverna de la nacionalidad donde se va procesando y construyendo un nuevo individuo, un nuevo ser humano, que en sí es el nuevo indio, el cholo y la chola mestiza que van logrando nuestra nueva peruanidad. Y ello se refleja mucho más en la mujer:


      Mientras la india tradicional, madre de la chola, conserva su pureza primitiva, su alma reacia y nómada, en constante fuga del tiempo, la chola —siendo también entraña cavernaria de la nacionalidad reciente— es la fuerza orgánica rejuvenizada que avanza desenvuelta y sin miedo hacia la ciudad y hacia el presente […]. La chola es el reju- venecimiento de esa misma mujer que engendró la indianidad o espíritu acrecentado de aptitudes germinales. Por eso cuando la india se transforma en chola, o lo que es lo mismo, se amestiza, recupera su energía espiritual para el comienzo de otra vida y de otro destino que se remozan en sus entrañas. (García, 1973 / 1930: 190).


      Desde luego, al estigma, a la discriminación y al racismo tenemos en ciernes un nuevo sujeto social. O, un nuevo indio ya «cholo» y con una nueva mujer chola que hacía de su procreación no la sumisión, sino la fuerza de su neoindianismo. Sin embargo, una nueva mirada para los mismos espacios, en los momentos contemporáneos, la encontramos desde la observación que hace el trabajo de Marisol de la Cadena (2004) a gran parte de las tesis anteriores, cuando a partir de sus informantes cusqueños



      image

    2. «Blanco» es la palabra que utiliza Weismantel, para contraponerlo a indio o, a cholo. Ver Bibliografía. 12 Ver: García, (1973, 192)

      sostiene que no se reconocen como indios, pero tampoco como cholos mestizos «sin educación y cultura». O tal vez, «mestizo pero no cholo». En realidad, la idea de indio asociado a la noción de cholo, de serrano, de inculto sin educación la van desplazando. La desindianización y la descholificación, se va imponiendo. En el fondo el no querer ser indio y el no querer ser cholo como sentido de supeditación. Y el mercado o los patrones religiosos festivos también marcan sus distancias. En el fondo, se requiere una buena educación –y si es universitaria mejor- para enrumbarse hacia el respeto, la urbanidad y, las buenas «relaciones sociales». En realidad, según la autora, los espacios físicos implican y se perciben desde sus protagonistas desde lo étnico-cultural. El mercado de ventas pecibidas por las mestizas o mestizos educados como determinantes de las «cholas» o de lo cholo, pero la educación implica su estatus pero a la vez, tiene su sentido de discriminación. No obstante lo étnico, también es desplazado y, de lo que se trata es entender que los procesos socio-culturales van cobrando nuevos aspectos y nuevas taxonomías13.

      Otro autor, que consiguió poner en debate la palabra cholo / chola fue José Varallanos (1962)14. Este autor, recorrió la historia para pensar en la peruanidad, en su génesis y en su cultura. Recorrió los archivos hispanos, las crónicas y se fue hasta los hemerografía nacional e internacional para explicar la cultura peruana de entonces. Su preocupación principal era pensar hacia donde se dirigía la cultura peruana en sus distintas manifestaciones. Los soportes que hacían de dicha cultura una esperanza o al revés, una incertidumbre o, tal vez su derrumbe. Con la sobriedad de quien piensa una sociedad, se preocupa por pensar el Perú, sin prejuicios y sin racismos. Sin superiorida- des y sin inferioridades. Quería demostrar que el Perú es un país cholo y chola. Y que su génesis partía desde el momento de la conquista y que se consolidaba en la República. Hacía sus distinciones y sus jerarquías étnicas-culturales hasta las diferencias sociales. Lo más rotundo de su tesis es la de abominar del concepto raza y de la dicotomía su- perior / inferior. Las razas no existen, explicaba. Advertía también, la heterogeneidad que recorre la geografía peruana y reparaba cómo este país se anotaba sus prejuicios y sus distinciones. La literatura, la música, el arte e incluso sus miradas 15 acerca, de las


      image

      1. Ver De la Cadena (2004).

      2. En realidad, existe una gran cantidad de bibliografía al respecto que podríamos decir que en su mayoría concuerdan en su sentido racial de su denominación. Quizás los que inauguraron parte de esta bibliografía como sentido de dominación y de discriminación racista lo ubicamos en gran parte en la literatura del siglo xix, sobre todo la que viene Felipe Pardo y Aliaga: «Santa Cruz propicio/ trae cadena aciaga/ El bravo peruano/ humille la frente;/ que triunfe insolente/ el gran Ciudadano. Nuestro cuello oprima/ feroz el verdugo./ Cuzco besa el yugo/ Humíllate Lima. Así nos conviene./ Torrón, ton, ton, ton!/ Que viene, que viene/ el Cholo jetón!» (En: Méndez, 1996: 10- 11). Otro que se puede referir por su descripción de esos años es Sebastián Lorente. Escribe que «Cuando salís para la sierra, las señoritas de Lima no dejan de pediros un cholito y una cholita, […]. A lo más que puede aspirar el cholito es a ser bien mirado por las niñas de la casa, y a ocupar en el corazón de ellas un lugar entre el mono y el perrito de faldas: a veces es el animal de sufrimiento; por lo común su condición es la del esclavo». (Lorente, 1855

        / s.f: 29).

      3. Escribe: «Para nosotros el cholo peruano es, el que ostenta en cualquier dosis, la sangre o la tradición de sus

        mujeres cholas que las describía desde las formas de ganar sus espacios como estatus y como dominio. Escribe Varallanos:


        Mujer de energía y de masculina voluntad, yendo contra los prejuicios, es la revolucionaria social de su medio y de su tiempo. […]. Madre, ama, administradora, maestra y señora, la chola con su sacrificio, son su esfuerzo y tesón, sigue forjando, hoy mismo el hogar de la clase media en todo el territorio nacional. Es que la chola representa el caso de todo un proceso social en nuestra vida histórica, cuyo papel no ha terminado en estos días. (Varallanos, 1962, p. 65)


