Introducción
La pandemia por la COVID-19 afectó las diferentes esferas del ser humano: social, económica, educativa, cultural y espiritual e impacta en la salud individual y colectiva desde todo punto de vista, debido a su rápida propagación e incremento de la mortalidad
1
. Según reportes epidemiológicos, hasta julio de 2024, a nivel global, se registraron más de siete millones de fallecidos y más de 775 millones de personas infectadas con esta enfermedad
2
. Cabe señalar que, a partir del año 2021, sus variantes y subvariantes continúan propagándose en todos los países
3
. En el Perú, se reportó, alrededor de 111 000 fallecidos, por lo que se convierte en el país sudamericano con la mayor tasa de mortalidad a nivel global; sin embargo, se estima que las cifras reales son dos o tres veces mayores que la versión oficial
4
.
En este contexto, desde los primeros casos confirmados en marzo del año 2020, el personal de salud peruano asumió la tarea de reducir la morbimortalidad en la población más vulnerable; al mismo tiempo, protegerse del contagio, además del riesgo a enfermar y morir por esta enfermedad. Sin embargo, en Perú, se reportó que más de 2200 trabajadores de la salud fallecieron a consecuencia de la COVID-19
5
.
No obstante, y a pesar del incremento vertiginoso de personas contagiadas y fallecidos, el personal de salud tuvo que lidiar con esta emergencia sanitaria; en un escenario caracterizado por falta de capacidad instalada en los hospitales en términos de disponibilidad de camas de cuidados intensivos, carencia de personal especializado, limitada disponibilidad de recursos materiales e insuficientes equipos de protección personal. A esto se suma la reducida dotación de sistemas de soporte oxigenatorio y ventilatorio. Además de ello, la intensa presión en los servicios de emergencia, triaje, el desborde de pacientes, la atención a familiares, el aislamiento de la familia y presenciar la pérdida de colegas, pacientes y familiares. Todo esto trajo consigo agotamiento físico y mental debidamente reportado por diversos estudios, que evidencian en el equipo de salud signos de estrés, ansiedad, depresión y fatalismo; además, alteraciones en el sueño, sentimientos de ira, temor, frustración y negación
6
9
.
Este desgaste físico y mental en los profesionales de salud afectó la calidad del cuidado de los pacientes y su capacidad para tomar decisiones e incluso sus habilidades clínicas, razones suficientes para redoblar esfuerzos encaminados a proteger la salud física y mental del personal de salud
10
.
En este contexto, el profesional de enfermería que laboró en la primera línea de atención, especialmente quienes laboran en servicios de emergencias, también fueron afectados. Así, cabe precisar que, a principios del año 2021, en Perú, se reportó 7780 casos de COVID-19 y 90 enfermeras fallecidas
11
. Esta situación generó temor al contagio de COVID-19 y preocupación habría sido permanente. No obstante, los estudios empíricos evidencian algunas discrepancias en cuanto al miedo frente a la COVID-19. De esta manera, un estudio realizado en un hospital de Lima niveles altos de miedo, así como, en las dimensiones reacciones al miedo emocional (REM) y expresiones somáticas de miedo (ESM), que también alcanzaron un nivel alto
12
. En cambio, otro estudio, realizado en Lima, evidenció un nivel moderado de miedo a la COVID-19 (74,3 %)
1
. Por último, otro estudio concluye que los enfermeros peruanos tienen un nivel bajo de preocupación ante el contagio del COVID-19
9
. Ya en plano internacional, un importante estudio, realizado en Wuhan-China, evidenció que los enfermeros presentaron un nivel alto de miedo a la COVID-19 (91,2 %)
13
. A pesar de estas diferencias, la literatura considera al miedo como un adecuado predictor de la ansiedad
14
y el fatalismo
9
Por ello, se considera relevante estudiar la preocupación y miedo del personal de enfermería durante la pandemia por la COVID-19. Además, los reportes evidencian que estos profesionales serían quienes estarían más sometidos a presión, miedo y constante preocupación por contagiarse. Esto es comprensible, dada la complejidad que supone la estabilidad a los pacientes y el impacto psicológico asociado a un potencial contagio
15
16
. En esta línea, cabe advertir que la evidencia empírica es aún escasa en estos profesionales y en cuanto a la preocupación y miedo al contagio entre otros constructos necesarios de ser investigados. Por ello, se tuvo como objetivo caracterizar la preocupación por el contagio y miedo a la COVID-19 en enfermeros peruanos que laboran en los servicios de emergencia.
