Desafíos de la universidad frente al cambio climático

Resumen

El cambio climático que como desafío debe afrontar la Universidad guarda estrecha concordancia con el mensaje que obra en la encíclica Laudato si, recientemente publica da, en que el Papa Francisco esgrime magníficos argumentos teológicos, científicos y morales con la finalidad de desarrollar estrategias que ha tildado de “urgentes e imperiosas”.

El Pontífice ha descrito, con indiscutido coraje, que este continuo daño que venimos ocasionándole a la naturaleza es como “una pequeña señal de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad”, la solución, nos plantea, requerirá de un alto grado de sacrificio, que denomina puntualmente como una “audaz revolución cultural” en todo el mundo.

Efectivamente, y tal como se propone en este artículo y lo reafirma el Papa en su encíclica, “Alabado seas” - que ha sido tomado del Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís - “hay un consenso científico sólido” de que el calentamiento global es real y que su “principal” causa somos los humanos; y continúa diciéndonos el Pontífice que el “consumismo inmoral” está conduciendo a la sociedad a un comportamiento que permite la degradación continua del medio ambiente. “La tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora”, nos sugiere este líder de la Iglesia que se ha atrevido unir a la fe y a la ciencia, a Dios y a la Tierra y en lugar de alzarse hasta los cielos, vociferando contra los pecados, contra la fe y la moral, ha descendido hasta los infiernos, al lugar de aquellos que detentan el poder que con su avaricia por querer dominar la Tierra, según sus cálculos capitalistas, prepararán para las nuevas generaciones un planeta “de escombros, desiertos y suciedad”.