        Aquí se ve a Varallanos demandando un reclamo para pensarnos por encima de la tradicionalidad del indio. Y de paso su reclamo de ser mestizos, pero en el fondo asintiendo su diferencia entre el indio / india y el cholo / chola. El Perú es un país mestizo, cholo. El que logró continuar con la palabra «cholo» fue Aníbal Quijano, quien desde su tesis de doctorado (1964), trató de descifrar lo que se entendía por el grupo emergente «cholo» en la sociedad peruana, allá por los años sesenta del siglo pasado. Su significado implicaba los procesos migratorios e institucionales en las cuales se movilizaba la población y de paso el proceso de modernización sobre la cual actuaba. La ciudad se proponía como un recurso de perspectivas en la población de tal manera que era una opción a los ámbitos rurales, cuya exclusión y discriminación eran muy latentes entonces. Por no decir, regímenes de explotación bajo un semi-servilismo a la cual se tenía que enfrentar dicha población. Allí está la escuela que empieza a ser parte de un soporte social y cultural para una población analfabeta que a pesar de ser una época primigenia y servil, se mantenía como una institución clave en la población andina. Esta va de la mano de la institución militar que empieza a jugar un rol importante, dentro de dicho proceso, además de la iglesia que van marcando roles exclusivos en la época. En realidad, el proceso es de cómo sentir la transición de lo «indio» a lo «cholo» desde los cambios culturales que proponía la modernización de la sociedad peruana. Los nuevos estilos de vida se comienzan a mirar en el vestir, el tono de voz al hablar, y en la manifestación de obtener la primacía de la lengua hegemónica: el castellano. Y, sobre todo, una manera de asumir la aculturación en dichas épocas16. Por lo tanto, un contexto muy complejo y de mucho debate respecto a los procesos sociales que se venían estableciendo entonces. Se tienen que ver cómo se dinamizaban los movimientos sociales latinoamericanos y cómo ya se encontraba en pleno desarrollo la revolución cubana y con ello el momento de la guerra fría en el mundo capitalista-comunista.


        image

        progenitores: europeos e indios. Hombre histórico que surgiera a raíz de la invasión del Imperio Inca por Pizarro, y que fusiona a dos razas y a dos culturas; y encarna en sí la obra trascendente de la Conquista española en la media y alta geografía de los Andes.» (Varallanos, 1962: 32).

      4. Ver Quijano (1980).

        No lejos, las orientaciones teóricas estadounidenses y anglosajonas para entender la concepción de la cultura en las poblaciones tribales o tradicionales, así como, unas ciencias sociales primigenias en el país que recién elaboraba sus investigaciones y sus conceptos17.


  4. Referencias generales de los alumnos encuestados


    Si observamos la siguiente tabla los alumnos son en su mayoría de Lima. Esto, nos in- dica, que ya existe una base social popular asentada en la Capital, de hijos de migrantes. Prácticamente una generación de nuevos limeños nacidos bajo un contexto de regímenes neoliberales que priorizaron los gobiernos peruanos desde su economía y, cuyo contexto transnacional, está dirigido por un mundo de la digitalización y el consumismo de las redes sociales virtuales. Son jóvenes, que se miran como parte de las Limas Norte, Cen- tro, Sur y Este, bajo sus diferencias culturales y económicas que implican el desarrollo económico de las mismas zonas. En realidad, una Lima que se procesa bajo distintos flujos socio-económicos donde los sectores populares son parte de este movimiento de manera tan heterogénea y, cuyos hijos son parte de este proceso. Priorizamos esta vez, los adolescentes escolares del quinto año de secundaria de quienes se puede explicar, de algún modo, que tienen padres que conocen la vida cotidiana limeña, bajo las penumbras o la emergencia que han podido pasar en Lima, como migrantes de los años sesenta y setenta del siglo pasado. Muchos de estos padres de familia, se puede decir que han sido partícipes directos en la gestión de estos colegios e incluso en su construcción. De hecho, que como


    image

      1. Reproduzco la versión electrónica de wikipedia: «La primera referencia del uso del término «cholo» en la lengua española apareció a comienzos del siglo xvii en Los Comentarios Reales de los Incas (1609 y 1616), del escritor peruano Inca Garcilaso de la Vega. En el texto, se lee: «Al hijo de negro y de india, o de indio y de negra, dicen mulato y mulata. A los hijos de estos llaman cholo; es vocablo de la isla de Barlovento; quiere decir perro, no de los castizos, sino de los muy bellacos gozcones; y los españoles usan de él por infamia y vituperio». En su obra Vocabulario en Lengua Castellana y Mexicana (1571), Fray Alonso de Molina refirió que la etimología de la palabra «cholo» o «xolo» provendría del náhuatl y significaría ‘esclavo, sirviente o mesero’, acepciones cercanas al trato que los españoles tenían hacia los pobladores amerindios. Según algunos historiadores, la voz «cholo» provendría de un vocablo del mochica, lengua originaria de la costa noroeste del Perú: cholu (‘muchacho, joven’). De acuerdo con la historiadora peruana María Rostworowski, los primeros conquistadores españoles ingresaron al Perú por la costa norte, donde «[se encontraron primero con los moches, quienes en su lengua tienen la palabra

        «cholu», que significa muchacho]. Tal vez ellos por llamar a los chicos usaron cholu y de ahí pasó a cholo». Por ello quedó registrado como un temprano mochiquismo del español, con el significado de ‘muchacho o muchacha de origen indio’. En Áncash todavía se puede oír la locución quechua allish cholu, que significa ‘buen joven’ o ‘buen hombre’. La estudiosa Bouysse Cassagne ve el origen del término en el idioma aimara, en la palabra chhullu, que designa al producto de la mezcla de animales de diferentes razas. El cronista Felope Guamán Poma de Ayala en su Nueva corónica y buen gobierno indica que chola es la india que ha roto el orden jerárquico de su grupo racial, viniendo a menos. Durante la era colonial en América Latina, «cholo» se difundió con el significado de ‘mestizo’, una persona descendiente de la mezcla de europeo de rasgos caucásicos (generalmente español) con los habitantes originales del continente (o indígena amerindio). La definición fiscal colonial española designaba como «cholo» a aquel individuo que, siendo mezcla de mestizo e indio, solo poseía un cuarto de ancestro español o blanco.» Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Cholo (Consultado: Octubre, 2019)