Materiales y métodos
Tipo de estudio:
Estudio de enfoque cuantitativo, de corte transversal. Se siguió un diseño descriptivo comparativo y correlacional empleando la lista de cotejo STROBE para estudios transversales (17) y fue realizado entre febrero a junio de 2021.
Participantes:
La población estuvo conformada por enfermeros que laboran en los servicios de emergencia en establecimientos de salud de Perú. Se asumió un muestreo intencional teniendo como unidad de análisis a 212 profesionales en enfermería. Los criterios de inclusión fueron: laborar en un servicio de emergencia (emergencia, UCI, UCI covid-19, trauma shock) de un hospital. Por su parte, los criterios de exclusión apuntaron a sujetos con licencia o goce vacacional.
Instrumento y variables:
Se empleó la encuesta (presencial y online); como instrumento, se aplicaron dos escalas bajo el formato tipo Likert. El primero de ellos fue la escala de preocupación ante el contagio de la COVID-19 (escala pre-COVID-19), que contiene seis ítems y fue desarrollada y validada por Caycho et al
18
. Esta escala unidimensional reportó índices de bondad de ajuste satisfactorios (χ2(9) = 52,00; CFI (Comparative Fit Index, por sus siglas en inglés) = 0,99; Root Mean Square Error of Approximation = 0,09 [0,07, 0,12]; Weighted Root Mean Square Residual = 0,85); asimismo, los coeficientes λ del modelo fueron mayores de 0,5 y presenta una excelente fiabilidad (ω = 0,90).
El segundo fue la escala de miedo a la COVID-19 (Fear of COVID-19 Scale), que contiene siete ítems en su versión española, validada en la población peruana por Huarcaya et al.
19
, mediante un estudio psicométrico, en el cual reportan un modelo bifactorial: REM (ítems 1, 2, 4 y 5) y ESM (ítems 3, 6 y 7). Presenta índices de bondad de ajuste adecuados (CFI = 0,988, RMSEA = 0,075) e invarianza según trabajadores de salud y edad (Δ cfi < 0,01).
Cabe mencionar que, con los datos recopilados, se determinó la confiabilidad de ambas escalas mediante el coeficiente de alfa de Cronbach; se encontraron coeficientes altos. De esta manera, se determinó un coeficiente de 0,707 para la escala pre-COVID-19 y de 0,747 para la escala de miedo a la COVID-19 (con coeficientes para sus subescalas de RME y ESM de 0,752 y 0,814, respectivamente).
Procedimientos:
Inicialmente, los instrumentos fueron autoadministrados vía online, desarrollados en Google Forms, distribuidos por redes sociales, siendo su tiempo de ejecución o resolución un aproximado de 30 minutos. Debido a que hubo escasa respuesta al formulario virtual, se procedió a realizarlo de manera presencial, mediante visitas a los servicios en que laboraban los profesionales de enfermería en emergencias, en hospitales de la ciudad de Lima.
Con la finalidad de calcular los niveles para las variables y subescalas del estudio, se realizó la baremación (tabla 1).
Tabla 1.
