Nota Editorial
DOI:
https://doi.org/10.31381/illapa.v0i14.1851Resumen
Termina este año con noticias tristes por un lado y, por otro, con buenas y positivas; es una forma en que la vida compensa por lo que nos ha quitado. Los que se fueron nos han dejado el fruto de su trabajo como ejemplo; no nos queda, pues, sino seguir en la brega para cambiar la indiferencia por el compromiso y la maldad por el amor. Pero la vida sigue, con sus marchas y contramarchas, con sus errores y aciertos, hasta el punto de hacernos
dudar de si vale la pena empeñarse, por ejemplo, en el trabajo cultural, que es lo que nos toca directamente. Después de ver cómo se avanza, aunque lentamente, creo que sí, hay esperanza.