        todo colegial sus edades están entre los dieciséis y diecisiete años, por lo tanto, están cum- pliendo con un rango de edad que implica los estudios en el último año del nivel secun- dario. Para el caso del colegio mixto de SJL la mayoría de los participantes son mujeres, al igual que las del colegio de VMT. Hay que ver que el ímpetu del género femenino se ve en las jóvenes mujeres desde el colegio y también en los ámbitos superiores. Son de lengua castellana casi todos, teniendo una característica muy demarcada: se denota las diferencias en el credo religioso en SJL. Estos, si bien son en su mayoría católicos, muchos de ellos congregan en la religión cristiana juntos a los que no especifican su credo, no obstante se observa, que el catolicismo queda relegado a una minoría significante. Aquí debemos tener presente que las iglesias cristianas están logrando su auge en los sectores populares limeños, lo que ya no llama la atención como fenómeno de conversión en el mundo de la religiosidad peruana. Se puede explicar, que poco después del conflicto armado interno que sacudió el país las iglesias cristinas lograron su auge a nivel ideológico como freno a lo que venía sucediendo con la violencia política en la población peruana. La religión cris- tiana logra su cúspide, incluso en todas las regiones andinas del país, poniendo al idioma quechua como comunicación activa para los feligreses o adeptos a su evangelización. Sin embargo, para el caso de los alumnos de VMT ellos responden en su mayoría ser católicos. Esto nos indica la prioridad de los mensajes en los credos religiosos que muchas veces se orientan hacia los distritos más populares por su mayoritaria población y, parece que las congregaciones cristianas tuvieron su prioridad en SJL. Desde luego, tenemos dos distri- tos que hemos seleccionado por su trayectoria de movilidad social, producto de su origen

        Tabla 1: Referentes generales de los alumnos encuestados. (SJL / VMT)

        Concepto/ Ideas

        Referencias generales (SJL). (%)

        Referencias generales (VMT) (%)

        Lugar de nacimiento

        Lima (84,8); Ica (1,0); Piura (1,9); Junín (1,0);

        Huánuco (5,7); Bolivia (1,0); Ancón (1,9); Tarma

        (1,0); Huaral (1,0); Santiago de Chile (1,0)

        Lima (98,2); Ica(0,9), Tacna (0,9)

        Edades

        15 (1,0); 16 (64,8); 17 (29,5); 18 (4,8).

        15 (2,8); 16 (65,1); 17

        (29,4); 18 (2,8)

        Sexo

        Masculino (46,7); Femenino (53,3)

        Masculino (34,9); femenino

        (65,1)

        Idioma

        Castellano (89,5); Quechua (5,7); Aymara (1,0);

        Otro (3,8)

        Castellano (100,0)

        Religión

        Católica (41,9); Mormón (1,9); Evangélico (21,9);

        Ateo (3,8); Cristiano (4,8); No especifica (18,1); Adventista (1,0); Testigo de Jehová (2,9); Israelita (1,0); Pentecostal (2,9)

        Católica (62,4); mormón

        (0,9); Evangélico (8,3); Ateo

        (0,9); Cristiano (2,8); No

        especifica (20,2); Agnóstico

        (0,9); testigo de Jehová (1,8); israelita

        Fuente: Encuesta, violencia, conflicto y discriminación en la escuela. Una visión desde los alumnos, padres de familia y los maestros en Lima. SJL y VMT. (Lima, Junio – Octubre 2017). Elaboración: Propia

        que vienen de los años sesenta del siglo pasado. Fueron grandes espacios donde se asen- taron los pobladores migrantes de las distintas partes del país y, donde confluyeron parte de la población migrante peruana, sobre todo de los que fueron asolados por la violencia y conflicto armado de los años ochenta de aquella época. Hay que enfatizar que la larga historia de SJL es de vasta trayectoria pero su creación como distrito proviene del año 1967. En el caso de VMT, fue creado en 1961 como distrito. Por lo tanto, un tiempo y un espacio de poblamiento que se conjugan cuasi en paralelo. Los años sesentas y setentas de entonces como construcción de estos pueblos.


  5. Lo «cholo» como «trabajador» y peruano


    Los resultados del presente trabajo de investigación observamos para la mayoría de entrevistados que el cholo es una, «persona trabajadora de la Sierra»; y es, un, «Ser peruano y lo mejor del país»18. En minoría se encuentran ser, «una humillación para el poblador de la sierra», O, tal vez ser «el color mestizo de la Sierra». Esto por el lado de SJL. Sin embargo, los alumnos lo reiteran –como lo mejor- también para VMT, cuando dicen que es un: «Ser peruano y son lo mejor del país»19. En el fondo se resalta el trabajo, que en realidad tiene su idiosincrasia propia en la cultura peruana. Y, sobre todo, los ámbitos regionales para quienes se dicen son de la Sierra está muy bien demarcada. No se autoexcluyen. Y, además, recalcan el país y, lo peruano como tal, es el sentir de pensarse incluidos en una sociedad tan fragmentada y heterogénea, que en el fondo los hace sentirse orgullosos. Quizás, si bien la pregunta implica una direccionalidad, la respuesta la proponen de esta manera. Esto se podría reiterar como parte de una autoidentificación o parte de una identidad que lo tienen presente como propio de su origen y tal vez, también por la procedencia de los padres. Revisando bien las estadísticas del origen de las poblaciones de estos sectores populares y encontramos que gran parte de ellos vienen de la serranía peruana. Otro factor, sería la movilidad social urbana que se va construyendo a nivel de los sectores populares y que logran enrumbar hacia un estatus de clase media baja y alta que de alguna manera los hace identificar con el trabajo. Aquí es el esfuerzo como parte de dicha movilidad social, lo que los hace sugerir esta idea de «ser trabajadores». Posiblemente, los mismos alumnos lo hayan vivido con la experiencia de la construcción de la vivienda y de paso de la construcción de la ciudad desde el mismo asentamiento humano donde residen actualmente. En realidad, lo han visto o se han visto crecer desde pequeños en dichos ámbitos que la respuesta pasa por



    image

      1. Esta idea ha sido propuesta por profesores, padres de familia y alumnos como parte de las encuestas que hemos realizado y las entrevistas a profundidad que hemos aplicado los últimos años respecto al trabajo que sobre racismo hemos venido realizando. Ver Jacinto (2016, 2017)

      2. Ver mis trabajos, Ibid.

        entender el esfuerzo que dichas poblaciones se observa desde el trabajo de las madres y los padres. Y, lo más peculiar, se visualiza por lograr una fórmula: cholo=trabajo + cholo=peruano=lo mejor del país. Las respuestas lo reivindican para ambos colegios.