Baremación de escalas y subescalas según datos obtenidos en el presente estudio
Escalas y subescalas |
Número de ítems |
Puntajes posibles |
Baremo |
|
|
|
Baja |
Media |
Alta |
Precovid-19 |
6 |
6-24 |
6-11 |
12-15 |
16-22 |
Miedo a la covid-19 |
7 |
7-35 |
7-16 |
16-20 |
21-31 |
Subescala RME |
4 |
4-20 |
4-11 |
12-16 |
17-19 |
Subescala ESM |
3 |
3-15 |
3 |
4-6 |
7-13 |
Nota: Pre-COVID-19: Escala de preocupación ante el contagio de la COVID-19.
RME: Reacciones al miedo emocional, ESM: Expresiones somáticas de miedo.
Aspectos éticos
En esta investigación, se tuvo en consideración la Declaración de Helsinki
20
, por lo que se garantizó el anonimato de los profesionales de enfermería que participaron en este estudio y evitar recolectar datos que permitan identificarlos; asimismo, se respetó la autonomía pues antes de que respondan el formulario en línea se realizó consentimiento informado de manera virtual. Además, el proyecto de investigación fue revisado y aprobado por el Comité de Ética del Hospital Casimiro Ulloa y el Comité de Ética de la Universidad María Auxiliadora (constancia n.º 008-2021).
Procesamiento estadístico
Se realizó el análisis descriptivo. Las variables categóricas se presentaron mediante frecuencias y porcentajes; mientras que las variables continuas se describieron mediante la media, mediana, desviación estándar y rango intercuartil. Con la finalidad de determinar diferencias estadísticas significativas entre el puntaje de cada ítem de las escalas según las características, se empleó el coeficiente de correlación de Pearson, debido a que las variables presentan una distribución normal. De manera similar, para el análisis comparativo entre los ítems de las escalas, se empleó la prueba de ANOVA (análisis de varianza de una vía). El nivel de significancia establecido fue de 0,01. El procesamiento estadístico se realizó mediante el paquete estadístico SPSS, versión 28.0.1.
Resultados
Características de los participantes
Respondieron el cuestionario 212 participantes. El 72,6 % (154) fue de sexo femenino y la edad promedio, 37,45 años (DE = 8,9). En cuanto a la experiencia profesional, el 37,7 % (80) tiene menos de cinco años; el 27,8 % (59), entre 5 a 10 años; el 19,8 % (42), de 11 a 15 años y el 14,6 % (31), de 16 a más años de edad. Cabe señalar que, al momento de la encuesta, el 92,5 % (196) de los sujetos que respondieron estaba laborando presencialmente y solo el 7,5 % (16) realizaba labor de manera remota. Asimismo, el 44,8 % (95) había contraído la COVID-19 en cualquier momento durante la pandemia. En cuanto al estado vacunal contra la COVID-19, el 80,7 % (117) había completado el esquema de vacunación establecido durante el periodo de recolección (dos dosis), mientras que el 9,0 % (19) solo había recibido una dosis y el 10,4 % (22) no había sido vacunado. El 98,6 % (193) laboraba en un hospital público de Lima, mientras que los otros participantes eran de otras diez ciudades.
Niveles de preocupación y miedo a la COVID-19
En virtud a la baremación de las escalas y subescalas, se ha distribuido a la totalidad de la muestra en cada uno de los niveles: Bajo, medio y alto. En este marco, se puede apreciar, en la tabla 2 que, en cuanto a los puntajes totales, predominan los niveles medios seguidos de los bajos. Al comparar los niveles, según la variable género, remite a porcentajes similares.
Tabla 2.
