Fermín Fevre, Florentino Jiménez Toma e Ignacio López Quispe
DOI:
https://doi.org/10.31381/illapa.v0i2.1176Resumen
La inesperada noticia de la muerte de Fermín Févre, el 6 de junio de este año a consecuencia de un accidente automovilístico, causó gran conmoción en el medio intelectual latinoamericano. Fermín había pasado varias veces por Lima, donde tuve la oportunidad de conocerlo; también conversamos en Buenos Aires alguna vez y participamos como jurados de algún premio de pintura. Comprendí entonces que era un hombre de muchas lecturas y que se distinguía por decir las cosas claramente y con gran sencillez. Le interesaba sobremanera el arte precolombino y la última vez que nos vimos, seis meses antes de su trágico fin, lo comprometí para que escribiera sobre un tema de su especialidad que publicaríamos en el primer número de ILLAPA