        Tabla 2: Significado de la palabra Cholo desde los alumnos (SJL/VMT)

        Conceptos/ Ideas

        Lo cholo cono noción (SJL)

        Lo cholo como noción (VMT)

        La palabrita Cholo significa:

        «Persona trabajadora de la Sierra» (32,4); «Ser peruano y lo mejor del país» (25,7); «Serrano, peculiar en su hablar» (2,9), «Chaposo, ingenuo, viste con llanqui» (7,6);

        «Humillación para poblador de la Sierra» (20,0); «Es el color mestizo de la Sierra» (6,7); Otros (4,8)

        «Persona trabajadora de la Sierra» (28,4); «Ser peruano y lo mejor del país»; (41,3); «Serrano, peculiar

        en su hablar» (10,1); «Chaposo, ingenuo, viste con llanqui» (2,8);

        «Humillación para poblador de la Sierra» (8,3); «Es el color mestizo de la Sierra» (4,6); Otros (4,6)

        Fuente: Encuesta, violencia, conflicto y discriminación en la escuela. Una visión desde los alumnos, padres de familia y los maestros en Lima. SJL y VMT. (Lima, Junio – Octubre 2017). Elaboración: Propia


  6. Entre el fútbol y la música:

    el «cholo Sotil» y el «cholo soy» de Luis Abanto Morales


    Esto lo relacionamos, con lo que se ha venido cultivando desde el siglo pasado sobre esta idea de lo cholo desde el fútbol y la música, por eso es que resaltamos el reconocimiento o el desconocimiento para personajes que de alguna manera fueron involucrados con la palabrita «cholo», pero bajo el sentido de afección, aprecio o sensibilidad que se generó en la sociedad peruana. Y, esta es la gran sorpresa que ubicamos en los alumnos de las nuevas generaciones. Lo que se reconoció, en el «cholo Sotil» y, en gran parte por la generación de sus padres o abuelos, hoy termina siendo un desconocimiento de lo que mayormente se puso como referente para aquellas generaciones. Y, no fue por gusto. Propusimos a los alumnos algunos héroes/personajes, que se relacionaban a los ámbitos populares y, que los podían reivindicar contra la agresión y la violencia racista que de alguna manera sufrieron, sus progenitores, en los inicios de sus historias como migrantes, por los años sesentas y setentas del siglo xx Entendiendo que las primeras generaciones que arribaron a Lima, lo sufrieron y lo padecieron con características agresivas bien marcadas. En realidad, el «cholo Sotil» no era una historia desconocida, pero sí, con un gran porcentaje que le perdió el interés. Y es desde esta lógica, que podemos decir que las generaciones se construyen bajo códigos y símbolos que van llevando a cultivar una identidad y una razón de reivindicación de lo nuestro en su tiempo y en su espacio. O tal vez, una des-identificación con los personajes que alguna vez fueron la identidad de anteriores generaciones. Mucho más, con personajes que implican una movilidad social emergente. Aquí la memoria, el olvido y la historia juegan un papel importante.

    Las respuestas no pueden ser más extremas, en realidad, cuando nuestras interrogantes se orientaban hacia el «Cholo Sotil», de quien en la historia de fútbol ha sido presentado como uno de los grandes deportistas. Las respuestas decían que, «No lo conozco y no me interesa (38,8)». Por supuesto, podemos decir, que son alumnos de la era cibernética que se encuentran en otro mundo y donde sus padres, quizás no les han inculcado algo de historia del fútbol peruano. Pero las cifras nos demuestran, en parte, el olvido del «cholo». Aunque, si sumamos: «Un ejemplo de peruano», a la vez de, «Un ejemplo de cholo», que «Con su fútbol hizo conocer a los cholos peruanos en el mundo». Las estadísticas del desinterés se aplastan y logran una mayoría por los mismos alumnos de SJM. Sin embargo, la contundencia del desinterés y desconocimiento se ve más bien, por el lado de los de VMT que llegan a las cifras de un cuarentiseis por ciento con respecto a su ignorancia. O mejor dicho, una mitad de alumnos encuestados que poco o nada conocen del personaje. Aquí sí, la distancia intergeneracional es preocupante. Entonces, la ambigüedad de quien no es parte de un contexto y de una generación. Por lo tanto, respuestas completamente lejanas a los que se podría tener por parte de sus padres. El «Cholo Sotil» fue uno de los grandes fútbolistas del mundial de México setenta, que hizo vibrar a la generación de los padres y abuelos de estos alumnos y, por lo tanto, sus reminiscencias en dichas generaciones. No obstante, está muy lejos en estos colegiales, hijos y nietos, de estas dos primeras décadas del siglo xxi20. Hay que entender que las historias se suceden en todas las generaciones, no es casual entonces que, dicho personaje quedó para la memoria de los papás. Y así, como sus padres o sus abuelos, se crearon sus héroes hoy en día estos jóvenes, tendrán los suyos. Y eso hay que ubicarlo, ya, desde las redes virtuales. Si bien el Cholo Sotil, venía del fútbol de una época pasada y gloriosa, lo poco que se puede hacer hoy en día sobre su percepción es ya de un tiempo remoto. El de los padres y también abuelos, que lo recuerdan a su manera, más como futbolista, pero tal vez, también pensando, en sus rasgos étnicos, culturales u originarios de la cual procedía dicho jugador. Para conocimiento, fue uno de nuestros pioneros que no solo conquistó España, sino se dio el lujo de nacionalizarse español. Años en que la algarabía nacionalista de Velasco Alvarado estaba en pleno auge. Y, por lo cual, fue atacado por parte de la prensa de entonces21. De hecho, que fueron años en


    image

      1. Un trabajo que viene desde hace muchos años atrás para darnos a conocer el empuje de lo «cholo» desde el fútbol es el trabajo de Artemón Ospina. Escribe: «Es un ídolo. Sí, un ídolo popular cholo. Es la primera gran emergencia futbolística de los cholos en el Perú. Antecede a la música chicha. Con sus quiebres informales conquistó espacios tan exquisitos como el Nou Camps, donde su nombre fue coreado por multitudes. Europa se le rindió y de eso hace como diecisiete años. Años después otro cholo pasearía por Europa su talento, esta vez musical, Chapulín y Los Shapis.» (Ospina, 1985). Ver Bibliografía. El texto está reproducido totalmente en el blog de Tanaka, Martín: Virtù e fortune. En: http://martintanaka.blogspot.com/2006/10/ muni-sotil-y-artemn-ospina.html. (Consultado: octubre 2019)