Niveles de preocupación y miedo al COVID-19 en enfermeros que laboran en unidades críticas según género (n=212)
Escalas y subescalas |
Total |
Hombres |
Mujeres |
|
Bajo |
Medio |
Alto |
Bajo |
Medio |
Alto |
Bajo |
Medio |
Alto |
Pre-COVID-19 |
32,5 |
40,6 |
26,9 |
29,4 |
41,4 |
29,3 |
33,8 |
40,3 |
26 |
Miedo a la COVID-19 |
30,7 |
41,7 |
27,8 |
25,9 |
44,8 |
29,3 |
32,5 |
40,3 |
27,3 |
Subescala RME |
31,1 |
53,3 |
15,6 |
25,9 |
55,2 |
19 |
33,1 |
52,6 |
14,3 |
Subescala ESM |
37,7 |
42,9 |
19,3 |
41,4 |
37,9 |
20,7 |
36,4 |
44,8 |
18,8 |
Nota: Pre-COVID-19: Escala de preocupación ante el contagio de COVID-19
RME: Reacciones al miedo emocional, ESM: Expresiones somáticas de miedo
Análisis descriptivo del puntaje de las escalas de preocupación y miedo a la COVID-19
Por su parte, la tabla 3 muestra la descripción estadística del puntaje de la escala de preocupación. La muestra alcanzó una media de 12,9 puntos, con una desviación estándar de 3,2 y un rango inter cuartil de 11,0 – 16,0 puntos, situando la media de la escala en el rango medio. Asimismo, en la escala de miedo a la COVID-19, la muestra alcanzó una media de 17,9 puntos, con una DE de 4,7 y un rango inter cuartil de 15,0 – 21,0 puntos, con lo que la media se sitúa en el rango medio. El mismo comportamiento se observó en sus dimensiones: Reacciones de miedo emocional y expresiones somáticas de miedo, en las que la muestra alcanzó una media de 12,9 y 5 puntos.
Tabla 3.
Descripción del puntaje de la escala de preocupación y de miedo a la COVID-19 (n=212)
Escalas y subescalas |
Media |
Desviación estándar |
Mediana |
Rango intercuartil |
Escala de preocupación por el contagio de COVID-19 |
12,9 |
3,2 |
13,0 |
11,0 – 16,0 |
Escala de miedo al COVID-19 |
17,9 |
4,7 |
19,0 |
15,0 – 21,0 |
Reacciones de miedo emocional |
12,9 |
3,7 |
14,0 |
10,0 – 16,0 |
Expresiones somáticas de miedo |
5,0 |
2,1 |
5,0 |
3,0 – 6,0 |
Análisis comparativo entre el puntaje de las escalas y las características de los participantes
En la tabla 4 se evidencia la existencia de correlaciones positivas significativas entre todos los instrumentos (puntajes totales) y sus respectivas subescalas. Del mismo modo, estos análisis arrojaron que la edad de los enfermeros no se correlaciona con ninguno de los instrumentos aplicados.
Tabla 4.
Análisis correlacional entre la edad y el puntaje de preocupación y miedo a la COVID-19 en enfermeros que laboran en unidades críticas (n=212)
Variables |
Edad |
Escala de preocupación por el contagio de COVID-19 |
Escala Fear of COVID-19 |
Reacciones de miedo emocional |
Expresiones somáticas de miedo |
Edad |
1 |
-0,048 |
-0,003 |
-0,042 |
0,068 |
Escala de preocupación por el contagio de COVID-19 |
|
1 |
0,687 * |
0,673 * |
0,354 * |
Escala Fear of COVID-19 |
|
|
1 |
0,905 * |
0,649 * |
Reacciones de miedo emocional |
|
|
|
1 |
0,264 * |
Expresiones somáticas de miedo |
|
|
|
|
1 |
* La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
Finalmente, se sometió los puntajes totales de los instrumentos al análisis paramétrico con el fin de identificar diferencias estadísticamente significativas. En este marco, se encontró la no existencia de diferencias estadísticamente significativas según la variable sexo en ninguna de las variables en estudio (todas las pruebas y puntajes totales). Del mismo modo, se reporta que no hay diferencias estadísticamente significativas según el estado de vacunación, salvo expresiones somáticas de miedo (mayor en quienes no se han vacunado: F = 5,063; sig. 0,007). En cuanto a los años de experiencia profesional, no hay diferencias estadísticas en la totalidad de las pruebas. Este mismo resultado: No existencia de diferencias estadísticamente significativas se registró al comparar los puntajes, en todas las pruebas, de los enfermeros que tuvieron COVID-19 versus los que no habían contraído esta enfermedad.
