La pintura de Josué Sánchez
DOI:
https://doi.org/10.31381/tradicion.v0i14.343Abstract
La dación del Premio Nacional de Cultura al maestro Joaquín López Antay cerró definitivamente el problema irresuelto en aquella época entre artesanía y arte: se trató de equiparar el arte popular (mal llamado artesanía) al arte informado (mal llamado culto). Lo que en aquella época no se entendió (estamos hablando del año 1976) fue que no se trataba de decidir cuál de los dos era mejor, sino de dar entrada en la historia del arte popular con los códigos del arte informado. Por su concepción, por el trasfondo mágico religioso que guarda, un retablo ayacuchano es un mundo que refleja las vivencias del hombre andino al igual que una pintura o escultura occidental, siempre que sean testimonios de los más genuinos valores humanos.