      2. Múltiples páginas, fotos e imágenes de todo tipo recorren las redes sociales con el rosto del «Cholo Sotil». Distintas

        páginas web tienen biografías y hazañas deportivas del jugador de fútbol. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/ Hugo_Sotil (Consultado: Octubre, 2019)

        que logró una ruptura inicial con la racialización y el racismo que se le endosaba a la palabra «cholo» reivindicando a la vez, una identidad peruana que visto desde el mundo criollo oligárquico de la época, lo «cholo» no era sino la inferioridad de la sociedad peruana. El fútbol reivindicó orígenes, culturas e historias. Reivindicó rostros, colores, cabellos y ojos. Pero entendamos que Hugo Sotil venía de la costa y, a la vez, era un hijo de la hacienda peruana de ese entonces.

        Hay que anotar que la palabra «cholo» recorrió el mundo en los medios de comunicación y, los periódicos de la época lo ensalzaban de esta manera. Es decir, el

        «cholo» como triunfador, exitoso, progresista, famoso y célebre, de la cual la prensa conservadora limeña de entonces no se abstuvo de reivindicarlo. La famosa imagen del «cholo Sotil» con su auto último modelo en Barcelona y su pantalón boca ancha mostraba el camino y el referente de la modernización que se debe continuar. Y perseguir. Pero ojo, que a ello se anudaba una descripción de comics que venía por el lado de, «El Comercio» en su Dominical donde se tenía al «Supercholo», una especie de parodia del Supermán estadounidense, pero resaltando lo que supuestamente implicaba un origen y una historia. Si algo de ello se retiene es su fuerza, su empuje y su vitalidad de un

        «cholo» dibujado con poncho, ojotas, pantalón a las pantorrillas, que parecen seguía el cauce del agricultor indígena en pleno regadío de sus parcelas o de la hacienda a la cual lo incrustaban. El aspecto físico, es la de un indígena con sus pómulos dibujados y su nariz aguileña. Y de hecho no faltan su llama y sus cerros con sus punas. Incluso, para caracterizarlo más: el guión-texto de los diálogos, con su español-quechua. Mejor dicho, para los momentos actuales. Con su «mote» en sus palabras22. En realidad, un cholo-serrano-servil. De hecho, que en algunos casos salía a relucir pintado como la otredad, «el otro» visto desde la versión conservadora de su guionista. El cholo bajo su sentido negativo y racializado de su origen23. Los contextos y la historia nos dicen algo, por lo tanto, no es casualidad el «cholo Sotil», el «Cholo soy y no te compadezcas» y el

        «Supercholo». Desde luego, las épocas del servilismo, del mundo oligárquico-colonial tampoco es casualidad. Fines de los sesenta y Velasco Alvarado está irrumpiendo contra la vieja oligarquía. Con un nacionalismo a cuestas.

        Para el caso de Luis Abanto Morales, podemos decir, todo lo contrario, a las estadísticas del «Cholo Sotil». A la pregunta, qué se entendía por la frase, «Cholo soy y no me compadezcas», sobre una de sus composiciones musicales, la respuesta de los alumnos fue categórica, al reivindicar dos frases de una gran valía: «Identidad peruana»; y, «Orgullo para todos los peruanos», sin contar el orgullo para los cholos que tiene


        image

      3. Ver: Los 55 años del Supercholo del Perú (recordando su primera aventura). En: http://blogs.peru21.pe/ comics21/2012/11/los-55-anos-del-supercholo-del.html

      4. Todavía podemos ver estas tiras cómicas en el artículo de César Santivañez: Los 55 años del Supercholo del Perú (recordando su primera aventura). De fecha: 6 de noviembre de 2012. En: http://blogs.peru21. pe/comics21/2012/11/los-55-anos-del-supercholo-del.html. El seudónimo del guionista era Diodoros Kronos pertenecía a Francisco Miró Quesada C.

        sus cifras adicionales pero que, de alguna manera expresan los adolescentes en SJM. Y también, se puede ver por el lado de VMT cuando enuncian, esta reivindicación, también desde su «identidad» más su «orgullo peruano» en una gran mayoría. Quizás, se pueden explicar estas últimas cifras, por lo popular de las canciones y, además por la difusión que se establece constantemente sobre la canción «Cholo soy»24. Desde luego, aquí juega un papel importante la difusión desde la radio y la televisión que se hace sobre este vals musical. Y la letra que implica la canción como tal:


        Cholo soy y no me compadezcas, / esas son monedas que no valen nada/ y que dan los blancos como quien da plata, / nosotros los cholos no pedimos nada, / pues faltando todo, todo nos alcanza.25


        En realidad, estamos frente a una letra que conmueve lo afectivo, lo histórico y lo racial. Lo cholo versus lo blanco. Puede ser que genere versiones contrarias por la dicotomía bien grabada de sus expresiones desde su clasismo y racismo que puede conllevar la canción o la letra como tal. Un nacionalismo o una peruanidad que puede implicar una identidad, pero por oposición. Y esto puede ser mucho más nefasto cuando de generar identidad se trata. Por lo tanto, una reivindicación étnica cultural que también puede recorrer sus extremos. Sin embargo, todo esto nos hace explicar y analizar, lo que se veía también en personajes populares que se acercan a lo cholo por la comicidad en la televisión, desde hace más de cuatro décadas atrás, entre la sorna, la ridiculez y, la bufonería. Recordemos, que esta palabra chola, fue demandada desde la televisión por Tulio Loza, personaje de la comicidad de fines de los años setenta y los años ochenta del siglo pasado, que luego se fue propalando a otros actores cómicos del país. En realidad, lo cholo asociado a lo serrano, a lo andino regional, sin entender la tergiversación que se establecía a la cultura peruana en general. La mofa, la burla o el «achoramiento» era la característica de un cholo migrante en la Capital, dejando de lado su sentido de producción y de riqueza originaria que manifiesta la población de lo más recóndito del país, desde las relaciones de trabajo y la cultura