Estos resultados remiten a la necesidad de comprender este estudio en su dimensión analítica más específica. Por eso, se presenta el análisis comparativo según cada ítem.
Análisis comparativo entre los ítems de las escalas de preocupación y miedo a la COVID-19 según las características de los participantes
En cuanto a la descripción de los ítems de preocupación por el contagio de la COVID-19, en la tabla 5, se evidencia que la mayoría de los enfermeros piensa a menudo en la probabilidad de contagiarse de coronavirus (41 %), lo cual ha afectado su estado de ánimo algunas veces en un 45,3 %; sin embargo, la mayoría de los enfermeros (82,5 %) ha respondido que esta situación nunca ha afectado su capacidad para realizar sus actividades del día a día. Respecto a la medida de preocupación por el contagio, la mayoría de los enfermeros ha respondido que solo un poco (46,2 %), la frecuencia de preocupación de vez en cuando es de 43,9 %; sin embargo, para un porcentaje significativo de enfermeros, la preocupación con frecuencia es constante (30,7 %); mientras que, para un 60,4 % de enfermeros, encontrarse preocupado por la posibilidad de contagiarse de coronavirus como un problema importante es considerado en poca medida, en contraste a un 20,8 % que, sin duda, sí lo considera como un problema importante.
Los análisis paramétricos de los ítems, según las características de los participantes presentados en la tabla 5 muestran, en el ítem 1, que los no vacunados tienen menos puntajes a diferencia de los vacunados con una y dos dosis (F = 3,529; sig. 0031). En cuanto al ítem 2: impacto en el estado de ánimo, señala que los enfermeros que realizan trabajo presencial tienen más altos puntajes (T = 3,157; sig. 0,002). Aquí (ítem 2), nuevamente, se entiende que los no vacunados reportan los más bajos puntajes (F = 5,247; sig. 0,006). Por último, en el ítem 6: contagiarse como problema importante, se encontró que las mujeres tenían los más altos puntajes (T = -3,223; sig. 0,002).
Tabla 5.
Ítems de la escala de preocupación por el contagio de COVID-19 en enfermeros que laboran en unidades críticas según características (n=212)
Ítems |
n |
% |
n |
% |
n |
% |
n |
% |
Nunca |
Algunas veces |
A menudo |
Casi todo el tiempo |
1. ¿Con qué frecuencia, ha pensado usted sobre la probabilidad de contagiarse de coronavirus? * |
32 |
15,1 |
76 |
35,8 |
87 |
41,0 |
17 |
8,0 |
2. Pensar sobre la posibilidad de contagiarse de coronavirus, ¿ha afectado su estado de ánimo? *,† |
65 |
30,7 |
96 |
45,3 |
47 |
22,2 |
4 |
1,9 |
3. Pensar sobre la posibilidad de contagiarse de coronavirus, ¿ha afectado su capacidad para realizar sus actividades del día a día? |
175 |
82,5 |
32 |
15,1 |
4 |
1,9 |
1 |
0,5 |
4. ¿Hasta qué punto le preocupa a usted la posibilidad de contagiarse de coronavirus? |
Nada |
Un poco |
Bastante |
Muchisimo |
|
8 |
8,38 |
98 |
46,2 |
90 |
42,5 |
16 |
7,5 |
5. ¿Con qué frecuencia se preocupa, usted, sobre la posibilidad de contagiarse de coronavirus? |
Nada |
De vez en cuando |
Frecuentemente |
Constantemente |
|
28 |
13,2 |
93 |
43,9 |
26 |
12,3 |
65 |
30,7 |
6. Estar preocupado por la posibilidad de contagiarse de coronavirus, ¿es un problema importante para usted? ‡ |
No, en absoluto |
Un poco |
Sin duda es un problema |
Sí, es un problema muy serio |
|
31 |
14,6 |
128 |
60,4 |
44 |
20,8 |
9 |
4,2 |
Nota: * diferencias significativas según el estado de vacunación; † diferencias significativas según trabajo presencial-trabajo remoto; ‡ diferencias significativas según el sexo.
