Plutocracia, meritocracia y democracia
Palabras clave:
Elite, plutocracia, meritocracia, humanismo, democraciaResumen
En este artículo, se aborda cómo las dictaduras, la plutocracia y la meritocracia socavan los principios fundamentales de la democracia y el humanismo. Se respalda esta afirmación con las investigaciones de destacados académicos como Robert Dahl, Thomas Piketty, Michel Sandel, Noam Chomsky y Yuval Noam Harari, quienes han explorado en profundidad este fenómeno.
La plutocracia, caracterizada por el control económico de grupos poderosos sobre el Estado, impacta tanto la democracia como el humanismo. Estos grupos priorizan sus intereses económicos sobre otros valores, instrumentalizando al Estado en su favor. Al convertir el dinero en un valor en sí mismo, ignoran la dignidad de las personas y erosionan la esencia misma de la democracia.
La meritocracia, que otorga poder a quienes poseen méritos, también resulta antidemocrática al anteponer el conocimiento sobre la igualdad, un principio central de la democracia. Aquí, el poder se deriva de la posición ocupada en la estructura estatal, generando una concentración de poder basada en habilidades limitadas a una especialización. Este sistema se asemeja a la aristocracia, dividiendo a la sociedad en los que “saben” y, por lo tanto, deben gobernar, y los que no, excluyéndose del proceso de toma de decisiones.
Tanto la plutocracia como la meritocracia excluyen a las mayorías, ya sea basándose en el poder económico o en el conocimiento político. Esta exclusión atenta contra la esencia de la democracia, que exige la no discriminación de ningún individuo. Asimismo, esta exclusión va en contra de los principios del humanismo, ya que toda forma de discriminación menoscaba la dignidad humana
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Derechos de autor 2024 Tradición, segunda época
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