        image

      5. Queremos dejar constancia que Abanto Morales fue denunciado de plagio por la letra de esta canción que no le correspondía según «El Comercio» y, con titulares como: «plagio y de viveza criolla». El aludido responde con una carta: «En el quinto párrafo Luis Abanto Morales, entre otras cosas señala: «Jamás, señor Director, he intentado siquiera apropiarme de lo que no me pertenece». Luego continúa diciendo: «…creo que los compositores musicales contribuimos a difundir el mensaje poético de consagrados autores que, de otra forma, permanecerían olvidados en los anaqueles de una biblioteca. Lo digo con orgullo: me identifico, no con la injusta atribución de ‘viveza criolla’, que me señala su nota, sino con la sana intensión de un cantor popular que desea difundir algo que lo impacta espiritualmente’.». En: http://agendapais.com/portada/luis-abanto-morales-dejo-en-claro-que-la-letra- de-cholo-soy-no-era-de-su-autoria/

      6. Haciendo una revisión de esta canción en el Youtube, encontramos un sinnúmero de grabaciones que en algunos casos pasa los millones de vistas, con comentarios de distintas partes del mundo. Sobre todo de los latinoamericanos migrantes en el mundo europeo o estadunidense. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=sTXDmz-l4I0. (Consultado: octubre 10, 2018).

        que imponía. Entendamos, desde luego, la redistribución y la reciprocidad como los patrones culturales que a pesar del mercantilismo y el capitalismo a cuestas, aún existe y se reproduce en plena crisis.


        Tabla 3: Significado sobre el «Cholo Sotil» y «Cholo soy» de Abanto Morales (SJL / VMT)

        Conceptos / Ideas

        Significado sobre el «cholo Sotil» y el

        «cholo soy» (SJL)

        Significado sobre el «cholo Sotil» y el

        «cholo soy» (VMT)

        El futbolista de los 70, «el cholo» Sotil representa:

        No lo conozco y no me interesa (38,8); Un ejemplo de peruano (31,1); Un ejemplo de cholo (13,6); Con su fútbol hizo conocer a los cholos peruanos en el mundo. (16,5)

        No lo conozco y no me interesa (45,9); Un ejemplo de peruano (30,3), Un ejemplo de cholo (1,8); Con su fútbol hizo conocer a los cholos peruanos en el mundo. (22,0)

        La frase «cholo soy y no me compadezcas» de Luis Abanto

        Morales, significa:

        Orgullo para los cholos (22,9), Identidad peruana (41,0); Amor al suelo peruano (7,6); Perjuicio racial (1,9); Orgullo para todos los

        peruanos (25,7); No me importa. No lo conozco (1,0)

        Orgullo para los cholos (22,9); Identidad peruana (36,7); Amor al suelo peruano (7,3); Orgullo para todos los peruanos (32,1); No me importa. No lo conozco (0.9)

        Fuente: Encuesta, violencia, conflicto y discriminación en la escuela. Una visión desde los alumnos, padres de familia y los maestros en Lima. SJL y VMT. (Lima, Junio – Octubre 2017). Elaboración: Propia


  7. Entre la «Chola Chabuca» la «Paisana Jacinta» y el «Negro Mama»


Este es el caso, de lo que incluso se observa en la actualidad y, donde los mismos escolares, también ven, a una «Chola Chabuca» que se le acepta de manera ambigua como alguien que puede llevarnos a la «Identidad peruana» (22,9) y que es bastante significativo, a pesar de ser una minoría. No obstante, implica un: «Racismo solapado de la TV. limeña» a la vez, que dicen: «No me importa y nunca lo veo» para un gran porcentaje de los alumnos de SJM. Mientras, los de VMT asientan en este personaje una identidad peruana bien marcada con un 34,9% a pesar de un porcentaje (20.2), que no le importa o lo ve muy poco. Desde luego, si miramos las cifras en su conjunto podemos decir que una mitad de los entrevistados lo detesta, pero con otra mitad que lo reclama como suyo. En el fondo esa ambigüedad de lo peruano, que muchas veces se explicaría por las conductas semi-ocultas que complejizan el fenómeno y dejan en el limbo nuestras decisiones. De hecho, que su propalación continua y desde hace muchos años atrás implica una acumulación de capital que los televidentes no perciben. Hay que explicar que la Chola Chabuca, sigue vistiendo con polleras, llicllas y colores propios del mundo andino. Sin embargo, sus tacos altos y el maquillaje en el rostro, pestañas y cejas lo ponen ya como la mujer urbana aculturizada limeña, pero migrante a la usanza serrana, cuya exhibición es propia de la instrumentalización y

enajenación de los rankings televisivos empresariales del mundo criollo peruano. Es decir, en el fondo los alumnos responden, bajo un rechazo pero a la vez bajo un gusto, de lo que han visto quizás desde pequeños o por lo menos lo conocen. Entonces, podemos decir, que los mismos alumnos, no están lejos de pronunciarse sobre lo que se expresa en la televisión y, ellos de alguna manera son parte de todo este proceso. Por lo tanto, han conocido y conocen de programas que denigran el sentido de la cultura peruana. Po ello, es que introducimos dos personajes que en algún momento fueron catalogados como los «anti-modelos» por sacar a relucir el racismo acendrado en la comicidad de la televisión abierta cuya diversión por el público televidente es aceptado en sus momentos porque «eso es lo que le gusta a la gente» (viejo eslogan de un comentarista deportivo) y además los divierte, les pone la alegría y los hace reír. Y, esto nuestros entrevistados, también logran calificar. Es así, que cuando refieren al «Negro Mama» y la «Paisana Jacinta» sus respuestas son negativas. Para ellos estos programas son de un, «Racismo solapado de la TV. peruana» y de «Una ofensa a la mujer serrana o a la sociedad peruana»26. De igual forma sucede con los programas,