En relación a los ítems del miedo a la COVID-19 que se presenta en la tabla 6, se muestra que la mayoría de los enfermeros (34,4 %) manifiesta mucho miedo al coronavirus, ocasiona incomodidad al 29,7 % y produce temor a perder su vida a consecuencia del coronavirus en el 35,4 %; sin embargo, la mayoría de enfermeros reportó no presentar reacciones somáticas de miedo al pensar en el coronavirus: manos sudorosas (65,6 %), nerviosismo o ansiedad (35,8 %), insomnio (46,2 %) y palpitaciones (44,3 %).
De manera específica, el análisis comparativo de cada ítem, según las características de los participantes, evidencia que, en las personas que hacen trabajo presencial (ítem 1), existe más miedo a la COVID-19 (T = 2,643; sig. 0,009). Este mismo resultado se repite en el ítem 2, al señalar incomodidad asociada a pensar en la enfermedad (T = 3,263; sig. 0,001). En cuanto al miedo a perder la vida por este mal (ítem 4), se encontró que los más altos puntajes están en los hombres (T = 2,020; sig. 0,045), en quienes hacen trabajo presencial (T = 4,606; sig. 0,000) y entre los que recibieron solo una dosis de la vacuna (F = 4,476; sig. 0,012). Por último, quienes no cuentan con vacuna alguna denotaron aceleramiento del corazón cuando se piensa en la posibilidad de contagiarse (ítem 6), a diferencia de los que cuentan con una y dos dosis (F = 6,522; sig. 0,002).
Tabla 6.
Ítems de la escala miedo al COVID-19 en enfermeros que laboran en servicios de emergencias según características (n=212)
Ítems |
Totalmente de desacuerdo |
En desacuerdo |
Ni de acuerdo ni en desacuerdo |
De acuerdo |
Muy de acuerdo |
n |
% |
n |
% |
n |
% |
n |
% |
n |
% |
1. Tengo mucho miedo del coronavirus * |
15 |
7,1 |
26 |
12,3 |
35 |
16,5 |
63 |
29,7 |
73 |
34,4 |
2. Me pone incómodo(a) pensar en el coronavirus * |
20 |
9,4 |
35 |
16,5 |
36 |
17,0 |
58 |
27,4 |
63 |
29,7 |
3. Mis manos se ponen húmedas cuando pienso en el coronavirus |
139 |
65,6 |
54 |
25,5 |
14 |
6,6 |
3 |
1,4 |
2 |
0,9 |
4. Tengo miedo de perder mi vida a causa del coronavirus *,†, ‡ |
16 |
7,5 |
38 |
17,9 |
25 |
11,8 |
58 |
27,4 |
75 |
35,4 |
5. Cuando veo noticias e historias sobre el coronavirus en las redes sociales me pongo nervioso(a) o ansioso(a). |
76 |
35,8 |
73 |
34,4 |
39 |
18,4 |
22 |
10,4 |
2 |
0,9 |
6. No puedo dormir porque estoy preocupado de contagiarme con coronavirus |
98 |
46,2 |
88 |
41,5 |
18 |
8,5 |
7 |
3,3 |
1 |
0,5 |
7. Mi corazón se acelera o palpita cuando pienso en contagiarme con coronavirus ‡ |
94 |
44,3 |
84 |
39,6 |
23 |
10,8 |
8 |
3,8 |
3 |
1,4 |
Nota: *Diferencias significativas según trabajo presencial – trabajo remoto; † diferencias significativas según el sexo; ‡ diferencias significativas según el estado de vacunación
Discusión:
Entre los principales hallazgos del estudio, se evidenció que los enfermeros de emergencia presentaron un nivel moderado de miedo a la COVID-19; además, en su mayoría, afirmaron presentar mucho miedo, incomodidad al pensar en el coronavirus y miedo a perder la vida a causa del coronavirus. Dichos resultados revelan la intensidad del miedo como principal reacción emocional que enfrentan los enfermeros durante el cuidado directo al paciente en el área de emergencia.
