El orden de la memoria
DOI:
https://doi.org/10.31381/illapa.v0i3.1154Abstract
La museologia mexicana, aquella que se preocupa diariamente por la preservación y difusión de tal o cual colección, que advierte de los riesgos en que se encuentran diversos patrimonios de nuestra sociedad, que estudia y propone diversas maneras de apropiarse e interpretar a los bienes culturales y naturales, al parecer se ha vuelto insensible a uno de los acervos más preciados que debiera custodiar. Me refiero a los bienes culturales que constituyen y componen su propia memoria, su propio patrimonio, aquellos documentos que testimonian y evidencian las maneras de hacer y construir museografía en nuestro país. Esta paradoja es evidente. El simple hecho de asignar más importancia a las funciones de rescatar, ordenar, interpretar y representar públicamente los temas y los bienes de la cultura material que constituyen la memoria común de diversas colectividades, que a las de concentrar, ordenar e interpretar lo correspondiente a su propia memoria, la memoria de la comunidad museográfica, así lo refleja.