«Esto es Guerra y Combate», que para los estudiantes de SJL Y VMT, generan,

«Descrédito de la educación peruana»; y, «No representan nada y no me importan», como demarcarían en sus respuestas. Todo, está manifiesto en las cifras que nos proporcionan los resultados. Y, para concluir esta parte, se es consciente de que las redes sociales traen modernidad, progreso y, sirven a la vez, para comunicarnos. Sin embargo, son propias también, para el insulto, el estigma, la venganza, el prejuicio y la injuria, desde las palabras racistas que vuelve a indicarnos que lo «cholo», «negro y serrano» se encuentran interiorizados, desde una génesis familiar y social que recorre toda la percepción de los alumnos del quinto año de secundaria. Como se lee, son propios de una gran mayoría en sus acepciones y, son las palabras que recorren los ámbitos peruanos en todas sus manifestaciones. Para terminar: ¿Discriminación racista desde la palabra «cholo» o su pérdida de racialización en plenos inicios del siglo xxi? Las respuestas acentúan un carácter más discriminatorio y mucho más excluyente según las versiones de los alumnos entrevistados.


image

    1. El cómico o artista, que se encargan de estas representaciones ha respondido infinidad de veces que no se trata de ridiculizar y menos racializar a la mujer andina, sin embargo, las imágenes son de una contundencia racista desde los gestos, los símbolos, las entonaciones y hasta el rostro que demarca una actitud discriminatoria y racista que no se quiere reconocer. Por lo menos, no tenemos su continuidad pero las antiguas y nuevas grabaciones se exhiben aún.

      Tabla 7: Lo cholo en personajes populares y la discriminación en las redes sociales de comunicación desde los alumnos (SJL/VMT)

      Conceptos / Ideas

      Lo cholo desde personajes populares (SJL)

      Lo cholo desde personajes populares (VMT)

      La «Chola Chabuca» personaje de la televisión limeña, representa

      Orgullo para los cholos y cholas del país (14,3); Identidad peruana

      (22,9); Amor al suelo peruano (10,5); Racismo solapado de la TV. limeña (25,7); Una ofensa a la sociedad peruana (4,8); No me importa.

      Nunca lo veo (21,99).

      Orgullo para los cholos y cholas del país (14,7), Identidad peruana

      (34,9); Amor al suelo peruano (9,2); Racismo solapado de la TV. limeña (11,9); Una ofensa a la sociedad peruana (9,2); No me importa.

      Nunca lo veo (20,2)

      La «Paisana Jacinta» cómico de televisión, significa

      Orgullo para los cholos y cholas del país (11,4); Identidad peruana

      «chola» (11,4); Amor al suelo peruano (10,5); Racismo solapado de la TV. peruana (28,6); Una ofensa a la mujer serrana(27,6); No me importa. Nunca lo veo (10,5)

      Orgullo para los cholos y cholas del país (16,5); Identidad peruana «chola» (22,9); Amor al suelo peruano (7,3); Racismo solapado de la TV. peruana (23,9); Una ofensa a la mujer serrana (19,3); No me importa. Nunca lo veo (10,1)

      El «Negro Mama» personaje cómico de televisión, significa

      Orgullo para los afroperuanos del país (15,4), Identidad peruana (16,3); Amor al suelo peruano (1,0); Racismo solapado de la TV. peruana (23,1); Una ofensa a la sociedad peruana (27,9); No me importa. Nunca lo veo (16,39)

      Orgullo para los afroperuanos del país (20,2); Identidad peruana (18,3); Amor al suelo peruano (3,7); Racismo solapado de la TV. peruana (28,4); Una ofensa a la sociedad peruana (14,7); No me importa.

      Nunca lo veo (14,7)

      Palabras racistas o insultos en las redes sociales

      Cholo (27,8); Ignorante (3,7); Analfabeta (1,9), Cholo asqueroso (1,2); Mediocre; Inculto (1,2);

      Serrano (19,8); Pobre (3,7), Mocosa; Reprimida; Negro corriendo, choro (1,8); Negro (19,8); Mierda (1,9);

      Carajo (0,6); Tonto (1,9); Basura

      (0,6); Perra (3,1); Bruto (1,9); Zorra

      (0,6); Indio (1,9); Feo (3,7), Aborto

      (2,5)

      Cholo (17,4); Ignorante (1,6),

      Serrano (19,5), Pobre (2,1); Negro

      corriendo, choro (1,1);

      Negro (17,9); Perra (5,8; Bruto

      (2,6), Zorra (2,6); Indio (4,2);

      Feo (1,6); Imbécil(2,1); Gay (2,1);

      Gordo (3,2); Enana (3,2); Puta (4,7);

      Estúpido (3,7); Otros 4.6)

      Fuente: Encuesta, violencia, conflicto y discriminación en la escuela. Una visión desde los alumnos, padres de familia y los maestros en Lima. SJL y VMT. (Lima, Junio – octubre 2017). Elaboración: Propia


      Reflexiones preliminares


      En realidad, la exploración del trabajo de campo nos lleva a explicar las distintas fases por las cuales se construyen ideas y conceptos. Los antecedentes teóricos-conceptuales nos llevan a un debate para describir lo cholo como sentido histórico racializado y discriminado, lo que implica abrir la caja de Pandora de nuestras culturas y nuestros orígenes. Lo cholo, es el complejo de la sociedad y cultura peruana, por lo tanto, su sentido de discusión nos lleva a explicar, si desde dicha categoría la racialización o el

      racismo existen o no. Los científicos sociales se encapsulan en sus espacios. No obstante, ya muchos de ellos tienen bajo consenso una hegemonía chola, en la cultura y la sociedad propia del proceso de cholificación por la cual ha pasado la sociedad peruana en los últimos más de cincuenta años. Desde luego, su negación es impropia, si lo pensamos desde ámbitos constreñidos de la población peruana. No obstante, si avanzamos en los márgenes que implican espacios muchos más citadinos y cotidianos del quehacer diario de los individuos del país, nos encontramos con patrones culturales discriminatorios, que se establecen de manera permanente en la subjetividad y la racionalidad de las personas desde sus instituciones sociales y políticas e incluso desde el hogar familiar. Los alumnos dirimen sobre ello y se ven coaccionados ante la historia de personajes que poco conocen o, solo son parte de lo que alguna vez escucharon. De hecho, que tienen en los medios algunos que recobran actualidad, como es la «Chola Chabuca» que aún sigue en la palestra. Concluimos entonces:

      1. Cuando se habla sobre el «cholo Sotil», se cruzan entre lo «reconocido» y lo

        «desconocido o no me interesa». Pareciera que se miden entre un poco menos de la mitad de los alumnos que los demanda como desconocido, frente al otro porcentaje ya mayoritario –si asumimos en bloque: ejemplo «de peruano», «de cholo» y «cholo reconocido en el mundo»- que de algún modo lo sugiere de manera de representatividad. En el fondo, pensar un individuo que como «cho- lo» parece pasar desapercibido por los alumnos, pero que, a la vez, es encum- brado en determinado momento de su vida. Esto hace ver a un «cholo Sotil», pensado por los alumnos no como referente a pesar del poco conocimiento que tienen sobre él, pero sí, como alguien que aún demarca historias que tienen que ser explicadas para entender, orígenes y culturas en nuestra población.