Respecto a los hallazgos, se han encontrado similares resultados reportados por recientes estudios, en donde los participantes también alcanzaron un nivel moderado de miedo, con una media de 16,79 puntos
21
. Asimismo, en un estudio multicéntrico del año 2020, se evidenció que la escala de miedo a la COVID-19 alcanzó una media de 16,7 puntos
22
. Mientras, en el 2021, en la ciudad de Lima, se encontró un predomino en la escala de nivel medio (74,3 %); asimismo, en relación a la dimensión expresiones somáticas al miedo, también presentaron un nivel medio (65,7 %)
1
.
Por otro lado, se han encontrado diferencias con los hallazgos reportados, también, en Lima, donde se estudió el miedo a la COVID-19 en el personal de enfermería que labora en un hospital público nacional; se halló que los participantes, en su mayoría (58 %), alcanzaron puntajes superiores a 25 puntos; respecto a las dimensiones de la escala, tanto en la dimensión reacciones al miedo emocional como las expresiones somáticas de miedo, también alcanzaron un nivel alto (59,5 % y 53,4 %, respectivamente)
12
. Asimismo, en un estudio realizado en Wuhan-China, se registró que los participantes presentaron un nivel alto de miedo al COVID-19 (91,2 %)
13
. Cabe resaltar que todos estos estudios fueron realizados en profesionales de enfermería que laboran en el área de COVID-19, entorno exclusivo para los pacientes con dicho diagnóstico y en donde el contacto directo con este personal es cercano.
Respecto a los indicadores de la escala de miedo al COVID-19, se reportó en Colombia similares hallazgos en tres indicadores: mucho miedo al coronavirus (82,3 %), incomodidad al pensar en el coronavirus (78,5 %) y miedo a perder la vida (71 %); mientras que, en el resto de indicadores, se reportaron resultados contrarios
8
.
Al respecto, algunos autores refieren que el miedo es una perturbación del ánimo en la persona a consecuencia de una amenaza o peligro, que puede incrementarse o reducirse en cada persona. Por ello, al ser una condición socialmente creada o representada, el miedo también es un estado social y no solamente un estado fisiológico
23
. Adicionalmente, existe un amplio consenso en mencionar que el miedo es una reacción defensiva ante el peligro, por lo que posee, hasta cierto punto, una función protectora
24
.
En este sentido, la pandemia por COVID-19 fue considerada una emergencia sanitaria en todos los países del mundo, que habría afectado con miles de muertes en períodos cortos de tiempo, lo cual habría impactado enormemente en lo social
25
. De este modo, esta crisis sanitaria constituye una situación de amenaza o peligro por su alta transmisibilidad, al menos en 2020 y 2021, asociada a diferentes formas de contagio que constituyen un alto riesgo ocupacional para los profesionales de la enfermería y de la salud en general
26
. En virtud de esto, son comprensibles las situaciones de miedo, incertidumbre y elevada preocupación; también, respecto a la posibilidad de contraerlo o transmitirlo a su familia. Ahora bien, si a esto le sumamos las inadecuadas condiciones de trabajo, el miedo se incrementaría significativamente, además de otros estados como estrés, ansiedad y agotamiento psicoemocional
27
.