      2. Quizás lo que hace relucir el orgullo cholo y la identidad peruana se observe por el lado del «cholo soy» de Abanto Morales. Aquí las cifras son aplastantes. Podríamos decir que las formas de generarse códigos y símbolos referenciales del país, pasen por la música que implique en sí, una letra o un discurso desde la canción. Esa idea «de no me compadezcas» parece ser el eslogan de sentirse fuertes, vitales, emergentes y de hecho orgullosos. En realidad, el no sentirse supeditado y no pensarse vulnerable frente a la agresión racista por la cual tiene su denotación más característica la palabra. Desde luego, que hay que enten- der que la canción tiene su dicotomía bien marcada entre lo blanco / cholo, o blanco / serrano. Esta bipolarización conceptual puede ser desastroso para pensarnos desde la diversidad o la heterogeneidad socio-cultural que va más allá de dicha dicotomía.

      3. Por su lado, la «chola Chabuca» se presenta como un personaje muy ambiguo en la percepción de los alumnos. Se puede decir que para el caso de los de SJL se dirime entre el «orgullo peruano» y el «racismo». Mitad y mitad. Mientras

para los de VMT en su mayoría es orgullo + identidad + amor al suelo peruano. Quizás lo que obliga a estas últimas cifras sea la peculiaridad de presentar el personaje. sin la mofa o la burla o la misma simbología que impliquen otros personajes como «La paisana Jacinta» o el «negro Mama», que si son abomina- dos y criticados desde las cifras por los estudiantes. De igual forma, lo refirieron en su momento para programas como «Eso es guerra» o «Combate». Por lo me- nos, las cantidades o estadísticas como respuestas, hacen demostrar el racismo de estos personajes en una gran mayoría de los alumnos. Por lo tanto, aquí se denota una diferenciación muy concreta de lo que logran regir los encuestados. Pero algo, que no escapa en todo ello es que a las preguntas de donde provienen o cuáles son las palabras o insultos racistas que se endilgan desde las redes socia- les. Este continúa bajo dos palabras: «cholo» y «serrano». Lo que nos indica que pensar la imposición o la hegemonía de una cultura chola en gran parte de los ámbitos de la sociedad peruana, implica a la vez, un racismo subjetivado desde nuestra mentalidad peruana.


Referencias


Chávez, E. (2012). El Perú de los ochenta, de los noventa y del siglo xx: la vigencia de Carlos Franco. En: Emma Zevallos (Compiladora). Carlos Franco. Lima: CEDEP.

Degregori, C. I. Blondet, C. y Lynch, N. (1986). Conquistadores de un nuevo mundo. Lima: IEP.

De La Cadena, M. (2004). Indígenas mestizos. Raza y cultura en el Cuzco. Lima: IEP. Franco, C. (1991). Imágenes de la sociedad peruana: la «otra» modernidad. Lima: Cedep. García, Uriel (1973 / 1930). El nuevo indio. Lima: Editorial Universo.

Herbia, E. (2016). Cholibiris Chicha Madeinusa Warmi: performance andina de los Zorros de Arguedas en los medios y las artes del Perú: Tulio Loza, Lorenzo Palacios «Chacalón» y Magaly Solier (1960-2010). Tesis. Doctor of Pilosophy. Hispanic Languajes and Literature. Stony Brook University.

Jacinto, P. (2017). Interculturalidad, identidad y discriminación en la escuela. En: Ledesma,

M. (Coordinadora). Justicia e interculturalidad. Análisis y pensamiento plural en América y Europa. Lima: Centro de Estudios Constitucionales. Tribunal Constitucional del Perú.

Jacinto, P. (2016). Violencia intersubjetiva y discriminación racista en la escuela. Representaciones desde los maestros en Huánuco. En: Investigaciones Sociales. 37 (21). Lima: Revista del IIHS- UNMSM. Enero-Junio.

Lynch, N. (2014). Cholificación, república y democracia. El destino negado del Perú. Lima: Otra Mirada.

Nugent, G. (2014/1992). El laberinto de la choledad. Páginas para entender la desigualdad.

Lima: UPC. Fondo Editorial.

Méndez, Cecilia (1996). Incas sí, indios no: Apuntes para el estudio del nacionalismo criollo en el Perú. Lima: IEP.

Oboler, Suzanne, (1996). El mundo es racista y ajeno: Orgullo y prejuicio en la sociedad limeña contemporánea. Lima: IEP, Documento de trabajo No 74.

Ospina, A. (1985). Sotil: cholo con orgullo. En: Los caminos del Laberinto (2). Lima.

Pacheco, G. (2019). La etnofagia y el consumo turístico de la cultura Mapuche: Una aproximación desde el turismo de base comunitaria en la Comuna de Panguipulli – Chile. Lima: ALAS, Perú. Quijano, A. (1980). Dominación y cultura. Lo cholo y el conflicto cultural en el Perú. Lima: Mosca

Azul.

Varallanos, J. (1962). El cholo y el Perú. Introducción al estudio sociológico de un hombre y un pueblo mestizos y su destino cultural. Buenos Aires: Imprenta López.

Vargas, R. (2016). Del cholo de mierda al cholo power. Discriminación, prototipos y cambio semántico en el español del Perú. Tesis de doctorado en Literatura, estudios hispánicos. Facultad de las Artes y de las Ciencias. Universidad de Montreal

Weismantel, M. (2017). Cholas y pishtacos. Relatos de raza y sexo en los andes. Lima: IEP/ Popayan: Universidad del Cauca.