No obstante, no existen estudios suficientes para comprender el fenómeno de la preocupación por la COVID-19. De todos modos, destaca un estudio con resultados similares al presente reporte en donde los enfermeros de una muestra peruana alcanzaron una media de 13,23 puntos, lo que se sitúa en un rango medio
14
De todos modos, se tendrían que realizar estudios más amplios, ojalá transculturales, para entender de qué manera los factores culturales, sociales y las propias condiciones de trabajo estarían mediando en la preocupación y el miedo a contraer COVID-19.
Es importante tener en cuenta que la preocupación es la permanencia de uno o varios temas frecuentes en los pensamientos y conversaciones de las personas, los mismos que se relacionarían con la ansiedad y la depresión por pensamientos futuros de incertidumbre respecto a cómo desarrollar sus acciones y llegar a un punto de descontrol en la toma de decisiones
28
. En este marco, el estado de emergencia permanente y prolongado a causa de la COVID-19, la posibilidad de contagiarse, la carencia de recursos humanos, la escasez de materiales e implementos de bioseguridad y el incremento de pacientes, entre otros, constituyen un tema recurrente y una manifestación constante en el personal asistencial y en la gestión de enfermería que ocasiona preocupación en el quehacer diario.
En estricto, y sabiendo de antemano que estamos ante un campo temático nuevo, los hallazgos señalados sobre la preocupación de los enfermeros son congruentes con la intensidad de miedo que presentan. Aquí, cabría precisar que, mientras el miedo es una respuesta que empuja a una acción inmediata, el peligro constituye la preocupación que favorece la anticipación o preparación de acciones futuras de protección ante el peligro
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También, la temporalidad en esta crisis sanitaria mundial es importante para comprender nuestros hallazgos. Así, es probable que el miedo y la preocupación de los sujetos que conforman la muestra haya sido mayor en 2020 que en el año 2021, en que aplicamos los instrumentos. Esto debido a que, en 2021, los enfermeros y enfermeras habrían logrado parcialmente superar sus preocupaciones por un mejoramiento en la capacidad de respuesta hospitalaria, en la asignación de recursos y en el reporte de una disminución de casos de COVID-19 en las últimas semanas en que desarrollamos el estudio. Además, jugaría un papel importante el hecho de la vacunación masiva al personal de salud y el conocimiento científico respecto a esta enfermedad, que no se tuvo a lo largo de 2020 en el país.
También, merecen destacarse algunas limitaciones de este estudio que tendrían que ser atendidas para analizarlo. En primer lugar, dado por temas éticos, hemos aplicado los instrumentos a voluntarios. En segundo lugar, el hecho de no haber considerado preguntas sobre las condiciones de trabajo, las percepciones de los enfermeros y enfermeras, restó la posibilidad de contar con variables intervinientes, muy probablemente, relevantes para el estudio de estos dos constructos. Por último, se considera, ya en la fase de análisis de datos, que tal vez hubiera sido pertinente incorporar preguntas respecto a las razones que se tuvieron para vacunarse y para no concretarlo; esto último podría ayudar a comprender el hecho de que las personas con una dosis se preocupan más que los que tienen dos dosis y ninguna vacuna contra la COVID-19.
Conclusión
Los resultados del presente estudio evidencian el impacto de la pandemia por COVID-19 en la salud mental del personal de enfermería que labora en primera línea. Estos profesionales de enfermería que laboran en emergencia, proporcionan un cuidado directo a los pacientes, y con presunción de tenerla, bajo el riesgo de contraer esta enfermedad. Ante esto, a pesar de que el personal de enfermería de emergencias, ha demostrado una gran capacidad para afrontar las adversidades, es importante considerar su soporte psicológico y procurarle entornos laborales adecuados como formas de contrarrestar el agotamiento, estrés, ansiedad y depresión como consecuencias esperables; las mismas podrían impactar negativamente en la vida personal y profesional de esta comunidad de profesionales de la salud.